Viernes 13 es una saga que prácticamente creó el género slasher. Películas en las que un desalmado asesino acababa de manera grotesca con unos adolescentes confiados y llenos de hormonas. La propuesta que se nos presenta ahora viene de Gun Media y nos permite meternos en la piel de uno de los campistas o del mismísimo Jason Vorhees. A continuación os contamos si han conseguido captar la esencia del mítico asesino de la máscara de hockey.
En un campamento parecido a este
Lo primero que vemos en Viernes 13 es que los gráficos no son bonitos. Estamos ante un juego asimétrico de terror, con lo que todo es bastante oscuro y aterrador. Las luces crean sombras mortecinas y los árboles nos desubican con sus formas. La hoguera crea una sensación extraña cuando la vemos y las cabañas parecen esconder secretos. la ambientación está muy bien, por desgracia es casi lo único que se salva.
Los gráficos son feos. Se supone que es Unreal engine 4, pero no lo parece. El escenario no está bien tratado. Suelos y paredes no tienen una gran definición. Es cierto que la iluminación está muy bien traída, pero solo adecenta ligeramente algo feo.
El escenario es genérico, cabañas con poca personalidad y que parecen presets. Pero es peor lo de los personajes. Queremos entender que, al igual que en las películas, los campistas deben parecer genéricos. Pero una cosa es ser genérico y otra cosa tener esas expresiones. La gente se quejaba de Mass Effect Andromeda, pero ver repetidas veces la intro de cada partida y a ese personaje rubio abriendo la boca es horrible.
Ahora bien, no es todo malo. A parte de la iluminación, que ya hemos alabado, los efectos de niebla están muy conseguidos. Estar en el bosque y no ver bien a causa de la ligera niebla nos da cierta tensión. Además, durante la partida, podremos ver “defectos” en nuestra visión. Esto ocurre cuando Jason está cerca. Por ejemplo, la pantalla empezará a verse mal, como si le costase encontrar la frecuencia. Como si necesitáramos dar al botón de tracking. Esto es muy ochentero y queda muy bien. Además, cuanto más defectos de este tipo hay, más cerca estará nuestra muerte. Son momentos estupendos que te hacen saber que van a por ti. Además, la cámara se acerca, haciéndonos perder cono de visión, lo cual acrecienta nuestro miedo, ya que cada vez vemos menos a nuestro alrededor.
Aunque sin duda, donde brilla el juego es en su banda sonora y efectos de sonido. No hay mucho que hablar al respecto, los efectos están bien y cualquier cosa hace suficiente ruido para ponernos nerviosos. Pero lo de la banda sonora es muy especial. Generalmente no suena nada. Las voces de nuestros compañeros, la búsqueda de objetos en cajones, las puertas abriéndose, etc. Entonces, suena el famoso “Ki Ki Ki Ma Ma Ma” de las películas.
Por alguna razón se te encoge el estómago. Esa música significa que Jason anda por ahí. Entonces las luces de la cabaña se apagan y alguien empieza a romper las ventanas. Estos efectos realmente te ponen nervioso. Después de muchas partidas, escuchar el “Ki Ki Ki Ma Ma Ma” sigue haciéndote temblar. Ese tratamiento del sonido seguramente será lo mejor del juego.
Apareció un hombre con una máscara de hockey
El juego de Viernes 13 es exclusivamente online, de momento. Desde la desarrolladora se habló de un modo campaña, pero todavía no ha llegado. Esto hace que solo se pueda jugar en el modo multijugador asimétrico que hemos comentado.
Esto hace que encontrar partida sea difícil. Estamos ante un juego que no es precisamente un triple A, con lo que puede haber momentos con poca gente online. Hay partidas que han empezado en seguida, otras nos han llevado más de veinte minutos. La parte buena es que el resto de jugadores sabe esto y no suelen abandonar partida. Aun así, entre las partidas que hemos jugado, ha habido alguna caída. Posiblemente por irse algún jugador o por fallar la red. No pasaba siempre, pero sí lo suficiente como notarlo.
Entrando en el tema de la jugabilidad, tenemos dos partes: campistas y Jason. En al parte d los campistas encontramos un juego de exploración y supervivencia. Deberemos movernos por los escenarios, abriendo todos los cajones que veamos para encontrar objetos. Estos son de lo maś variado. Desde una pistola de bengalas a petardos. Incluso podemos encontrar un walkie Talkie con el que llamar a Tommy Jarvis. Para que salga Tommy a escena, debemos haber muerto. Cuando queden cinco minutos de partida apareceremos como este personaje, que lleva una escopeta como arma principal. Parece una simple curiosidad, pero puede dar la vuelta a una partida. Su arma es posiblemente la mejor del juego y puede salvar numerosas vidas.
