El estudio independiente británico Total Monkery debuta en Xbox One con uno de sus últimos títulos que lleva tiempo disponible en su versión de PC. Hablamos de Magnets: Cargado a tope, un título sencillo y desenfadado que busca recuperar la esencia de los clásicos juegos de plataformas como Ratchet and Clank o Banjo Kazooie. ¿Conseguirá destacar entre el completo catálogo de indies con los que cuenta Xbox One? Averígualo en nuestro análisis de Magnets: Cargado a tope.
La ciudad de Polarity está en peligro
Total Monkery se ha esforzado en dotar de una buena ambientación y una historia como excusa para la aventura. Nos situamos en la ciudad de Polarity, habitada completamente por robots, donde los bloxbots encargados de la seguridad se han rebelado iniciando una revolución. Nosotros nos pondremos en la piel de Faraday, cuya misión es detenerlos y terminar con el caos que reina en la ciudad.
Obviamente no se trata de un título en el que la historia brille o cuente con un gran argumento y un guión planificado al detalle. Sin embargo, la historia nos recuerda en todo momento a estos juegos clásicos de plataformas como Ratchet o Spyro, al menos en su planteamiento y en la forma de narrarlo, lo que da un importante aliciente al juego para los más nostálgicos de este tipo de géneros.
Gráficamente tampoco esperéis nada espectacular. Como veis en las imágenes, el aspecto del juego es bastante digno, aunque algunos de los elementos sí que se aprecian por debajo del nivel de detalle general, lo que empobrece una experiencia que en general es bastante aceptable. En cuanto al apartado sonoro ocurre más o menos lo mismo, contamos con una música que cumple con su cometido, pero que no destaca en absoluto por calidad ni por originalidad.
A nivel jugable el juego es bastante correcto, con una mecánica habitual y sencilla que permite al juego ser disfrutado por todos los públicos. El acabado también está muy pulido, y no encontraremos ningún molesto bugs ni fallos que empañen la experiencia jugable de este juego, que es sin duda uno de sus puntos clave.
¡Salvemos la ciudad!
Para cumplir nuestra misión y devolver la paz y la justicia a Polarity, contamos con un imán electromagnético con el que podremos destruir a los bloxbots. Cada vez que consigamos destruir uno de ellos, este soltará una serie de piezas y engranajes que debemos recoger y reciclar, lo que nos permitirá obtener diferentes beneficios como salud, mayor velocidad o piezas necesarias para cumplir los objetivos del escenario en el que nos encontramos.
Tenemos diferentes objetivos dependiendo del nivel y de la zona, que van desde acabar directamente con los enemigos a proteger una determinada área o avanzar por el mapa encontrando objetos que nos permitan abrir puertas y otros elementos. Al llegar al final, nos encontraremos un jefe final que tendremos que derrotar para pasar al siguiente nivel. La dificultad no es especialmente elevada y los objetivos se pueden lograr con solo un par de intentos,
Pero hagámoslo rápido…
El principal problema de MagNets: Cargado a tope es, sin duda, su corta duración. Contamos con un total de cuatro escenarios repartidos en 20 niveles diferentes, pero estos pueden ser completados en solo unos pocos minutos. Los objetivos de cada zona son sencillos y la dificultad no es elevada, por lo que una vez cogida la mecánica del juego avanzar será fácil. Y si encima utilizamos el modo multijugador local, el juego se convierte en un paseo por el parque. En total, estaríamos hablando de una duración estimada que ronda las 2 horas de juego.
En definitiva, podría decir que tengo sentimientos encontrados con este juego. Por un lado, se trata de un juego bien acabado, con un gameplay pulido y una historia y aspecto que recuerda a los clásicos de PSOne. Sin embargo, se trata de un juego demasiado corto para el precio que tiene (14,99€), y que en ocasiones se puede hacer bastante repetitivo. Además, el modo multijugador local no está bien pulido y hace demasiado fácil la experiencia. No obstante es un comienzo prometedor para este pequeño estudio, que demuestra que con poco presupuesto puede evocar a los grandes clásicos del género. Habrá que seguirles la pista…