Ya está aquí el análisis de Gears of War 4. La saga que marcó una generación llega con su cuarta parte numerada a Xbox One. Tras un cambio de desarrolladora, la compra de la licencia por parte de Microsoft y un final que parecía cerrar las cosas en la tercera parte, muchos se preguntaban qué podría ofrecer Gears of War 4. Y las dudas eran lógicas, supimos que los personajes serían un nuevo escuadrón, que el juego se situaría años después de los acontecimientos de los originales e incluso que aparecería un enemigo robot. Algo que podría acabar con la esencia original de la saga. Si todo eso os preocupaba… Más os vale relajaros porque The Coalition ha estado a la altura y nos ha brindado una experiencia 100% Gears.
Si queréis saber lo que nos ha parecido el juego seguid leyendo nuestro análisis de Gears of War 4 mientras arrancáis vuestras Lancer.
Bienvenido a casa
Como ya os hemos comentado, la franquicia de Gears of War ha cambiado de dueño. Tras pertenecer a Epic Games hasta 2014 Microsoft la compró y con ella trajo al co-creador Rod Fergusson para que liderase un nuevo estudio de Microsoft. Dicho estudio era Black Tusk, que acabó cambiando el nombre a ‘The Coalition‘ para que así se pueda asociar a la marca Gears más fácilmente. También el lema del estudio «Yendo solo se va más rápido, juntos llegamos más lejos» hace referencia a esa «Coalición».
The Coalition ha rendido homenaje a la trilogía original mientras ha sentado las bases de una nueva que conseguirá marcarnos.
Gears of War 4 quería volver a los orígenes de la saga, pero a la vez crear su propia trilogía. Es por eso que se ha situado 25 años después del final de la tercera parte. La humanidad necesita repoblarse y ahora se refugian en ciudades construidas por la nueva CGO que gobierna Sera. Dichas ciudades se encuentran amuralladas para proteger a la población de las Llamaradas -unas tormentas eléctricas que arrasan con todo lo que encuentran. Los robots (llamados DeeBees) realizan las faenas más peligrosas para así evitar muertes innecesarias. Son los encargados de construir y mantener las ciudades.
La gente que vive fuera de esas ciudades son renegados de las políticas absolutistas de la CGO y se hacen llamar Outsiders. JD y Del tras desertar de la CGO se unen a ellos y allí conocen a Kait. Los tres formarán el trío jugable durante el transcurso de la campaña.
Campaña
Tras un inicio frenético que nos refrescará la memoria (os aconsejo que os leáis este magnífico artículo porque seguro que os sirve) tomaremos el control de JD.
Los protagonistas junto a Oscar -el tío de Kait- deben infiltrarse en una ciudad en construcción para conseguir un preciado suministro para el poblado. Para ello necesitan enfrentarse a los DeeBee que protegen estas instalaciones. Cuando recogen lo que buscaban se dirigen al poblado, donde la CGO lanzará una ofensiva que nos servirá como «tutorial» del modo Horda. Tras superarla se producirán unos sucesos que llevarán a los protagonistas a buscar al legendario Marcus Fenix, padre de JD, para que les ayude a enfrentarse a un desconocido enemigo.
The Coalition jugará con la intriga y el misticismo que rodea al nuevo enemigo, el Enjambre. En los primeros actos no lucharemos contra ellos ya que los DeeBee serán quien nos compliquen las cosas. De esa manera se le consigue dar el toque de «ese algo desconocido» que se perdía por completo en el primer Gears donde te enfrentabas a los Locust en el minuto 1 sin saber por qué. Los componentes del Enjambre darán miedo y recuperan la esencia de la primera entrega donde temías por cuando aparecían los Locust.
La campaña es variada, así como sus escenarios. Nos moveremos por varios lugares en diferentes horas del día. Siendo el principio del juego algo más abierto y colorido dada la hora del día mientras que la parte central es completamente oscura. El Enjambre se presentará de manera paulatina y cada vez que avancemos nos encontraremos enemigos más difíciles y grandes, consiguiendo así una genial curva de dificultad.
¿Hay escenas «marca Gears» en el juego? Sin duda. Y aunque se hacen de rogar son las más épicas que hemos visto en la saga. Así que si las echáis de menos no desesperéis.
