Más de seis años después de su lanzamiento original para PC, TaleWords Entertainment nos sorprende con la llegada de uno de los grandes clásicos del rol a Xbox One. Hablamos, como no, de Mount & Blade: Wardband. ¿Tendrá lo necesario este título de la vieja escuela para ganarse un hueco ne la nueva generación de consolas? Vamos con el análisis de Mount & Blase: Wardband para Xbox One.
La vieja escuela en Xbox One
Si os soy sincero, nunca he sido un jugador de PC (salvo honrosas excepciones como Medieval: Total War o La Batalla por la Tierra Media), por lo que para mí la saga Mount & Blade era desconocida, aunque sí que había oído hablar de ella. Es por eso que cogí el análisis de este juego con muchas ganas, aunque mientras jugaba me he encontrado con luces y también con muchas sombras.
Lo primero que hay que entender es que Mount & Blade: Wardband es un juego inicialmente lanzado en 2010. La versión de Xbox One no cuenta verdaderamente con ningún añadido que la diferencia de aquella versión lanzada hace seis años más allá del soporte al Xbox Wireless Controller. No tenemos mejoras en los menús, ni en gráficos, ni en jugabilidad de ninguna clase. Y eso se nota.
Cuando iniciamos el juego por primera vez nos invade la nostalgia. Los menús del juego tienen ese toque clásico y cuidado, con un acabado artístico muy bien acabado que simula un juego de rol de mesa y que ya no se ve en casi ningún título actual. Sin embargo, se nota que el juego no fue diseñado para la alta definición, y la resolución flaquea dejándonos algunos elementos un poco borrosos.
Este problema se acrecienta aún más cuando comenzamos a jugar y vemos el acabado gráfico del título. Las texturas también tienen algunos problemas de definición, mientras que los modelos y las animaciones nos recuerdan constantemente que estamos ante un título del año 2010. Esto no tiene por que ser un problema per sé, estamos acostumbrados en la actualidad a títulos independientes que no son capaces de resaltar en su apartado gráfico pero lo compensan con una jugabilidad moderna y fresca. El problema es que Mount & Blade no se encuentra en este caso.
La jugabilidad y el movimiento del personaje no han envejecido nada bien. En los últimos seis años se ha evolucionado mucho en el terreno jugable, y ahora el control de Mount & Blade: Warband se ve tosco e incómodo. La cámara está pegada a la nuca de nuestro personaje, lo que complica aún más los movimientos (aunque siempre nos queda la opción de jugar en primera persona).
Una campaña «de libro»
Pero no todo son cosas negativas en Mount & Blade: Warband. Hay un detalle en concreto que me ha gustado mucho y que también es una consecuencia directa de la edad del título: su modo campaña. En esta campaña no encontraremos cinemáticas entre los diferentes escenarios jugables, sino que en su lugar se nos expondrá la situación en forma de texto como una descripción de la misión. Aunque pueda parecer anticuado, lo cierto es que hace semejarse al título a un juego de rol de mesa, y le da un toque diferente a lo que vemos actualmente, en este caso muy positivo en mi opinión. Por lo demás, la campaña no ofrece nada en especial, aunque una vez cogidas las mecánicas (algo como ya digo, complicado) el juego es bastante entretenido. Sin duda es un juego que gustará a los más nostálgicos.
Además de la campaña, el juego cuenta también con un modo multijugador donde en general se repiten las mismas mecánicas que en la campaña, pero esta vez con batallas de hasta 32 jugadores. Una diferencia considerable con PC, donde podía llegarse a la friolera cifra de 64 (ojalá se hubiese mantenido esa cifra). Tenemos varios modos de juego diferentes: asedio, conquista, captura la bandera y enfrentamiento por equipos. Como veis, son los típicos modos, aunque conquista a mi me ha parecido particularmente divertida.
También me apena enormemente el hecho de que el juego no haya llegado con la posibilidad de crear y utilizar mods, ya que Mount & Blade destacaba en PC precisamente por la gran cantidad de mods disponibles, y gracias a Fallout 4 ya no es una excusa no tener mods en Xbox One (aunque imagino que el presupuesto también influye). Es una pena, porque este recorte unido a la reducción del número máximo de jugadores restan alicientes a la que debería ser la versión definitiva de Mount & Blade: Warband.
No apto para todos
En definitiva, Moutn & Blade: Warband es un juego para los nostálgicos, que nos evoca a una época donde los juegos de rol eran los reyes, y donde la imaginación tenía que mezclarse necesariamente con los gráficos en el transcurso de la aventura. No es ningún misterio que no ha envejecido bien, y la eliminación de algunas características con respecto a la versión de PC resta algunos alicientes para la compra a los que ya lo jugaron en PC en su día. Lo que está claro es que no gustará a los jugadores más jóvenes.