Tras la compra por parte de Microsoft, InXile Entertainment afronta un nuevo futuro prometedor como uno de los estudios dedicados al género RPG con más talento y recursos del panorama actual, pero antes de dar paso a esa nueva etapa, el equipo de Brian Fargo aborda el lanzamiento de Wasteland 3. Se trata de la tercera entrega de una saga de rol clásico que ayudó a definir el género, y de la que han bebido otros nombres tan importantes como Fallout.
No lo ha tenido fácil, ya que hubo que esperar hasta 2014 para ver una secuela del original de 1988, pero tanto la segunda parte, como este tercer capítulo, conservan todo lo que hizo revolucionar el género. Hablamos de un mundo y una narrativa atrapante, con diálogos muy bien escritos y toma de decisiones, un sistema de combate táctico desafiante y, por su puesto, un montón de elementos roleros para definir tu personaje.
En este análisis de Wasteland 3 veremos cosas que funcionan muy bien dentro de su clásica propuesta y cosas que no lo hacen tanto. En definitiva, trataremos de explicar que tiene que aportar esta nueva entrega a un género que cuenta con grandes exponentes en los últimos años y a qué tipo de público va dirigido.
Rol de la vieja escuela – Historia y narrativa
Para quien todavía no esté al tanto, Wasteland propone un futuro postapocalíptico donde la sociedad tradicional que todos conocemos se fue al garete tras una guerra nuclear a escala global. Sí, igual que Fallout. Como en el juego de Bethesda, tras la catástrofe, siguió el caos y el surgimiento de facciones de todo tipo, mientras algunos herederos de la autoridad del pasado tratan de mantener el orden en el nuevo mundo. Es el caso de los Rangers de Arizona, grupo militar protagonista de la saga Wasteland.
Como secuela directa de la segunda parte, Wasteland 3 comienza con el viaje de los Rangers a Colorado para asentar una asociación comercial que provea de suministros a la vecina Arizona y poder continuar con su labor de paz. Aunque como siempre pasa en estos casos, la cosa se complica y los rangers se ven envueltos en una nueva disputa de poder entre varias líderes que tratan de gobernar el lugar y derrocar al Patriarca, quien solicita el apoyo de los rangers.
Como buen RPG clásico de la vieja escuela, esto se traduce en un montón de personajes clave, facciones e intereses creados que habrá que ir desgranando poco a poco a través de una historia muy bien construida, con mucha calma, en la que habrá que tomar importantes decisiones a través de un sistema de diálogos impecable. Como no podía ser de otra manera, el desarrollo de nuestros personajes será vital a la hora de afrontar un conflicto desde diversas vías, y las consecuencias serán reales en el mundo de juego, afectando a la manera en que la gente nos trata de ahora en adelante, por ejemplo.
Por supuesto, contamos con la tradicional estructura de misiones principales y secundarias que garantizan un montón de horas de juego en el juego más grande de la saga hasta la fecha. El propio Fargo lo definía como un juego de tamaño “épico”.
Poder de decisión – Desarrollo de personaje
Gran parte de la gracia de esta narrativa, como decíamos, está en sus mecánicas roleras y desarrollo de personajes. La piedra angular de la experiencia de Wasteland 3. Como no podía ser de otra manera, contamos de inicio con la posibilidad de crear dos personajes de cero con los atributos y habilidades que más no interesan para ir progresando en estas ramas u otras nuevas a lo largo de la partida. Más adelante, nuestro pelotón de hasta 6 unidades podrá contar tanto con unidades de a pie, sin trasfondo, como personajes claves de la historia que podremos unir a nuestro grupo.
Puede que Wasteland 3 sea una entrega algo más accesible en sus elementos RPG para el gran público y que realmente no inventa nada dentro del género, pero también hay que decir que lo hace realmente bien en cada una de sus diferentes propuestas.
En lo que se refiere al desarrollo de personajes, los atributos y habilidades, más allá e mejorar sus estadísticas de vida o puntos de acción, permitirán equipar objetos con ciertos requisitos, mayor pericia en el manejo de ciertas armas, mejora de equipo, curación, hackeo, abrir cerraduras u otro tipo de situaciones especiales donde haga falta cierta especialización. Las habilidades activas, las que se pueden usar durante los combates, dependerán de las ventajas desbloqueadas en cada una de etas ramas de habilidad.