Por último, lo que destacamos de la campaña son las sutiles referencias a las anteriores entregas. No serán explícitas ni las captará todo el mundo. Pero si habéis «quemado» las campañas de los 3 anteriores juegos las cogeréis todas y seguramente os saquen una sonrisa o una lágrima. The Coalition ha rendido homenaje a la trilogía original mientras ha sentado las bases de una nueva que conseguirá marcarnos. Sin obsesionarse con hacer algo como lo original pero tampoco sin querer cambiar la saga. El juego está hecho por gente a la que le corre sangre de Gear en las venas y se nota con una entrega que supura esa esencia.
Gameplay
Si la historia no quiere olvidar lo antiguo pero sin cambiar la saga por completo, el gameplay hace algo parecido. Nos encontraremos unos personajes fluidos, que se controlan de maravilla y que responden a nuestras órdenes sin movimientos extraños o robóticos. Las coberturas, estrellas de la saga, siguen siendo vitales y se adaptan como nunca. Las nuevas armas son un añadido muy interesante y que nos vendrán de maravilla en momentos puntuales. Los nuevos enemigos también tendrán características especiales que cambiarán nuestra manera de enfrentarnos a ellos según el tipo.
A los típicos controles de salir de cobertura, cambiar o saltarla se le debe sumar el de agarrar a un enemigo que se encuentre al otro lado con el botón ‘X’ para así rematarlo luego. También se ha agilizado el salto de coberturas ya que si vas corriendo sólo hace falta pulsar ‘B’ para que JD la salte sin necesidad de engancharse a ella. Coincidiendo que si hay un enemigo al otro lado quede aturdido y podamos rematarlo.
Los botones son los de siempre (olvidaros de Judgement si es que lo recordáis). Con la cruceta escogemos armas, con ‘A’ nos pegamos a cobertura, con ‘B’ utilizamos el cuerpo a cuerpo o la sierra de la Lancer, ‘X’ es el botón contextual, ‘Y’ sirve para mirar eventos que nos llaman la atención y rematar al enemigo, con los gatillos apuntamos y disparamos y con ‘RB’ utilizamos la recarga activa.
Pero pese a mantener el esquema original el juego se siente como nuevo. La fluidez de los soldados ayuda y los tiroteos son muy intensos. A eso debemos añadirle el efecto que se produce cuando cruzamos una Llamarada ya que nuestros disparos se ven afectados por el viento. Algo que nos brinda una oportunidad de oro para destruir elementos que pueden arrollar al enemigo.
La industria del videojuego se encuentra en una tendencia hacia el mundo abierto. Así hemos visto como juegos pasilleros de toda la vida han cambiado su esquema de juego por uno de mundo abierto, ese no es el caso de Gears. Gears of War 4 es un shooter pasillero, sí, y con orgullo. Si las cosas se hacen bien no importa que peque de cerrado.
Jugar a un shooter es como si una barrera invisible te empujase desde atrás diciendo «va, avanza» y esa sensación se ha perdido en muchos juegos, donde la amplitud de los escenarios sirve para que carezcan de tantos detalles o perezca esa inmersión que vivimos en el boom de los shooters pasilleros con juegos como Metro 2033 o Bioshock.
Como comento, aunque los escenarios sean lineales, Gears lo disimula bien y en todo momento nos brinda acción para que avancemos. Nos encontraremos algunas fases jugables que cambiarán la tónica -como los paseos en blindado de los dos primeros Gears-, aquí utilizaremos otros vehículos y elementos que nos servirán para escapar del enemigo mientras intentamos no morir en el intento.
La inteligencia artificial también ha sufrido una mejoría más que notable y es que estamos ante los enemigos más listos de la saga. Tanto los DeeBee como el Enjambre buscarán rodearnos y que salgamos de nuestras coberturas, además si se ven solos ante nosotros se dirigirán de manera suicida para acabar con nosotros. Serán difíciles de eliminar y sobre todo al ser tan diferentes entre las mismas clases de DeeBee o Enjambre deberemos utilizar diferentes estrategias para cada uno.
