Watch Dogs 2 supuso un salto importante respecto al primer Watch Dogs protagonizado por Aiden Pearce. Un salto cualitativo, porque en muchos aspectos, y en términos generales, fue un mejor juego que la entrega original, pero sobre todo un salto de tono, hacia algo menos serio y más cercano a la sátira. También supuso, dicho de paso, el establecimiento de una nueva saga para Ubisoft. Y como os vamos a contar en nuestro análisis de Watch Dogs Legion en Xbox One, se trata de una nueva secuela que busca dar un nuevo salto mientras que mantiene intactos los principales elementos.
Hay un núcleo jugable central que continúa suponiendo la base de esta nueva entrega y por el que podemos identificar que Legion es, en cierto modo, Watch Dogs 3. Empezando por una ciudad que vuelve a ser la auténtica protagonista del juego. Como ya ocurría con San Francisco en la segunda entrega, en esta ocasión la Londres distópica que se nos presenta y toda la ambientación que la rodea es uno de los mayores puntos a favor de Legion, y uno de los principales motivos para sumergirnos en esta nueva entrega.
Londres, la auténtica protagonista
Comenzaremos a jugar en una Londres post-Brexit, en un futuro cercano, que se encuentra sumida en el caos entre varias fuerzas corruptas o que buscan sus propios intereses. Entre todas ellas, Albion es la más importante, y la que toma el control después de un atentado que se achaca a Ded Sec. Como empresa de seguridad, os podéis imaginar que será la encargada de mantener en constante vigilancia a los ciudadanos en un estado de opresión. Bajo este escenario, DedSec es la organización de la que formaremos parte, y que buscará la rebelión de la ciudad frente a todas estas medidas, devolviendo la libertad a sus ciudadanos.
Desde que se nos presentase el juego, el mayor reclamo de Watch Dogs Legion ha sido el paso de jugar controlando a un solo protagonista, a la ambiciosa propuesta de poder controlar a cualquier NPC que reclutemos para nuestro equipo. Una idea arriesgada, pero que en la práctica creemos que funciona correctamente, con su más y sus menos como comentaremos a continuación. Pero este salto, en realidad, no ha hecho más que poner más el foco en el propio escenario de juego. Como sandbox, Watch Dogs Legion hace del terreno y la ambientación un elemento jugable y protagonista.
Esta Londres futura y distópica es preciosa, y está reimaginada y recreada de una forma preciosa y extremadamente detallista. Y aunque Watch Dogs Legion no nos sorprende gráficamente -ya os contaremos qué tal funciona el juego en la nueva generación a partir del 10 de noviembre-, sí que impacta el nivel de detalle y mimo puesto en cada calle de la ciudad o en cada interior, pero sobre todo en cada lugar emblemático. Algo que a lo que Ubisoft nos tiene bien acostumbrados, pero que luce incluso más en este juego.
Esto se traduce en que sea un gusto constante recorrer la ciudad de un lado a otro mientras contemplamos los rincones más emblemáticos de la ciudad, perfectamente recreados aquí, o incluso nos infiltramos en ellos. También llama mucho la ambientación esa ambientación futura, en la que se mezclan ciudadanos vestidos de forma clásico y formal con otros totalmente estrafalarios. O los coches automáticos invaden la ciudad, mientras que a la vez vemos algunos vehículos antiguos conducidos por sus propietarios.
Estos detalles, junto a una conducción que se mantiene arcade pero que ha sido algo más pulida, hacen que nos olvidemos de los numerosos puntos de viaje rápido, y no nos importe demasiado andar dando viajes de una punta a otra de la ciudad.
Es fácil de entender, una vez que estás jugando a Watch Dogs Legion, por qué Ubisoft ha decidido que en Xbox Series X el juego vaya a mantenerse en esos 30 fps estables a los que ya funciona en One X, pero vaya a adquirir Ray Tracing. Porque si había que elegir, pasear por las calles de esta Londres post-Brexit con esa mejora técnica se convertirá en un placer mayor. Mientras que no se trata de un juego en el que los momentos de acción adquieran tanta importancia como en Assassin’s Creed Valhalla, por ejemplo.
