A lo largo del año, los aficionados a los videojuegos enfocan sus miras hacia los grandes títulos, los más esperados y los más espectaculares. Es precisamente en ese contexto en el que pequeñas joyas independientes pueden salir de la nada y hacerse un nombre entre los grandes. Es el caso de Vampire Survivors, el juego que hoy nos ocupa y que se ha convertido en una de las sorpresas del 2022. Llegó en diciembre de 2021 a Steam en Early Access y en todos estos meses no ha dejado de sumar nuevo contenido y ampliar su propuesta. La propuesta del romano Luca Galante ya ha lanzado su versión 1.0 y, en ese sentido, hoy te traemos nuestro análisis de Vampire Survivors para PC con la esperanza de poder tener una versión para consola en algún momento.
Abraza el caos
Antes de nada tenemos que hablar del concepto jugable de Vampire Survivors, tan simple como adictivo. Y también debemos lanzar una advertencia: una vez entres en su propuesta, ya no podrás dejar de jugar. En cuanto saltamos a la acción de Vampire Survivors por primera vez veremos a nuestro personaje en el centro de la pantalla y también cómo decenas de enemigos se nos van acercando con la clara intención de acabar con nosotros. ¿Nuestro objetivo? Eliminarlos y obtener la experiencia que van dejando a su muerte para hacernos más fuertes y así poder sobrevivir el mayor tiempo posible.
Parece sencillo, pero no lo es. En resumidas cuentas, Vampire Survivors es un roguelite en lo conceptual y un bullet hell en lo jugable. Un roguelite porque cada run nos permite conseguir monedas que podemos invertir en habilidades y personajes y desbloquear nuevos poderes, reliquias, mapas, modos de juego y un larguísimo etcétera de contenido; todo ello viéndonos obligados a volver a empezar desde cero, pero con las mejoras adquiridas, en cada nueva partida, de ahí lo de roguelite. Un bullet hell porque… bueno, cuando lo juegues lo comprobarás en un abrir y cerrar de ojos. Entre las múltiples habilidades que podemos ir adquiriendo y potenciando y los cientos, incluso miles, de enemigos que nos acabarán rodeando, la pantalla se vuelve un auténtico infierno, un caos del que no querrás salir.
Existen dos categorías de poderes que podemos ir escogiendo al subir de nivel. La primera es la de armas o herramientas para hacer daño a los enemigos. Tenemos cuchillas y pistolas, pero también armas mágicas como el ajo, que hace daño de área a nuestro alrededor o la lanza, que congela a los enemigos siguiendo las agujas del reloj, lo que nos permite movernos entre ellos incluso cuando estamos rodeados por una ingente multitud. Son solo algunos ejemplos de la increíble variedad de la que goza Vampire Survivors. Por otro lado tenemos las habilidades pasivas, que nos otorgan capacidades adicionales o potencian nuestras armas. Tenemos algunas que incrementan nuestra salud o su recuperación, que aumentan el radio de efecto de nuestras armas y magias o que nos permiten revivir tras haber muerto. Es importante tener en cuenta que, a pesar de ser un juego de acción, Vampire Survivors es un título muy “automático”. Las armas que escojamos se activan, disparan y funcionan por sí solas, no debemos pulsar botones para matar a los enemigos. Lo único que debemos hacer es movernos por los niveles, esquivando a los enemigos y de forma en que aprovechemos de la mejor forma posible la trayectoria de las herramientas seleccionadas.
Como comentábamos previamente, la idea es sobrevivir todo lo que podamos mientras conseguimos objetivos secundarios que nos darán acceso a más contenido, pero no solo los miles de enemigos en pantalla serán los peligros. En cada número redondo dentro de la run (a los 5, 10, 15, etc.) irá apareciendo un nuevo minijefe que costará más de matar y que, en ocasiones, nos pondrá en apuros. Derrotarlo, eso sí, tiene recompensa. Dejará caer un cofre que puede darnos una, tres o hasta cinco mejoras de las armas y poderes que ya hayamos escogido anteriormente, además de monedas que podemos invertir en mejoras, tal y como hemos explicado antes.