Por último destacar que podemos jugar la campaña en cooperativo local u online con otro jugador que al principio de cada acto podrá escoger si controlar a Kait o Del.
Multijugador
Servidor es un amante de las campañas de Gears pero lo que no puedo negar es que lo que más horas me ha dado esta saga es su multijugador. Tras una beta que sirvió para comprobar que estaban siguiendo el camino correcto, el juego final nos brinda un modo online más que completo. Con variedad y un nuevo sistema de personalización muy interesante. Ahora iremos consiguiendo packs que al abrirlos nos ofrecerán cartas. Esas cartas nos pueden traer nuevos personajes, skins de armas, emblemas o bonus de experiencia (distintos en el modo Horda y Enfrentamiento).
Hemos jugado varias partidas a los modos Duelo por Equipos, Rey de la Colina y Guardián en Enfrentamiento, la mecánica de lo modos de juego que repiten es la misma que en los anteriores. Enfrentamiento contará con 8 modos de juego donde a parte de los tradicionales se presentan Arms Race, Dodgeball y Escalation.
En Arms Race comenzaremos con un Lanzagranadas y acabaremos con una pistola Boltok. Consiste en un modo duelo por equipos pero donde todos utilizan la misma arma, que cada 3 muertes del equipo cambia a una nueva. Así hasta 13 veces. El primer equipo que consiga 3 bajas con las 13 armas ganará la partida.
Dodgeball es un modo intenso en el que cada vez que matamos a un enemigo del equipo contrario un compañero caído puede hacer respawn. El primer equipo que elimine por completo al otro consigue la victoria.
Por último, Escalation es un modo centrado en los e-sports dada su larga duración y elemento estratégico. Los equipos deben conquistar 3 anillos o conseguir 210 puntos para ganar la ronda, el primero que gane 7 rondas ganará la partida.
De salida contaremos con 10 mapas, variados y cada uno ofreciendo un desafío distinto. Ese número se irá ampliando con los DLC gratuitos que se irán recibiendo después del lanzamiento. Esos mapas también servirán para el modo Horda.
La Horda llega con su versión 3.0 a Gears of War 4 y la verdad es que si las versiones anteriores eran geniales esta va un paso más allá. El concepto es el mismo, tenemos que aguantar el máximo de rondas de enemigos posible. Para esta ocasión contaremos con un elemento llamado Fabricante que servirá (como su nombre indica) para fabricar objetos que nos serán útiles para defender nuestra posición. Matando enemigos y pasando de ronda conseguiremos dinero para gastar en el Fabricante.
Tendremos con 5 clases en el modo Horda (Soldado, Ingeniero, Explorador, Francotirador y Pesado) donde cada una contará con una habilidad especial. Eso lo debemos seleccionar antes de comenzar. Una vez todos estemos listos apareceremos en el mapa con el Fabricante al lado, nuestra tarea es llevarlo a un lugar que nos sirva para atrincherarnos y aguantar las oleadas de enemigos. A cada Oleada que pase los enemigos serán más difíciles y acudirán en mayor cantidad y variedad. Además cada 10 rondas se les aplicará un bonus con el que a partir de entonces harán más daño, tendrán más salud… Vamos, que la dificultad es endiablada y habrá que sudar tinta para llegar lejos.
El modo Horda sigue siendo la apuesta para aquellos que quieran jugar con amigos a un modo online cooperativo divertido como ninguno, la experiencia se ha refinado y el resultado es muy positivo.
Apartado técnico
El primer AAA con Unreal Engine 4. Hemos tardado unos años en tenerlo pero tras ser el motor de la mayoría de juegos indies por fin se ha utilizado en un juego del calibre de Gears. Precedido por el éxito del Unreal 3 esta nueva iteración del motor de Epic Games ha sido sustituido en muchas sagas por motores propios de los estudios y Gears of War 4 es la primera muestra del potencial que puede ofrecer el motor. Destaca por su soberbio sistema de iluminación y partículas pero sigue fallando en las texturas.
Gears of War 4 se ve muy bien y en muchas ocasiones nos tendremos que parar a admirar el escenario. Disfrutaremos de explosiones y metralla mientras jugamos frenéticas escenas de acción.
