No es que yo sea un usuario muy cercano a los MMORPG, salvando algunas excepciones. Pero en este análisis de Throne and Liberty voy a descubrir un juego que podría albergar pistas sobre las tendencias actuales. Lejos queda aquella revolución visual que conquistó Black Desert, ofreciendo un concepto ajeno a lo habitual para estos géneros. Incluso, aquellos meses disfrutando de The Elder Scrolls Online, que abogaba por un concepto clásico dentro de este estilo.
A caballo entre lo clásico y lo moderno, encontramos lo nuevo de Amazon Games y NCSoft, combinando estilos muy distintos a sus últimas propuestas para el género multijugador, como fueron New World, cuya nueva expansión está a la vista, así como Lost Ark. Throne and Liberty busca ahondar en esa magnificencia técnica del juego de Pearl Abyss con mecánicas roleras de la antigua escuela, dando así una esperanza única a los que pensaban que no se puede hacer algo fabuloso técnicamente, sin perder la cabeza con nuevas formas de jugar.
Este análisis de Throne and Liberty expone un producto valiente, aunque eso pueda ser arriesgado para su éxito
Y de este modo presentaremos Solisium, un nuevo mundo en el que nos embarcaremos en una aventura para dar apoyo a la Resistencia frente a la facción Arkeum, que buscan controlar todo el poder que surge de los fragmentos de la Estrella de Sylaveth. Un poder que recaerá en nosotros y deberemos aprovechar para combatir al ejército de Kazar, así como a otros gremios. Y es que, Throne and Liberty es un juego que combina de forma llamativa un concepto de juego PvPvE.
Un reino bajo amenaza constante
El planteamiento es sencillo, en gran medida. No se ha buscado ahonda en la literatura para confabular un universo que nos proponga una historia con entresijos y giros de guión. En el fondo, es una de esas características que eran habituales en estos juegos, y que se ha ido extendiendo por otras iniciativas ajenas a esa implicación multijugador, con el propósito de poner un escenario en el que disfrutar de la jugabilidad de cada título.
La retórica que, tirando de estereotipos argumentales, nos traslada a un universo de fantasía medieval, donde encontraremos todo tipo de criaturas y razas con las que compartir aventuras o que enfrentaremos en combate. El poder de la Estrella de Sylaveth es el objetivo de una facción malévola que los honrados miembros de la resistencia de Solisium buscan evitar que se apodere. Y nuestro héroe, que se entremezcla con miles de héroes en la misma situación, llegan desde otra región que sucumbió ante el poder, pero del que nos llevamos parte de él. Portadores del poder, somos un objetivo para los hombres de Kazar, pero deberemos usar para ayudar a la Resistencia.
A la campaña, repartida en 10 capítulos, se suman un montón de actividades que pueden resultar abrumadoras
En el camino, una aventura que, entremezclada con el tutorial, nos llevará por 10 capítulos llenos de misiones que, además, nos servirán para ahondar en la ambientación. Conoceremos a los personajes que serán protagonistas de los eventos que, posteriormente, darán vida a un juego que se ofrece como servicio. Es una manera convencional de aprovechar todas las cuestiones que hay que tener en cuenta, permitir conocer el mundo en el que transcurre la aventura y sentirnos parte de esta experiencia. No obstante, como jugador habituado a los juegos para un jugador, toda esta congregación de mensajes, misiones, tareas y aspectos a considerar, me resultan abrumadoras.
Cierto que todo está debidamente señalizado, algo que puede resultar igualmente invasivo, pero que en general, nos permite orientarnos cuando lo necesitamos. Y es que, siendo un juego de rol con tantas opciones como Throne and Liberty, no cabe duda de que tendremos que usar el ensayo y error para poder ir controlando los aspectos más básicos de esta experiencia con tantas oportunidades para todos los gustos.
No te quedes encerrado en una clase
Y lo primero sería atender a la cuestión principal de estos juegos, donde Throne and Liberty deja total libertad al jugador para desarrollar su personaje en base a siete tipos de armas. La espada a dos manos, espada y escudo o las dos dagas para los que quieran ir cuerpo a cuerpo. El arco y las ballestas para seguir haciendo daño físico a cierta distancia. Y la varita o el báculo para los que quieran usar la magia. Cierto es que cada una de estas armas encontramos las habilidades típicas de cada clase, pero podemos configurar el personaje en tres builds, con dos armas cada una.