Hackeando con todos y como siempre
En términos jugables Watch Dogs Legion es una entrega muy continuista. Se han introducido algunas novedades, como el mejorado combate cuerpo a cuerpo. O varios gadgets nuevos, que podremos ir desbloqueando conforme consigamos puntos de tecnología, entre el que brilla por encima de todos el robot araña. Un acompañante que nos sacará de un gran número de apuros y que será de gran ayuda a la hora de infiltrarse en zonas vigiladas. Igual de interesante es el dron de carga, con el que podremos sobrevolar los edificios, alcanzando así rutas de infiltración u objetivos elevados.
Esto, unido a los numerosos y diferentes atributos que encontraremos en los agentes reclutados, y a un diseño de niveles que siempre aporta diferentes vías de resolución, aporta bastante variedad de situaciones para hacer de Legion un mejor juego que las entregas anteriores. O dicho de otro modo, los defectos siguen estando ahí: escasa variedad de objetivos, una inteligencia artificial bastante irregular o unos movimientos y animaciones que no siempre acompañan; pero todas estas novedades hacen que el conjunto luzca mucho más, y que sea más fácil pasar por alto esos posibles defectos.
Cada objetivo se plantea como un pequeño puzle que tendremos que resolver eligiendo de qué manera actuar. El plataformeo como decíamos ha adquirido cierto peso debido al dron araña que será uno de los gadgets más recurridos, y aunque está bien resuelto en algunos momentos puede resultar algo pesado. Pero también contaremos con las opciones habituales e intentar ir de cara con nuestro personaje, ya sea hackeando cámaras, móviles de los enemigos, tendiendo trampas o incluso tirando de alguna ventaja como camuflarnos temporalmente. O si preferimos la acción más directa, empleando armas de fuego y armas no letales, aunque la vía “violenta” puede acabar poniéndonos las cosas más difíciles y, sin duda, es la parte menos gratificante de resolver los problemas en Watch Dogs Legion.
Resumiendo, las opciones son muchas, pero el juego está diseñado de forma que no se nos obligue a una determinada vía, por lo que podremos jugar con cualquier personaje en cualquier situación sin demasiados problemas. Todos ellos cuentan con elementos que los diferencian, pero todos son capaces de combatir cuerpo a cuerpo, disparar armas o hackear drones.
Cuando decía de que la ciudad era la auténtica protagonista en Watch Dogs Legion, no lo decíamos solo por el escenario, sino también por todos sus ciudadanos. La ciudad está más viva que nunca, porque cada personaje que encontramos por las calles puede ser reclutado y convertirse en un nuevo aliado en la lucha contra Albion y demás organizaciones que se entremezclan en una trama que, dicho sea de paso, no está a la altura del mimo puesto en el escenario de juego. Y donde se encuentra el mayor interés es en el humor que desprende cada situación y las múltiples referencias.
Aunque en un principio el paso de controlar un solo personaje a tantos como queramos podría darnos la impresión de que se iba a perder carisma a lo largo de la aventura, lo cierto es que no es así del todo, y todo depende de la manera en la que juguemos. Hay por Londres todo tipo de personajes, que cuentan con sus biografías -que más o menos repiten ciertos patrones- y habilidades particulares, o que incluso guardan relación entre ellos, y es fácil que pronto tengamos a un núcleo de personajes favoritos con los que querremos jugar la mayoría de misiones. Podemos incluso, si así lo decidimos, jugar casi todo el juego con un solo personaje. Sorprende que todos los agentes salgan en las escenas, o que cuenten con su propia voz, que por cierto estará doblada al castellano, aunque en nuestro caso no hemos podido escucharla todavía ya que el paquete de descarga no se encontraba disponible hasta el lanzamiento.
