Dado que cada vez son más los títulos de conducción que abarcan la simulación en consolas, que apetezca dar el paso de mando a volante es algo que puede suponer un gran problema. Pero Logitech siempre ha intentado acercar a los usuarios de Xbox un producto de garantías. Hasta ahora, el dispositivo que había en el mercado era el Logitech G920, que tenía la base del otro modelo, el G29, pero también algunas carencias. Ahora surge su sucesor y lo hemos probado para poder acercaros este análisis del Logitech G920 para Xbox One y PC.
El primer paso que ha dado Codemasters es reunir en un mismo concepto y diseño los dos modelos que han lanzado para esta nueva generación de volantes. El Logitech G923 se ofrece en una versión para las consolas de Sony, y otra para las consolas de Xbox, ambas compatibles con PC. Con el mismo nombre, son el mismo producto, de forma que esas opciones extra que no se habían considerado para el G920, ahora están incluidas.
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Análisis del Logitech G923 para Xbox One y PC
Solido y eficiente
Si nos centramos en la calidad del producto, Logitech ofrece un volante y pedales con una construcción sólidas. Recuerda mucho al modelo anterior, pero se nota algo más compacto, como mejor acabado. El tacto del aro es suave, combinando cuero y goma en la zona de agarre más habitual. El resto de componentes, están ensamblados combinando aluminio y plástico duro bien montado.
Las levas, que son un elemento crítico, dan la sensación de ser algo más grandes, y mantienen como material el aluminio. Su tacto es preciso, con un corto recorrido que termina en un característico sonido de contacto. Todo ello está ensamblado a la base, que es el elemento que salvo por la pegatina de TrueForce, parece exáctamente la misma que la anterior. Y es precisamente ahí donde se puede intuir, que radica el principal aspecto que ha determinado el lanzamiento de este nuevo modelo.
El sistema de anclaje es el de siempre, con unas abrazaderas bastante contundentes y un sistema de ajuste que al final puede recogerse un poco para que no sobresalga. No son demasiado aptas para superficies lisas, como puede ser metal, y requiere de cierto grosor para poder agarrar bien. Por otro lado, al ser la misma base, sigue siendo compatible con los mismos soportes que antes. De esta forma me ha sido muy sencillo desmontar el que tenía, y ensamblar este. Una vez montado, el tacto que transmite parece diferente. Aunque pueda ser debido al tiempo y trote del anterior, la realidad es que incluso da la sensación de ser algo más grande, se adapta muy bien a la mano en la zona preparada para el agarre.
Volante sin demasiadas opciones de personalización pero que puede no requerirlo
Pero el aro no ha cambiado sus dimensiones, de forma que familiarizarse con él no parece que vaya a ser problema para nadie. La zona de la botonera cambia ligeramente. No por los que tiene en común con el G920, sino por la adición de dos grupos de botones adicionales. En un lado, dos botones dispuestos uno encima del otro, y en el lado derecho, una ruleta con un botón contundente en el medio. Evidentemente, son perfectos para determinadas gestiones en los juegos. Pero su asignación va a suponer un problema para los usuarios de consola.
Con todo esto, agarrando el volante como dicta la normativa de circulación, podemos acceder fácilmente a todos los botones con los pulgares. En cierto modo, esta puede ser la razón por la cual el tamaño y el concepto del volante no ha cambiado demasiado frente a su antecesor. Lo que si han incluido en esta ocasión para el modelo de Xbox, son la serie de LEDs en la parte superior del aro, pero de eso, hablaremos más adelante.
Las mejoras de materiales ofrecen un tacto de calidad al Logitech G923
Cambiando de tercio, nos centramos en la construcción del otro componente, los pedales. En una primera impresión, no parecen cambiar. En cuestión de construcción, no hacía falta cambiar de materiales, donde los pedales son sólidos, en aluminio. La base tiene una extensión bastante amplia y tiene un peso lo suficientemente elevado como para permitir un mayor agarre. Lo cierto es que siempre existirá ese problema, pero bien añadieron algunos accesorios para que tuviese un mejor agarre en superficies como alfombras y moquetas. En un soporte, siempre se puede atornillar igual que se atornillaba el anterior.
A la hora de su instalación, usa el mismo sistema de organización de cables, muy acertada y realmente útil. Cuatro ranuras darán acceso a un compartimento interior, en el que se encuentra un organizador que nos permitirá llevar los cables hasta su correspondiente conexión. Una para el USB, otra para la corriente, los pedales y el shifter, si se posee. Un sistema realmente funcional, que permite recoger el cable sobrante y que no quede colgando por ahí. Las cosas que están bien hechas, a veces es mejor no cambiarlas y en esta opción lo han hecho muy bien.