De forma que podemos combinarlas para una mezcolanza de clases que nos puede ayudar y confundir por partes iguales. La implicación de cada uno en hacer una clase única bien potenciada, o varias, dependerá de cada uno. Pero a la hora de la verdad, esto puede resultar contraproducente si no se ejecuta de forma correcta y no vamos bien acompañados por compañeros de confianza. Y es que, abarcarlo en solitario es factible, hasta cierto punto y en ciertas cuestiones. Las mazmorras y algunos desafíos, exigirán acompañamiento y eso suele generar bastantes problemas si todos quieren hacer de todo.
La gestión del personaje se puede hacer compleja, aunque da una flexibilidad inusitada en este tipo de juegos. Para bien… o para mal.
Es posible que en este aspecto, los puristas del género puedan tener más queja, ya que este tipo de juegos suelen estar más encorsetados. Ahora bien, dado que se trata de un juego con una jugabilidad tan concreta, la combinación de clases se puede ver como un intento de dar mayor autonomía a cada jugador. Todo tiene su aquel. Lo cierto es que, como es un juego tan amplio y diverso, las cuatro estadísticas que se pueden ir subiendo al subir de nivel, afectan por igual a todos los parámetros, siendo ahí donde cada uno puede ir organizando el auténtico potencial de su personaje. Incluso, al ser un MMORPG de mundo abierto con tantas posibilidades, gran parte del poder dependerá de la inversión constante de recursos en la mejora de habilidades, equipamiento y armamento. Y es que, existen muchas recompensas y todas sirven para infinidad de cuestiones.
El mayor problema, sobre todo cuando no se tiene experiencia, es que es un juego que puede resultar contraproducente al que ahorra, pero una auténtica tortura al que derrocha. Existen infinidad de cuestiones que pueden atrapar al jugador por horas para dominar, siendo algo bueno y malo a la vez. Y es que, una de las tendencias más peligrosas de muchos de estos juegos, es que suelen pecar de ser extremadamente sencillos y tener un progreso extremadamente acelerado. Antiguamente, dominar una clase costaba meses y ahora, puede costar una semana. De hecho, en lo que he estado jugando, me he encontrado ya con muchos que habían alcanzado uno de los niveles objetivo para acceder a ciertas características, que era el nivel 50.
Para correr, nadar o volar, entramos en un elemento que es la Metamorfósis que nos permite jugar con la personalización para estas cuestiones
Y eso que el juego no había llegado a publicarse de forma oficial, ya que se dio acceso anticipado de 5 días. Eso mostraría que, bien por jugar mucho, bien por que hay modos de acelerar el juego pagando, de lo que hablaremos más adelante, podría estar cayendo en un problema que los juegos como servicio deberían controlar. El exceso de recompensas puede ser un arma de doble filo que acelera la gratificación, pero también el aburrimiento.
Apunta, dispara y corre
Uno de los aspectos más llamativos de este juego es que su acción se desarrolla con una mecánica aparentemente sencilla. Una vez se selecciona un enemigo, solo tenemos que gestionar los ataques y movimiento. Según el tipo de ataque que usemos, veremos que no podemos ejecutar habilidades si estamos fuera de rango y con eso, sabemos en qué distancia debemos movernos.
Los enemigos ejecutarán, de vez en cuando, un ataque que sale destacado y que deberemos de parar con una acción en el momento preciso. Solo así, conseguiremos no vernos afectado en nuestra salud y energía para poder seguir atacando. No se trata de una experiencia en la que se pueda evadir todo daño, a no ser que estemos muy bien pertrechados. Se trata de un juego donde el que antes mata, vence y, si vamos acompañados, la figura del curandero puede ser de vital importancia. En mi caso particular, avancé con un personaje configurado para ataque cuerpo a cuerpo, centrándose en el daño con la espada a dos manos, así como procuré una segunda opción de daño con las ballestas. Más rápidas que el arco, me permitían huir ligeramente de los ataques de los enemigos más próximos.
La pantalla se puede llegar a llenar de enemigos y aliados en eventos dinámicos donde hay que lograr un objetivo común entre todos
Las batallas pueden ser masivas, habiendo algunas en las que vamos en solitario o acompañados de los personajes de la trama, o en eventos generales donde combatimos codo con codo con la comunidad de forma libre. El combate, en general, se siente bien, pero puede pecar de ser muy sencillo por esta mecánica de apunta, dispara y esquiva que se adapta bastante bien al mando. Aunque hay un elemento un poco extraño al poder pasar de controlar la cámara con el ratón a mover un puntero. Una vez te acostumbras, funciona bastante bien. Lo que me ha costado bastante es pillarle el punto a elegir el objetivo, ya que tengo la manía de usar el ratón para atacar y acababa cambiando el enemigo y sacándolo del rango de alcance. Como he dicho, es todo cuestión de habituarse.