Cuesta explicar por qué un juego de estas características y, sobre todo, de tal simpleza, es tan sumamente adictivo. Puede que sea por la facilidad con la que vamos destrozando a cientos de enemigos en cuestión de instantes o porque estamos subiendo de nivel cada pocos segundos. Puede que sea porque sus runs de una duración máxima de treinta minutos (a no ser que nos maten antes, lo cual pasará mucho, especialmente en nuestras primeras partidas) son ágiles, divertidas y dinámicas. El caso es que Vampire Survivors funciona como un reloj.
Influencias: de Castlevania a Pac-Man
Uno no tarda en percatarse de que Vampire Survivors desprende un gran aroma a videojuego de la vieja escuela, a clásico moderno. El propio creador, Luca Galante, ha hablado de inspiraciones e influencias que han servido para dar forma a su obra y lo cierto es que es fundamental para dar a entender qué es Vampire Survivors a cualquiera que no lo haya jugado ni visto. Visualmente es puro Castlevania clásico, muy en la línea de la saga en 8 y 16 bits, también en lo musical, con algunas piezas absolutamente magistrales. Jugablemente, no obstante, Galante hizo referencia a dos nombres muy particulares y que te servirán para comprender ante qué estamos: Bayonetta y el género musou.
La combinación de acción adrenalínica, poderes y luces y colores de Bayonetta es muy evidente en Vampire Survivors, como también lo es la influencia musou de sentirnos como dioses derritiendo a miles de enemigos en tan solo unos minutos de partida. Sin embargo, la referencia más curiosa que comentó Galante y que es muy útil para saber de verdad cómo es Vampire Survivors es la de Pac-Man, uno de los videojuegos más vendidos de la historia y uno de los grandes clásicos de la historia del medio. Obviamente no diremos que Vampire Survivors vaya a alcanzar el legado de Pac-Man, pero sí ha generado un impacto tremendo y gran conversación en 2022, que es más de lo que pueden decir la mayoría de indies pequeñitos que aparecen de la más absoluta nada.
Al igual que en Pac-Man, los primeros minutos de la partida en Vampire Survivors consisten en sobrevivir mientras eliminamos a los enemigos y conseguimos gemas que representan la experiencia que nos sirven para obtener armas y poderes, que serían los power-ups de Pac-Man. A medida que avanza la partida Vampire Survivors se convierte más en las obras mencionadas en el párrafo anterior, pero la influencia del juego de Toru Iwatani está ahí.
Un contenido inacabable
La fórmula jugable de Vampire Survivors ya es infinita de por sí. Con un elenco de decenas de personajes, cada uno con sus propias estadísticas, podríamos iniciar una nueva run en cada mapa con cada uno de ellos y tendríamos juego para cientos de horas. Pero es que además, la versión 1.0 de Vampire Survivors ha incorporado todavía más opciones y posibilidades. Hasta ahora desbloquear todo el contenido progresando en el juego, al más puro estilo de un videojuego clásico, era casi todo lo que se podía hacer, además de conseguir todos los logros internos del título.
Tras su salida del Early Access, Vampire Survivors nos permite desbloquear otros modos que transforman por completo las partidas. Ahora tenemos un modo difícil para aquellos a los que el original se les quedara ya corto; otro llamado Arcanos, que introduce una nueva mecánica de cartas con la que al principio de partida debemos escoger entre una de las opciones para obtener un poder pasivo adicional y totalmente novedoso; el modo Rompelímites, que elimina el límite de tiempo de treinta minutos por partida y nos invita a durar tanto tiempo como podamos; o nuevos mapas de desafío, como uno en el que nos enfrentamos sin parar a todo tipo de jefes que hacen que la experiencia sea mucho más desafiante. En definitiva, contenido para todos los gustos, todos los tipos de jugadores y para cientos de horas de diversión.
Conclusiones
Vampire Survivors es la definición de juego adictivo. Un título que, sin saber muy bien cómo, te atrapa y no te suelta. Cada run es una nueva aventura y más emocionante que la anterior. Desbloquear todo el contenido y conseguir la partida perfecta se convertirá en tu obsesión durante decenas de horas. La propuesta de Luca Galante, tan simple como divertida es, sin duda alguna y aunque pueda tomar por sorpresa a algunos, uno de los mejores juegos del 2022. ¿Candidato a GOTY? El tiempo lo dirá.