Con todo esto, nos damos cuenta que el producto es continuista, pero han añadido cosas que, por algún motivo, no introdujeron en la versión de Xbox One en el pasado. Tiene un tacto más consistente, que denotaría cierta mejora en la calidad de construcción. Pero lo que realmente importa es lo que transmite, y ahí encontramos una verdadera evolución.
Son muy parecidos, pero hay diferencias más y menos evidentes. Una evolución lógica y acertada
El TrueForce como elemento diferencial
La evolución del volante llega por la introducción de un nuevo sistema de Force Feedback, una nueva tecnología que han hecho llamar TrueForce. Logitech ha definido este nuevo sistema como un Force Feedback de nueva generación, lo que viene bien traído considerando que estamos en un año en el que salen las nuevas consolas. Y la realidad, es que esta nueva tecnología, más que por los aspectos técnicos, convence por las sensaciones que transmite.
El mayor problema que podemos encontrar con el TrueForce es que su aplicación, por ahora, se limita a tres juegos, dos de ellos en Xbox. GRID y Assetto Corsa Competizione ofrecen una experiencia muy distinta a la que nos encontramos en otros juegos. Habiendo puesto a prueba el volante en Project CARS 3 y GRID, nos hemos encontrado que esa tecnología TrueForce si que supone un cambio radical en la experiencia de juego.
Según explica Logitech, la nueva tecnología TrueForce permite llevar la transmisión de las físicas al volante con Force Feedback de alta definición con fuerzas controladas con precisión y una velocidad de actualización sin precedentes. La evolución de la tecnología ha permitido que Logitech haya conseguido una evolución que combinando librerías de efectos y sensores hápticos, se ofrezca una mejor sensación cuando se conduce con este volante.
El TrueForce tiene poco soporte, pero puede llegar a marcar la diferencia
Y la realidad es que es así, porque en el caso de GRID se puede llegar a notar cómo el coche está conectado al asfalto. La tecnología de TrueForce llega a ofrecer un tacto que informa sobre las irregularidades con pequeños efectos que son perceptibles. No es excesivamente duro, no es excesivamente brusco, es todo muy sutil y la capacidad de percepción es realmente sorprendente. Claro que, el uso de esta tecnología es escasa, y cuando nos ponemos con un juego que no la tiene, el volante pierde ese extra que aporta el TrueForce.
Aun así, no se puede decir que la experiencia sea mala en otros casos. El volante ofrece un buen agarre y transmite de forma muy sutil toda la información. Cada juego tiene sus ajustes para endurecerlo más, o para que haya más resistencia. El Force Feedback clásico sigue estando ahí, y en juegos como Forza Motorsport 7 o F1 2020 su rendimiento es tan sobresaliente como era el anterior. Al final, es una evolución de un producto que ya era muy bueno de por sí.
Pero por otro lado nos encontramos con un volante que tiene 900º de giro. No es algo que vaya a tener demasiada relevancia en juegos de carreras, pero si que puede ser especialmente interesante en otros juegos que cambian de aires. En el caso de SnowRunner o Euro Truck Simulator nos encontramos que esta capacidad de poder dar tres vueltas al volante, ofrece una mejor experiencia, pues es algo muy propio de los camiones. De forma que es un dispositivo adecuado para todo tipo de perfiles de jugador, desde los amantes de las carreras en circuito, a los amantes del transporte por carretera.
Los LEDs nos dará una pista muy visual de cuándo cambiar
No por ello deja de ser un buen volante, porque sigue ofreciendo precisión y una resistencia configurable muy adecuada. Lo que si pasa, es que al probar las mieles del TrueForce, da la sensación de que lo otro es vulgar. Pero sin llegar a ser un producto de gama alta, su calidad y capacidad de transmitir la velocidad al jugador, son fabulosas.
Corrigiendo su peor defecto
Y aunque el TrueForce parece ser el elemento que diferencia al producto de su antecesor, la ausencia de juegos que ofrecen soporte lo dejan como una tecnología desaprovechada. Es el inicio y posiblemente muchos juegos se den cuenta de que gracias a ella se podrá albergar una experiencia superior. Pero si hay algo que ha cambiado, de forma notable y para bien, son los pedales. Muchos usuarios del anterior modelo, entre los que me incluyo, sufrieron lo suyo con la decisión de poner un taco en el pedal del freno. Habiendo recibido el feedback, Logitech ha buscado un cambio en este aspecto y ahora el pedal del freno es progresivo, sin hacer tope a medio recorrido.
El freno se convierte en uno de los protagonistas indiscutibles de este salto al Logitech G923 desde el G920. Sin duda es una de las cuestiones que casi todos van a comprobar, el pedal de freno. Y es que ahora el pedal de freno ofrecerá ese recorrido que antes se echaba en falta, y además lo hace debidamente. Logitech ha trabajado para intentar simular esa mayor resistencia cuanto más se pisa con un pedal que ha descrito como «pedal progresivo». En el fondo, es el uso de un muelle que tiene una mayor resistencia cuanto más comprimido está, requiriendo de hacer más presión cuanto más lejos llevamos el pie.