Y es que, en este tipo de juegos, acostumbrarse es algo que va implícito con una curva de aprendizaje que suele ser extremadamente larga. El tutorial nos va acompañando paso a paso, de forma que suele ser importante para ser eficientes, seguir las misiones que se van desplegando en cada momento. Una interfaz muy completa, y de ahí que sea muy invasiva, que rodea un escenario repleto de detalle, que luce como nunca habíamos visto un juego de estas características.
Solisium, un territorio de belleza sin parangón
El apartado técnico de este juego resulta realmente espectacular y el juego sabe mantener, en general, un buen rendimiento. Cierto es que hemos encontrado algún que otro problema derivado de la gran carga gráfica que genera la concentración de jugadores en lugares puntuales. Pero no podemos negar que, entre el apartado visual y la sincronización con servidores, son cosas que suceden en lugares de reunión. Por lo demás, el juego mantiene un buen rendimiento, incluso con un acabado visual bastante elevado.
Jugando en PC, en un Ryzen 7 5800 y con una RTX 4070 a 1080p, encontramos un rendimiento que supera los 60fps al máximo de calidad. Todo dependerá de cuantos jugadores se proyectan en pantalla, donde puede llegar a caer de forma paulatina, pero notable. De normal, en zonas sin mucha afluencia de gente, puede llegar a superar los 100fps, tirando de DLSS y Frame Generation de Nvidia. Habrá que ver cómo gestionan, entre otras cosas, el rendimiento en consolas Xbox Series X|S, pero si no se vuelven locos con los efectos visuales y no buscan los 4K, es un juego que debería ir sólido a 60fps.
Los diseños, la distancia de dibujado, hacen que este juego ofrezca paisajes variados y muy ricos en detalle con un rendimiento bastante sólido
Y todo eso para encontrarnos en un juego que, sabiendo que apuesta por el concepto RPG de objetivo y habilidad, no ha desestimado recursos para que se vea bello. El diseño es espectacular y su ejecución bastante correcta, aunque no podemos negar que su estilo visual puede resultar monótono en ciertos puntos. Si bien el nivel de detalle de los personajes y sus modelados son muy precisos, la falta de expresividad de los rostros y la tendencia a hacer todos los diseños muy “atractivos”, dejan sin tantas opciones a la hora de diversificar diseños de los NPC del juego. Sí que podemos encontrar una ruptura de diseño con otras razas, como son los entrañables Amitois, gran parte de los enemigos y criaturas que nos encontramos dispersas en un mapa gigantesco.
No obstante, no podemos negar que hay otra cuestión que puede generar cierto sabor agridulce. Y es el cliché existente en este tipo de universos de fantasía medieval de corte occidental, que se crea desde oriente. De hecho, puede recordar mucho a los diseños de otros juegos como Black Desert, donde todo luce espectacular, pero encontramos los mismos diseños medievales, desérticos, selváticos y lúgubres de otros juegos. Hay diferencias, pero el tono de estos diseños parecen sacados del mismo pack de assets. Se agradece mucho que no se vea otro RPG de puntero y ratón, de targetear y pulsar habilidades con los gráficos de hace décadas, pero también se agradecería cierta diversidad ambiental que depare títulos que no parezcan tan copiados unos de otros.
La cantidad de jugadores que puede aparecer en pantalla es bastante grande, y puede que por eso los servidores hayan dado algún que otro problema
Uno de los aspectos a tener en cuenta, es que el juego ofrece además de un apartado visual maravilloso y embaucador, una banda sonora muy bien elaborada, voces en varios idiomas, aunque no esté en español, estando traducido en todas sus facetas. Si que se echa en falta que cuando habla la voz en off en algunas secuencias, carece de subtítulos. Si queréis jugarlo en japonés, os recomiendo que lo tengáis en cuenta. Aunque, dadas las circunstancias, muchos estaréis interesados en la implicación multijugador competitiva de gremios y mazmorras.
Gran diversidad de opciones para jugar hasta aburrir
En este apartado hay que atender las opciones que se salen de esa línea central que hemos descubierto hablando del juego, la historia y ese eterno tutorial para dominar todos los entresijos de este juego. Gran parte de todo ese recorrido, que os puede durar muchas horas, os llevará a la fase de servicio donde los eventos, dinamizarán la acción cada día. Del mismo modo, todo lo que hay que atender a la guerra de gremios, puede resultar abrumador y muy intenso si jugáis con amigos. Dado que se un juego free-2-play, no creo que os digan que les sale caro. Aunque también habría que atender a la cuestión de los micropagos. Que obviamente, los hay y son bastante importantes.
