Estos últimos años, la industria de los videojuegos ha sufrido un aumento de obras ambientadas en el Japón antiguo, donde los samuráis son el centro de la trama. Obviamente, gracias a la libertad que este medio provee a los estudios de explorar diferentes formas de plasmar estas ambientaciones y estas historias, hemos podido disfrutar de obras totalmente distintas, como es el caso de este Trek to Yomi o Ghost of Tsushima. A lo largo de este texto, iremos viendo los puntos positivos y negativos de la obra de Flying Wild Hog. Ahora, acomodaos bien, y disfrutad de este análisis de Trek to Yomi.
El cine de Kurosawa como núcleo del juego
Cuando hablamos del mundo antiguo japonés en diferentes medios, es obligatorio hablar sobre la importancia de las películas de Akira Kurosawa, el icónico director de cine japonés. Su filmografía (entre la que encontramos obras como «Los siete samuráis» y «Ran») fue muy influyente, tanto que incluso George Lucas se inspiró en muchos aspectos para la creación de Star Wars.
Y tantísimos años después, el trabajo de Kurosawa sigue muy vigente en la mente de muchos creadores, como hemos podido ver desde la primera vez que vimos Trek to Yomi en movimiento. La obra de Flying Wild Hog bebe mucho de ese cine tanto en lo visual como en lo artístico (solo hace falta ver los planos que utiliza, el filtro en blanco y negro o ese «granulado» de película antigua). Esto lo hace de manera excelente, y consigue que el titulo sea mucho más único.
La típica historia de samuráis, pero con una vuelta de tuerca interesante
En Trek to Yomi encarnamos al joven Hiroki, quien de niño ve como su maestro es asesinado por un grupo de bandidos que asaltaban su aldea. Antes de morir, su maestro le pide que se convierta en samurái, y proteja a su pueblo y a su hija, con la que Hiroki tiene una relación especial. Años después, volvemos a vivir otro episodio traumático en la vida de Hiroki, y, esta vez, la trama nos llevará por un camino que, a priori, no pensábamos que era así.
Trek to Yomi es un viaje a los infiernos del mundo japonés, donde nuestro protagonista deberá abrirse paso entre muertos y cadáveres de su pasada vida, mientras busca la forma de encontrar su propósito en la vida, y llevar a cabo una venganza. A priori, parece la misma historia que siempre hemos visto, tanto en videojuegos, cine y literatura, pero donde de verdad brilla este Trek to Yomi es en las fases donde, valga la redundancia, estamos recorriendo Yomi.
El concepto del infierno se nos va introduciendo poco a poco en la trama, y cuando llega el momento de adentrarnos en él, es donde el título brilla con más fuerza, tanto por su diseño visual, como por la ambientación tétrica y oscura. Además, vemos como Hiroki se va enfrentando a sí mismo de una manera que, aunque no sea del todo original, le queda como anillo al dedo al título, y aporta mucho para «LA elección».
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Para ser un samurái, Hiroki deja mucho que desear…
Mecánicamente, el título presenta muy pocas novedades, ya que en las 4 horas de juego que dura, solamente pelearemos y, contadas veces, haremos algún que otro puzle nada difícil. Y ya que el título es protagonizado por un samurái, esperábamos que el sistema de combate fuese, como mínimo, algo decente y divertido… Pero parece que no ha sido así.
Desde un primer momento, ya se nota que, por ejemplo, las animaciones no son tan pulidas como deberían estar, y la sensación de «golpe» que deberían tener los golpes con la katana no existe, quitando mucho feedback del combate. Sumado a que el contraataque no está muy bien hecho, ya que los enemigos atacan con un patrón muy raro, queda un sistema de combate muy pocho, y que deja «muy pobre» la experiencia.
A pesar de ello, el viaje de Hiroki es un deleite en muchos aspectos
El título de Devolver Digital es una delicia para los amantes del mundo japonés y del cine de Kurosawa, y posiblemente sea uno de los títulos más apabullantes a nivel artístico que hemos podido ver este año. La historia, sin ser algo de lo más original, funciona, e invita a la rejugabilidad gracias a sus coleccionables y a sus diferentes elecciones que hacen que la trama cambie.
Por desgracia, el sistema de combate es un despropósito muy grande, y es sin duda la peor parte del juego, algo que no debería ser así, ya que nos pasamos todo el tiempo luchando para abrirnos paso a través de los diferentes capítulos, algo que a la larga se hace muy pesado y cansa. Al final, Trek to Yomi es un juego de «luces y sombras», y nosotros, el usuario, seremos los que deberemos elegir si pasar por alto sus fallos, o no. Eso, como en la historia de Hiroki, queda a nuestra propia elección.