El resto de objetos que encontramos son básicamente para defendernos o distraer al asesino. Petardos para que no se fije en nosotros o para hacer ruido en una zona, ralentizándole. Una pistola de bengalas para darle en pleno pecho y que caiga confuso. Un bate de beisbol para poder defendernos de Jason, aunque con muy pocas probabilidades de salir vivos. Hay un poco de todo y todo sirve para evitar una muerte rápida. Aunque ninguno de esos objetos nos salvará del todo, ya que Jason no morirá aunque reciba varios disparos. Por tanto, el objetivo principal será escapar.
Para ello podemos encontrar objetos que activan las maneras que hay de escapar. Podemos encontrar la gasolina y las llaves para los coches. Podemos conseguir objetos para arreglar la lancha o incluso podemos activar la cabina de teléfono para llamar a la policía. En la mayoría de partidas que hemos jugado la salida de la policía era la más efectiva. Tardan un poco en llegar, pero en cuanto entras en su zona, no se te puede dañar y sales vivo.
El manejo de los campistas es intuitivo y cada objeto al que nos acerquemos nos muestra con iconos qué podemos hacer con ellos. La interacción se basa en pulsar o mantener pulsado un botón. De esta manera, si pulsamos un botón abrimos una puerta, pero si lo mantenemos pulsado, la atrancamos. Con las ventanas podemos abrirlas o atravesarlas, incluso en plena carrera, lo que nos causará daños.
Aunque el manejo es intuitivo, las animaciones son toscas y bastantes movimientos abruptos. Fallaremos más de una vez por la manera que tienen los personajes de responder a nuestras órdenes. Entre eso y que si les entra el miedo se vuelven más torpes, hay un momento en el que el juego se vuelve más difícil debido a su control.
La otra parte de la jugabilidad se basa en Jason, que es bastante más interesante. Para empezar tiene poderes. Puede teletransportarse a cualquier punto del mapa, lo cual puede resultar en una terrorífica sorpresa. Puede convertirse en una especie de niebla que se mueve muy rápido y puede perseguir a alguien en ese estado. Puede “sentir” a los campistas, activando un modo detective que le dice donde hay más ruido o en que cabaña hay futuras víctimas. Además de todo esto, se encuentran las múltiples ejecuciones d las que hace gala.
El problema es que controlar a Jason también es algo tosco. Sus movimientos on robóticos y es especialmente lento. Aunque esto se hace para dar tiempo a los campistas a escapar, en realidad es como controlar a un zombi. Si inicia una animación ya no se puede parar y algunas ejecuciones duran muchísimo. Esto permite a los campistas escapar o salvar a un compañero. No está mal implementada su lentitud, pero sus movimientos son poco fluidos y más de uno se escapará por el manejo del villano.
Ki Ki Ki Ma Ma Ma
Durante las partidas acumularemos experiencia que nso permitirá mejorar a los campistas y a Jason. Esto nos ha parecido un acierto, ya que cada jugador puede preferir empezar con unos objetos u otros. Por ejemplo, empezar la partida con petardos es un salvavidas. En cuanto a Jason, hay múltiples estilos de personaje. Algunos no puede correr, otros recargan maś lentamente las habilidades, etc. Nos hemos enfrentado a Jasons diferentes, alguna podía usar más el teletransporte, pero no podía correr; otro sentía mejor a los campistas y siempre sabía dónde estaban, por ejemplo. Esto hace que las partidas sean siempre diferentes y encontrar un grupo de amigos hace que el juego sea bastante divertido.
En resumidas cuentas, se trata de un juego tosco, con unos gráficos pobres y una jugabilidad abrupta. Pero las sensaciones de terror y tensión las consigue siempre. Esto le da puntos. Los mayores problemas no se olvidan con la esencia conseguida, pero es disfrutable. Ahora bien, su precio puede parecer excesivo a muchos jugadores, sabiendo lo que ofrece. Así que os opinión de cada uno, pero si queréis encontrar fans del terror y jugar divertidas partidas de veinte minutos, puede ser vuestro juego.
Actualmente no tiene mucho contenido (solo tres escenarios y modo online) pero hay promesas de más. Han conseguido que ser Jason o los campistas sea divertido. Han conseguido divertir, pero sus flaquezas técnicas pueden echar atrás a maś de uno y no se les podría culpar. Como decimos, solo recomendado para los muy fans o para aquellos que quieran descubrir una comunidad de jugadores que les guste el terror. Aunque a saber cuanto dura esta comunidad en activo.