Hemos regresado al bosque de Nibel para traeros el análisis de Ori and the Blind Forest: Devinitive Edition para Xbox One. Hace un año exactamente llegó a Xbox One y PC vía Steam uno de esos juegos que se quedan no sólo en la retina de los usuarios sino también en su memoria gracias a un apartado visual precioso y una jugabilidad de las más pulidas que hemos podido disfrutar estos últimos años. Ahora, Moon Studio lanza la versión definitiva y mejorada que pretende superar lo insuperable.
Ori and the Blind Forest: Definitive Edition no es algo rompedor. Se trata de una versión revisada del original, por lo que si queréis leer un análisis más completo sobre el juego debéis dirigiros al análisis de Ori and the Blind Forest que publicamos hace un año. Precisamente, aunque a los que ya hemos explorado Nibel a fondo nos sabrá a poco, es la versión perfecta para los recién llegados a este mundo de fantasía y un contenido muy recomendado para los que quieran darle una segunda vuelta al juego gracias a sus escasos pero necesarios añadidos, como el teletransporte.
Magia en plataformas
Cuando vi por primera vez ori and the Blind Forest, como todo el mundo, en un vídeo gameplay, me sorprendió el apartado gráfico y la habilidad del que jugaba a la demo. Molaba mucho, era precioso y las plataformas parecían muy bien pensadas. Definitivamente, llamó mi atención. Sin embargo, cuando en la Gamescom 2014 pude acercarme a la consola donde estaba corriendo el juego, reconozco que se formó tras de mi una cola de periodistas. Unos querían jugar, otros estaban mirando y con otros conversaba sobre los saltos. Había risas, morí cien veces en 20 minutos y nos retamos a ver quién conseguía hacer la maldita fase sin morir, algo imposible, ya conocéis el arbolito Ginso.
En ese momento me di cuenta que el juego no era uno más, era algo especial, endiabladamente complicado pero precioso y, sobre todo, justo y reconfortante. ¿Por qué justo? Ori and the Blind Forest te penaliza si fallas, si no mides bien un salto y si haces las cosas a lo loco. Sin embargo, es justo porque, si superas los momentos de frustración disfrutarás de saltos ajustados al milímetro, plataformas a las que solo llegarás si saltas justo en el borde y utilizas el doble salto en el momento preciso o si usas tu paracaídas cuando debes, entre otras habilidades.
En definitiva, si eres buen jugador, si eres diestro con el mando y si has muerto muchas veces antes e intuyes como debes completar ciertas fases y saltos, te das cuenta que todas las veces que has muerto no era culpa del juego debido a que los saltos eran imposibles o el control poco preciso sino que eras tú, y solamente tú, el culpable.
Además de varias habilidades completamente diferentes que aprendíamos a usar en tutoriales muy bien pensados, pero frenéticos, en Ori and the Blind Forest encontramos un contexto muy bello, una historia de amor, de pérdida y superación que disfrutaremos recorriendo un bosque vivo y precioso, con un apartado visual y sonoro de escándalo.
Una vez hemos recordado los conceptos básicos de Ori, vamos a centrar el análisis de Ori and the Blind Forest: Definitive Edition en las novedades que encontramos en esta versión.
Reedición para todos los gustos
Lo primero que hay que señalar es el precio del juego. En su día, el título de Moon Studio nos llegó por 20€, precio al que ahora se lanza también esta Definitive Edition. Sin embargo, si ya teníamos el original, podemos hacernos con la actualización por tan solo 5€. Esto es un movimiento muy bien pensado y, aunque no es el DLC de Ori que muchos esperábamos, si ofrece buen contenido por esos 5€. Lo que está claro es que, si llegáis de nuevas al mundo de Ori, será un pecado que no compréis esta edición definitiva.
A la hora de hablar de las novedades tengo que empezar por la historia. Y es que, en esta edición definitiva descubriremos dos nuevas zonas, que nos darán una hora y media, como mucho, de juego, donde descubriremos algo más sobre el pasado de Naru, nuestra madre adoptiva, esa bola de pelo negra con cara blanca que veis en las imágenes.
Aunque no están nada mal en cuanto a guión, además de llevar, de nuevo, los sentimientos a flor de piel, se hace muy escaso e, incluso, debido a la naturaleza del juego y las zonas, podremos pasar de largo sin descubrir, al menos, la primera de estas zonas. Sólo si prestamos atención al escenario pasaremos la ‘mágica’ puerta que nos lleva a la primera de las zonas nuevas. De hecho, es recomendable no pasar a la primera de cambio por estas zonas. Recomiendo tener antes las demás habilidades para completar al 100% las dos nuevas ‘cuevas’. En estas zonas conseguiremos dos nuevas habilidades que no están mal pero, lógicamente, no son necesarias para completar el juego, ya que la base es la misma que en el original. Eso sí, una de ellas es bastante interesante, la de construirnos nuestros propios puntos de luz para impulsarnos.
El añadido necesario de esta versión es, sin duda, los puntos de teletransporte, algo que echamos en falta en el juego original y que estaban ‘cantados’ ya que eran unas ruinas que, seguro, todos pensamos que se desbloquearían en algún momento para ofrecer teletransporte. Gracias a esto, podremos movernos por el bosque de forma más rápida y explorar mejor y mas tranquilamente los escenarios ya que las zonas no se ‘cerrarán’ como en el original.
Por último hay que hablar de otro añadido, los niveles de dificultad. En esta edición tenemos fácil, normal, difícil y una vida. Creo que no hace falta explicar de qué va cada uno y, la verdad, la única diferencia es el daño que recibimos. El juego original era muy complicado y, la verdad, en difícil siento que todo responde exactamente igual que antes. Además, difícil es el modo recomendado para disfrutar de la experiencia del juego, en mi opinión.
Mejorando lo imposible
Ori and the Blind Forest era un producto prácticamente inmejorable, un juego de plataformas de estilo Metroidvania que no tiene rival esta generación y que viene potenciado por un apartado visual impresionante, aun estando construido con Unity, y lo que ello implica en cuanto a dolores de cabeza para los desarrolladores.
Esta versión definitiva no es el DLC que muchos esperábamos pero es un relanzamiento del juego adecuado para que los nuevos jugadores se sumen al carro y para que aquellos que se quedaron con ganas de darle una segunda vuelta puedan hacerlo. Es un producto redondo, una maravilla audiovisual y un juego con unas mecánicas jugables muy sólidas. Un imprescindible, en definitiva.