Una de las grandes virtudes que suelen tener los videojuegos de corte independiente es su mayor apuesta por la innovación debido a los menores costes de producción. Esto hace que sin duda la industria se vaya renovando poco a poco con fórmulas bastante interesantes que pueden en un futuro incluso recalar en otras propuestas algo más influyentes y elaboradas, es por eso que el panorama indie de los juegos no solo se torna como una opción para añadir más variedad al extenso catálogo de nuestras consolas, sino que se presenta como una enorme oportunidad para explorar nuevos y prometedores conceptos que posiblemente nos ofrezcan un nuevo concepto completamente diferente.
La desarrolladora londinense Bossa Studios después de su discreto trabajo en Surgeon Simulator, nos trae a Xbox One el curioso I am Bread, juego que llega aproximadamente dos años después de su lanzamiento en PC para traer las alocadas aventuras de una barra de pan y su bizarra cuadrilla a la consola de sobremesa de Microsoft. El resultado es bastante similar a lo que podemos encontrar en su plataforma original, salvo por algunos detalles que manchan el resultado final de este extraño título que desde un primer momento va encaminado a un público muy específico.
Es muy probable que conozcas I am Bread por los muchos vídeos que se han ido subiendo a la red por parte de los llamados Youtubers, donde podemos comprobar muchos de los conceptos básicos de un juego cuyo objetivo es llevar el pan a su tostadora de la manera más inverosímil posible evitando a toda costa ensuciarnos por el rebuscado camino que nos espera a lo largo de los ocho mapas que componen el juego principal, donde no solo estaremos por la cocina, sino que visitaremos en nuestra aventura por ser el pan perfecto zonas como el jardín, garaje o incluso una gasolinera, cada uno siendo un mapa en el que debemos completar nuestro objetivo de una forma completamente diferente.
Son en dichos mapas donde el juego basará toda su propuesta con los siguientes modos de juego; historia, gravedad cero, caza del queso, carrera de bagel (berlinas o roquillas), destrucción y por supuesto el modo libre. Cada una de dichas modalidades tendrá su propio objetivo, siendo el modo historia el principal de todos ellos donde el argumento es lo menos importante en nuestra travesía por conseguir ser el pan perfecto. No solo debemos cumplir el objetivo que nos propongan, ya que debemos hacerlo en el menor tiempo posible para obtener una clasificación, para ello tendremos que pensar detenidamente cuál será el camino que debemos tomar para llegar lo antes posible sin mancharnos ni un poco. Por otro lado, el modo más similar a la campaña es el llamado ‘Gravedad cero’, con la diferencia de que en este no tendremos gravedad, cambiando así completamente la forma en la que debemos llegar a nuestro objetivo, para movernos por el mapa contaremos con la ayuda de unos impulsores que nos ayudarán a sortear los obstáculos. En ‘Caza del queso’ dejaremos de ser un pan para convertirnos en una especie de galleta en busca de las porciones de queso repartidas por el nivel, en este caso el mayor impedimento que tendremos es nuestra propia debilidad estructural ya que con un simple golpe acabaremos hechos añicos. Lo contrario ocurre con la robusta barra de pan del modo ‘Destrucción’ donde como su propio nombre indica tendremos que acabar con todo lo que nos encontremos a nuestro paso, creando un verdadero caos a nuestro alrededor. El último modo en el que tenemos, por así decirlo, un objetivo definido es la ‘Carrera de bagel’, siendo este una simple carrera en la que tendremos que hacer llegar la rosquilla a la meta en el menor tiempo posible.
A pesar de su amplia oferta jugable en cuanto a contenidos, el problema de I am Bread radica especialmente en su jugabilidad basada en el manejo del pan con los gatillos, usándose a modo de agarre para poder movernos, dándonos momentos muy locos y en ocasiones divertidos pero ofreciéndonos por otro lado un verdadero quebradero de cabeza que no está nada bien implementado con el controlador. Reconocemos que parte de la dificultad del juego viene impuesta por dicho manejo, pero no se puede tolerar que el rendimiento de este haga que no podamos completar una partida. Centrándonos en el agarre, que es la parte fundamental del movimiento de nuestro “personaje”, hay que destacar que existirá una barra que hará que el agarre no dure para siempre, por lo que tendremos que movernos con rapidez.
Por último y no menos importante, tenemos un modo completamente independiente a la propuesta original de I am Bread que responde al nombre de Starch Wars. Dicha expansión nos llevará a una breve pero simpática parodia del episodio cuatro de ‘La guerra de las galaxias’ donde debemos librar una batalla espacial con un manejo que vuelve a hacer de las suyas por su cuestionable rendimiento.