Aunque no llega a sorprender como Gears 2 y 3 en su día sí que lo podemos poner en un top 3 gráfico de Xbox One, teniendo momentos en los que simplemente es lo mejor que hemos visto en One pero careciendo en otros con fallos como la carga de texturas o unas caras decentes que no llegan al nivel de las vistas en Ryse o Quantum Break.
Los modelados de las armaduras de los personajes son excepcionales, veremos como la sangre o el moco fosforescente del Enjambre se queda durante un tiempo e incluso como las gotas de lluvia van cayendo por nuestra armadura como en Batman Arkham Knight.
Otro de los momentos estelares será cada vez que luchemos durante una Llamarada, con multitud de efectos y físicas de objetos que actúan en tiempo real gracias al PhysX de Nvidia.
Las escenas cinemáticas, creadas con el motor del juego, ofrecen modelados con mayor definición que durante el gameplay y sirven para brindarnos momentos épicos que nos dejarán con la boca abierta tanto por su realización como espectacularidad.
Hemos jugado a Gears of War 4 con una Xbox One original y una televisión Full HD (hasta 1080p) así que no os podemos hablar del HDR ni el reescalado a 4k pero si el juego ya luce así de bien sin retoque alguno no nos imaginamos el resultado en Xbox One S o en Windows 10, donde si tenéis el PC adecuado podéis mover el juego a 4k nativos.
Como ya sabréis el framerate está limitado a 30fps en Campaña y Horda, mientras que en Enfrentamiento rinde a 60fps. La resolución es de 1080p nativos en todos los modos y aunque la diferencia entre Campaña y Enfrentamiento es obvia los escenarios del multijugador lucen muy bien y se nota con creces el trabajo de The Coalition desde la beta.
Durante toda la campaña no hemos sufrido ni una caída de fps e incluso da la sensación de contar con un mayor número de frames por segundo gracias a esa estabilidad, toda una gozada teniendo en cuenta algunas situaciones in-game que exprimen al máximo la consola. En el Modo Horda sí que ha habido algún que otro tirón, comprensible si consideramos que el modo de juego es online y la cantidad de enemigos que aparecen en algunos momentos. En Enfrentamiento los 60 fps sientan de maravilla y dan una fluidez al juego que ayuda a que la experiencia sea más satisfactoria.
Aunque se prometió que el juego vendría con las cinemáticas dobladas al castellano el día de su lanzamiento desde The Coalition han preferido esperar a que el juego esté completamente doblado (se habría jugado con las conversaciones in-game en inglés) así que hasta el 1 de noviembre jugaréis a Gears 4 con las voces originales y subtítulos al castellano o si lo preferís con el doblaje al español neutro. Ese día se lanzará un parche con la localización completa al castellano.
Os recomendamos que lo juguéis en inglés, al menos hasta el lanzamiento del parche, ya que las actuaciones de todos los actores son sublimes y tienen multitud de detalles como que al hablar en una cueva la voz resuene.
La banda sonora, compuesta por Ramin Djawadi de Juego de Tronos, pasa sin pena ni gloria los dos primeros actos pero nos brinda temas épicos en los tres últimos. Aunque siendo sinceros nos esperábamos un poco más.
Conclusiones – Análisis de Gears of War 4
Gears of War 4 es un homenaje a la trilogía original pero sin obsesionarse ni tomar una dirección que cambie drásticamente la franquicia. Nos trae una campaña que considero la mejor hasta la fecha, con guiños para los grandes fans y situaciones marca Gears. Con una duración de unas siete horas y media en modo normal (consiguiendo 23 de 50 coleccionables) que pueden aumentar si optamos por una mayor dificultad y buscamos conseguir todos los coleccionables.
El modo Enfrentamiento vuelve mejor que nunca, con una fluidez y mapas que harán que echemos infinitas horas en él y ya con el modo Horda perderemos tardes enteras junto nuestros amigos.
The Coalition ha sabido recoger el testigo de Epic Games y traernos un juego que gustará a los nuevos jugadores y encantará a los viejos fans, que diez años después volverán a luchar contra un enemigo desconocido que amenaza a la humanidad. Cliff Bleszinski puede estar bien orgulloso.