Por otra parte, nos encontramos la gestión de la base de los Rangers, que sirve de refugio y aprovisionamiento. Desde aquí podremos gestionar el pelotón y mejorar el vehículo de exploración, aparte de comerciar y curarnos si disponemos de aliados que nos lo permitan. Funciona como centro neurálgico y, como es una institución independiente de la autoridad local, podremos reclutar personal de todo tipo para que nos ofrezcan sus servicios y desbloquear mejoras.
Acción táctica – Mundo abierto
Esta faceta de rol clásico se implanta también en su sistema de combate. Como ya sabréis, se trata de un juego de acción táctica por turnos con casillas y coberturas al más puro estilo X-Com. Cada personaje tiene unos puntos de acción para gastar entre moverse, atacar, o el uso de habilidades y objetos. No hay mucho misterio en este asunto, aunque cabe señalar que es mucho más ágil y divertido que en entregas pasadas gracias a la versatilidad de los personajes y la variedad de enemigos.
El sistema de exploración antes de entrar en combate sí resulta interesante, ya que podremos movernos libremente en cada emplazamiento o por el mapa de mundo abierto de manera totalmente libre. A pie, el control es algo impreciso e irregular, por lo que puede que en más de una ocasión nos tropecemos con una trampa o nos descubran los enemigos por error. Esto hace también que gestionar individualmente cada miembro del grupo para afrontar un conflicto inminente de la manera más ventajosa resulte más engorroso de la cuenta.
Cabe recordar que cuenta con modo multijugador, por lo que se puede jugar con amigos.
A la hora de desplazarnos por su mundo abierto, como mencionamos antes contaremos con un vehículo todo terreno, que podremos mejorar para acceder a zonas de radiación o para tener un mejor desempeño en combate. Durante la exploración libre, aparte de poder conseguir suministros desperdigados por el escenario, hay encuentros dinámicos en los que podremos tratar de pasar de largo o afrontarlos y luchar. Si decidimos pelear, el vehículo se unirá al pelotón con una descomunal potencia de fuego.
Gráficos – Rendimiento
Aunque InXile Entertainment forma ahora parte de Microsoft y cuenta con más recursos, el acabado y rendimiento de Wasteland 3 demuestran los inicios independientes del proyecto. Se queda algo corto en ciertos aspectos.
Esto se refleja en una calidad visual sin demasiadas florituras, especialmente en el modelado de personajes. Los escenarios lucen más por su diseño que por el acabado en sí, y hay que esperar hasta los encuentros en primera persona con ciertos personajes clave para ver modelados de más calidad.
Sin embargo, el rendimiento es el mayor de sus problemas. Encontraremos problemas de rendimiento en varias localizaciones, especialmente en la base. En zonas abiertas a pie, caminar entre los árboles se hace realmente molesto por la caída de frames y los trompicones de la imagen. A lo que hay que sumar cierto retardo a la hora de realizar acciones como abrir un cofre o activar un mecanismo, y algún que otro pequeño bug. Además, hay bastantes pantallas de carga, y no son precisamente cortas.
En cuanto al audio, se agradece que todos los diálogos, por pequeños que sean estén doblados. En inglés, eso sí. La localización al español está realmente bien.
Los efectos de sonido y la banda sonora, por su parte, están a un buen nivel. Motiva mucho explorar las montañas nevadas de colorado en una quitanieves con pinchos y una metralleta con forma de cabeza de payaso al ritmo de música metal.
Conclusiones
Wasteland 3 no supone una gran revolución para el género o para su misma franquicia, pero sí es uno de los principales referentes de una vieja escuela de rol que ayudó a definir las bases que han seguido el resto de propuestas desde la década de las 80. Hay mimo y talento en la construcción de su mundo, sus historias y sus diálogos, al igual que en el resto de elementos roleros, aunque se ve ligeramente lastrado por un acabado no muy llamativo y varios problemas técnicos. Es lo suficientemente accesible para que cualquier jugador, por neófito que sea, pueda disfrutar de su experiencia, mientras que los puristas del género encontrarán una gran aventura a la que dedicar mucho tiempo para exprimir sus posibilidades.