Uno de los cambios más agradecidos, el pedal del freno progresivo
Seguramente, los que vengan del G920, ahora no tengan problemas en sobrepasar el límite del bloqueo de las ruedas, pero es cuestión de adaptarse en unas cuantas pasadas de frenada. En lo demás, el resto de pedales ya eran muy buenos en la anterior pedalera. En esta ocasión, ese ligero cambio que han introducido ofrece una sensación tanto o más precisa que antes. Los tres pedales tienen diferentes grados de resistencia, donde el freno es el más duro, y el embrague el más blando. Y gracias a ese grado intermedio del pedal del acelerador, no hay problema en ir ajustando el gas de forma gradual y precisa.
Puede que aquí también se hubiera necesitado cierto grado de dureza mayor al final del recorrido, pero no es algo que realmente sea necesario. La resistencia del pedal del acelerador está bien ajustada para poder ser precisos con el juego de tobillo, mientras que el pedal del embrague se deja pisar hasta el fondo sin hacer apenas esfuerzo.
Para PC, hay una herramienta nueva para asignar controles muy interesante.
Otros aspecto interesantes
Consideramos ahora otro aspecto interesante es comprobar que han querido mantener cierta retrocompatibilidad con su anterior versión. El Logitech Driving Force Shifter es totalmente compatible con el Logitech G923, de forma que si lo tienes, puedes utilizarlo. Y esto para muchos será un elemento importante para plantearse el salto a este nuevo modelo mejorado.
Pero si encontramos un problema con el Logitech G923, al menos en consola. Pasando por alto la espera por ver nuevos títulos que hagan uso del TrueForce y de los LEDs, la oferta de nuevos botones no parece ser adecuada en el caso de Xbox One. Ya nos hemos dado cuenta que la oportunidad de configurar el volante, que en el caso de PC requiere de un software específico, no se ofrece en Xbox One. Por tanto, esos botones adicionales que se ofrecen quedan ahí para no cumplir ninguna función. Es algo que desde Microsoft deberían valorar añadir, y no solo por poder emplearlos en los menús de algunos juegos que quedan funciones sin asignar… incluso para configurar macros de combinaciones de botones en la aplicación de dispositivos.
Evolución lógica y acertada
En definitiva, el Logitech G923 parece un paso al frente, más que un salto. En este paso, la evolución ha sido consistente, sin que fuese radical. Una percepción de mejores materiales, la corrección de uno de sus más importantes fallos en la edición anterior y equiparar modelos en todas las plataformas, es el paso principal. Con esto, lo primero ha sido ofrecer un volante en torno por 399€ que ofrece una experiencia de alto nivel, siendo una apuesta muy fuerte dentro de esa gama media.
Pero ahora mismo hay una apuesta de futuro en marcha, el TrueForce. Dado que se ha podido probar las mieles de este Force Feedback de alta definición, queda la sensación de que queda mucho trabajo por delante para convencer a los desarrolladores de que la incluyan. Realmente es una tecnología que sabe ofrecer un cambio muy grande respecto al Force Feedback convencional. De este modo, cuando se hace uso de el, en los pocos juegos que lo tienen por ahora, nos encontramos con algo realmente sorprendente.
Pero hay algunas cosas que no quedan del todo bien, como es que en su llegada a Xbox One, todas esas opciones que ofrece incluir nuevos botones no sirvan de nada. En PC tiene fácil solución, gracias al Hub de Logitech. Incluso, existe la opción de instalar un plugin con librerías para que otros juegos, a priori no compatibles, puedan hacer uso de los LEDS. En el caso de Xbox One, este elemento que añade un plus, no lo aprovecha.
Sin entrar en modelos modulares, Logitech vuelve a ofrecer un producto de buena relación calidad-precio
Y luego estaría la cuestión de que Logitech no parece animarse a afrontar un modelo modular. Como volante de gama media, y prestaciones elevadas, el Logitech G923 se hace fuerte en este segmento. Por construcción, sensaciones y precio, la experiencia que proporciona puede equipararse a modelos algo más caros, sobre todo mirando a su rival más directo, Thrustmaster. Pero no deja de notarse que a Logitech le hace falta creer que puede ser capaz de abarcar la gama medio-alta con modelos modulares.
El Logitech G923 parece una compra lógica, con un precio que parece elevado, pero está más que justificado. Solo será cuestión de esperar nuevos juegos que incluyan el TrueForce para que este volante sea cada vez más atractivo, y más rentable. En definitiva, es una alternativa lógica y que apunta a ser muy acertada cara a la evolución de los videojuegos de carreras.