La propuesta de Ubisoft en este sentido no se queda en una anécdota, sino que se ha cumplido lo prometido y se nota en el trabajo que hay en hacer diferenciar a unos personajes de otros. Una tarea que no se presentaba nada sencilla, pero que se ha resuelto de una forma muy satisfactoria. Esto no siempre está tan bien logrado con los más comunes, pero conforme vayamos realizando tareas que hagan que partes de la ciudad vayan rebelándose, irán surgiendo por el mapa algunos agentes más expertos, que contarán con habilidades más exclusivas y que resultarán más atractivos. Para que os hagáis una idea, en mi caso he completado buena parte del juego con una agente espía que contaba con un reloj capaz de neutralizar todas las armas enemigas, y que contaba con un coche especial equipado con lanzacohetes. También habrá algunos personajes «especiales» que iréis descubriendo poco a poco.
Cómo conseguir a El Rubius en Watch Dogs Legion
En este aspecto hay muchas sorpresas por descubrir, detalles que no siempre afectan de forma tan directa a la jugabilidad o a la manera en las que afrontaremos la mayoría de misiones, pero que van dotando al desarrollo de un encanto y variedad que tal vez sí se echó más en falta con las anteriores entregas. A todo esto además podemos sumarle la opción de la muerte permanente, que podemos activar al comienzo de nuestra partida, y que hará que si alguno de nuestros agentes cae en combate, lo haga para siempre y tengamos que recurrir a otro.
De igual forma de vez en cuando podremos encontrar algunos agentes con la “habilidad” pasiva de muerte permanente, aunque no hayamos activado esta opción. Esto es uno de los elementos más divertidos, encontrar a los agentes con los atributos más particulares, que nos permitan afrontar las situaciones de diferentes formas. Estos atributos no siempre serán favorables, pero a cambio los agentes contarán con otros que sí lo sean. Por ejemplo algunos personajes estarán mejor preparados para el combate cuerpo a cuerpo -bastante mejorado aquí, por cierto-, pero les será más difícil pasar desapercibidos, al contrario que otros.
Bajo esta premisa, iremos eligiendo a nuestros agentes favoritos para ir desarrollando cada misión o tarea secundaria. Hay muchas repartidas por el mapa, desde algunos minijuegos, como jugar con un balón de fútbol a una especie de club de boxeo clandestino, y misiones secundarias con las que podremos ir logrando que varias zonas de la ciudad de rebelen, desbaratando publicidad o haciendo o realizando pintadas, lo que nos ofrecerá ventajas luego en el mapa. Un mapa repleto de actividades por completar, coleccionables que nos van dando más detalles sobre el mundo y la situación de sus ciudadanos, o tiendas en las que comprarnos nueva ropa y complementos.
Conclusión
Watch Dogs Legion es una entrega continuista en el plano jugable. Con algunas mecánicas añadidas, y otras que se encuentran algo más pulidas. Pero siendo un juego fiel con ese núcleo, busca la innovación en otros aspectos. Partiendo para ello de una cautivadora Londres distópica y post-Brexit, que es la auténtica protagonista del juego junto a todos sus ciudadanos.
Y el resultado final es bastante interesante. Un juego que busca contarnos algo, tal vez no demasiado profundo, pero que con su sátira y sus referencias, unido al atractivo visual de la ciudad, se convierte en un escenario en el que juguetear con diferentes personajes, opciones y gadgets con los que afrontar misiones, resulta bastante atractivo.
Sin embargo el mayor “pero” de Watch Dogs Legion puede encontrarse en el enfoque que el propio jugador tenga con el juego. Los objetivos en misiones principales y secundarias no son muy variados, por lo que si nos limitamos a jugar de una única manera sin aprovechar las opciones que ofrecen los distintos personajes, atributos o habilidades, o el diseño de niveles, el resultado final no es tan divertido. Pero si os gusta “juguetear” con todas esas opciones que están ahí, lo pasaréis muy bien recorriendo esta Londres distópica mientras llamáis a la rebelión.