Han pasado dos años desde el lanzamiento del último Need for Speed, un título que revivía la estética y temática de la sub saga Underground. Y es que la saga Need for Speed ha tenido decenas de títulos, desde los arcades clásicos a los juegos basados en la cultura del tunning, pasando por una fase en que se centraban en la simulación con los Shift e incluso una fase en la que gracias a los chicos de Criterion Games, hacedores de la saga Burnout, sacaron juegos dónde la conducción temeraria y la agresividad eran lo más divertido.
Need for Speed Payback recupera partes de dos entregas muy distintas; por un lado elige el toque cinematográfico típico de Hollywood que ya vimos en The Run, y lo mezcla con la brutalidad policial y las carreras de contacto de Hot Pursuit. Una mezcla explosiva que nos ofrece una vertiginosa aventura en el valle Fortune de la mano de los tres bandidos más carismáticos que hemos conocido.
Reúne a tu banda
El prólogo del juego es muy sincero respecto a lo que nos ofrece el título. De entrada nuestra pequeña banda, que se dedica a carreras callejeras, sufre un duro revés durante un golpe por la traición de uno de nuestros socios; Lina Navarro. Poco después de lo sucedido descubrimos que Navarro trabaja para La Casa, un grupo criminal que domina casinos, policía y, cómo no, las apuestas en las carreras ilegales.
Así arranca nuestra aventura, reuniendo a la banda 6 meses después de lo ocurrido y ayudando a Marcus Weir, un hombre de negocios con muchas pelotas que quiere plantarle cara a La Casa y terminar con su reinado de corrupción. De esta manera controlaremos indistintamente a los tres miembros activos de la banda; Tyler Morgan, piloto de carreras nato que busca venganza tras la traición de Navarro. Jessica Miller, conductora a sueldo especialista en escapar de la policía y Sean McAlister, un experto en las carreras off road y en los duelos de derrapes.
Para poder acercarse a La Casa deberán abrirse camino enfrentándose a las demás bandas y derrotando a sus líderes, para así conseguir más dinero y reputación que les acerque a consumir su ansiada venganza.
La trama del juego avanza conforme vayamos derrotando a las bandas y superando las misiones principales. Éstas merecen un apartado propio ya que son de lo mejor que jugaremos en un videojuego de acción. Sus CGI de alta calidad, sumadas a un doblaje sensacional y a la acción por encima de todo nos harán vivir situaciones muy similares a las vistas en la saga de películas Fast and Furious y que elevan el peso de la trama dentro del juego. Todo un acierto.
Fortune Valley a tus pies
Fortune Valley es una suerte de pequeño paraíso para todo tipo de carreras. La mecánica de mundo abierto le sienta como un guante a Payback que hace de sus carreteras circuitos improvisados para todo tipo de pruebas. Disponemos de 5 clases de coches y, por ende, de pruebas: Carrera, Derrape, Aceleración, Todoterreno y Escape.
Necesitaremos preparar nuestros coches para cada una de las cinco disciplinas que aúna Need for Speed Payback, todo un acierto que aporta variedad al juego y elimina la monotonía presente en anteriores entregas. Además todas ellas se sirven de los distintos parajes que podremos recorrer en cualquiera de las clases; desde el árido desierto de Liberty, a las serpenteantes carreteras de Silver Canyon o la urbana Silver Rock.
Cómo bien explicaba el productor ejecutivo de Ghost Games, Need for Speed Payback puede definirse como un juego de distracciones. En la mayoría de ocasiones tendremos que ir del punto A al punto B, pero por el camino encontraremos gasolineras, talleres, carreras de bandas, escapes de policía e incluso coches abandonados. Sí, habéis leído bien, se ha incorporado un componente de búsqueda y recolección de piezas para modelos clásicos. Cuando derrotemos a los líderes de las bandas éstos nos darán pequeñas pistas para señalarnos dónde encontrar las distintas piezas de algún modelo legendario y cuando las consigamos todas podremos montarnos un coche de ensueño con mayores opciones de personalización que el resto.
Y eso es difícil teniendo en cuenta el enfermizo nivel de customización que permite el juego. Conforme vayamos superando hitos con nuestro coche, véase derrapar X metros, conducir por encima de 250km/h durante X distancia etc desbloquearemos modificaciones de todas las piezas del coche, de manera que el componente tunning tan manido en anteriores entregas aquí tendrá una nueva oportunidad. No sólo eso, sino que también podremos modificar las prestaciones de los coches para hacerlos más competitivos mediante un sistema de cartas.
De esta manera se han dividido los diferentes grupos de piezas que forman un coche para, mediante cartas, mejorarlos en un simplificado sistema tipo RPG. De ésta manera cada vez que completemos una prueba de banda o la compremos, obtendremos una speed card que de forma aleatoria nos otorgará una carta de pieza de determinado nivel, lo que permitirá mejorar el coche. ¿Por que se ha ideado un sistema tan extraño de mejoras? A fin de cuentas el sistema de Speed Cards no es más que una suerte de lootboxes que también pueden conseguirse con dinero real, sin embargo debemos aclarar que se puede superar la totalidad del juego sin soltar un solo euro, siendo el dinero una vía rápida de conseguir lo que se consigue mediante el modo historia o farmeando un poco de dinero.
Quemando rueda
En lo que se refiere a la jugabilidad Payback arriesga lo justo. Los coches de carrera se controlan de forma arcade clásica, mientras que los off road se adaptan mejor a cualquier terreno o los coches de aceleración salen disparados en un primer momento -con caballito incluido- pero resultan muy difíciles de maniobrar. Por su parte los coches de derrape derraparán con un simple contravolante y los coches de escape están preparados para embestir los coches de policía y evadir sus controles.
Huelga decir aquí que la presión de la policía no tiene nada que ver con las vistas en entregas como Most Wanted o Hot Pursuit en la que nos atacaban con PEM, bandas de clavos o un helicóptero en el aire. En esta ocasión simplemente se servirán de embestidas y emboscadas para intentar pararnos. Un poco más de profundidad en este aspecto no habría venido nada mal.
En el apartado técnico debemos lamentar la mayor flaqueza del título: su apartado gráfico en Xbox One está poco trabajado. El modelado de los coches cumple pero en la mayoría de ocasiones el asfalto y el paisaje presenta una carga poligonal baja, una auténtica lástima si tenemos en cuenta la belleza que muestra Fortune Valley en otras plataformas. A este irregular apartado gráfico hay que sumarle las caídas de frames que se producen cuando coinciden muchos coches en pantalla. No son habituales pero ahí están.
Lo compensa como ya he dicho unas cinemáticas de increíble factura técnica, un doblaje al español de gran nivel y unas misiones principales que son una locura.
Conclusión
Need for Speed Payback es un buen juego arcade que traslada la acción y la velocidad de las películas de hollywood al videojuego, añadiéndole el pique de bandas urbanas y cinco estilos de conducción claramente diferenciados con unos coches totalmente personalizables y un pequeño mundo abierto. Goza de muy buenas ideas y nos brinda un juego redondo, pero le falta un ápice de genialidad para convertirlo en un imprescindible.