El juego tiene muchas opciones de personalización, loot y crafting. Con eso puede ser suficiente. Pero hay una tienda, y esa recurrirá a monedas muy específicas, para adquirir objetos de todo tipo. Y digo de todo tipo, porque incluso se pueden comprar materiales de construcción y potenciadores para subir de nivel rápido y acceder a recompensas mejores, cual pase de batalla. Siempre suelo decir lo mismo, y es que si la moneda requerida para esos artículos de la tienda no se puede obtener jugando, tenemos un conflicto de intereses. Todo depende de que, una vez puesto en marcha el juego, puedan ajustar ciertas recompensas para poder obtenerlas. A día de hoy, no se ha dado el caso y eso es un problema.
Varias monedas, algunas de pago y muchos elementos estéticos que conseguir. Veremos si esto se convierte en un Pay2Win, dado que hay potenciadores y recursos dentro del pago
Pero también puede ser algo que venga adherido a la actividad de gremios y mazmorras, que me ha sido imposible completar con éxito. Y es que, a lo largo del fin de semana, nos hemos visto abocados a una situación que nos ha resultado, por desgracia, familiar por acontecimientos recientes. Si soy escéptico con los juegos multijugador, me he llevado la palma al encontrarme con la misma situación que con Test Drive Unlimited Solar Crown, impedido por problemas de servidor. Ahora bien, la respuesta de los responsables ha sido inmediata. Tiene varios medios y han sido diligentes intentando resolver los problemas con la mayor premura posible. Así que, lejos de tener la misma sensación, sólo puedo lamentarme de no haber podido disfrutar plenamente por los acontecimientos que se han producido. A futuro, espero que vaya todo mejor, que debe ser posible.
Entre el amor y el tedio, hay una línea muy fina
En este análisis de Throne and Liberty hemos comprobado que el juego ha buscado romper ciertos moldes en lo que a los MMORPG se refieren. Buscando asentar un perfil técnico muy elevado al tipo de juego que se ha propuesto, ha ahondado en mecánicas atractivas, directas y apasionantes. Pero también pueden haber cometido ciertos errores al ofrecer una propuesta que tiene algunos elementos que pueden ser disuasorios para los amantes de este subgénero de los RPG.
Cierto es que la idea de mezclar clases en una build, o el sistema de selector de objetivo para los ataques, son decisiones curiosas que pueden otorgar un juego que se sienta distinto. Pero del mismo modo, su público objetivo lo puede ver como una decisión incorrecta al no permitir ahondar en una clase con total dedicación y no resultar desafiante en su jugabilidad. No obstante, no es un juego que deba ignorarse, porque se nota distinto y en compañía puede resultar tremendamente desafiante. Además, es un juego que puede suponer un desafío en sí mismo para dominar. Pena que de primeras solo permita crear dos personajes, y quizás por ello tener que ampliar las opciones de cada uno de ellos, permitiendo construir diferentes builds en un mismo carácter. Como hemos dicho, puede ser cuestión de una decisión inteligente, pero que no se entienda.
Un mundo de fantasía muy atractivo, una experiencia extensa y adictiva, pero que puede chocar con algunos criterios dentro de un género que suele ser complicado revolucionar
En conclusión, supongo que hay que analizar este juego desde dos prismas muy diferentes. Es innegable que según la intensidad con la que se juegue, en forma de horas de juego o dinero invertido, Throne and Liberty puede dar sensaciones muy diferentes. Siendo consciente de que han habido usuarios que se lo han pasado en 5 días, da la sensación de que no se abarca la profundidad y longevidad de un producto que debería estar creado para durar. Los MMORPG solían ser un pozo de horas que convertían al usuario en esclavos por meses. Y con un horario “normal”, podría serlo.
Técnicamente busca ser sublime, pero eso también supone un coste de recursos que no todos van a lograr tener. Además, es un juego que va a tener requerimientos derivados de la condición multijugador que puede dar al traste una sensación de fluidez y belleza que se encontraría si no tuviese ese requerimiento online. Amén de poder discrepar, por preferencias personajes, de cómo se gestiona la interfaz con una abrumadora cantidad de mensajes y marcadores, puede llegar a ser un juego adictivo que nos lleve a Solisium por muchas semanas de apasionante aventura.