Rainbow Six Siege es junto a Just Cause 3 el último lanzamiento importante de este 2015. Durante el tiempo que hemos estado esperando su salida al mercado, la nueva propuesta de Ubisoft para recuperar una de sus franquicias más populares ha ido perfilándose cada vez más como un juego diferente, un shooter alejado de las principales tendencias del mercado. Conscientes de las dificultades de competir con otros grandes del género como Call of Duty, Battlefield o Halo, este Rainbow Six Siege ha tomado un camino en busca de su propio nicho. Es un juego realizado por y para un público más exigente, cansados de repetir una y otra vez las mismas fórmulas jugables y de los típicos clichés del género. Ya durante su fase beta pudimos ver un buen anticipo de los que nos traería Rainbow Six Siege, pero los problemas con los servidores entre otras cosas nos impidieron aproximarnos al título tanto como nos hubiese gustado. ¿Habrá conseguido finalmente Ubisoft recuperar la esencia táctica de su veterana franquicia y adaptarla a un multijugador acorde con los tiempos actuales? Veámoslo en este análisis de Rainbow Six Siege.
Entrenamiento de élite
Una de las cosas que no ha gustado a muchos fans de la saga es que Rainbow Six Siege no contara con una campaña individual al uso, al igual que viene ocurriendo cada vez más con otras propuestas enfocadas plenamente en el apartado multijugador, como Star Wars Battlefront. Aún hay jugadores a los que echa bastante para atrás el hecho de no poder disfrutar de un título en solitario, sin necesidad de andar buscando partidas o coincidiendo con otros amigos. Pero por otro lado, es algo a lo que cada vez estamos más habituados, y personalmente soy de los que piensa que ya apenas tiene sentido andar criticando a un juego por no contar con un “modo historia”, cuando su propuesta está enfocada plenamente en el multijugador, o más aún, en la cooperación como este caso. En cualquier caso, Rainbow Six Siege finalmente ha contado con una especie de campaña para jugar en solitario, que consiste en una serie de misiones de entrenamiento . Pero siendo sinceros, queda lejos de tratarse de un modo de juego con una gran profundidad, y lo dejaremos completamente de lado apenas comencemos a comprender las mecánicas del juego. Las misiones de entrenamiento son justo eso, una serie de misiones, 10 concretamente, que superar y en las que se nos irán mostrando algunas de las situaciones a la que deberemos hacer frente posteriormente en el multijugador. Pero volver a rejugarlas apenas aporta ningún aliciente, más que quizás obtener algunos puntos extra de reconocimiento (puntos con los que desbloquear operadores y accesorios), o experiencia.
Por eso, una vez nos atrevamos a introducirnos al multijugador, nos toparemos con la verdadera sustancia de Rainbow Six Siege. Ya desde el principio veremos como no se trata bajo ningún concepto de un juego para todos los públicos. Y es que hasta que alcancemos el nivel 20 (cosa que ya nos llevará unas buenas horas de juego), el juego nos seguirá considerando novatos, y solo nos permitirá entrar en las partidas acertadamente denominadas “casual”, que vienen a ser partidas en las que participaremos con jugadores por debajo del nivel 20. Y en las que precisamente es frecuente toparnos con jugadores que aún no dominan muy bien las formas del juego, y suelen cometer torpezas y errores de todo tipo. Aunque antes de eso también dispondremos de la opción de crear partidas personalizadas. Incluso el propio menú del juego es austero con la presentación y las opciones justas y necesarias.
Los modos de juego que podemos encontrar en el multijugador competitivo son tres: bombas, rehén o asegurar un contenedor biológico. Pero la fórmula en todos ellos es muy similar: si somos el bando defensor deberemos proteger con todos nuestros medios el objetivo, ya sea procurando crear nuestra particular fortaleza y defenderla desde dentro, o tender trampas desde una posición más alejada. Mientras que si somos el bando atacante, obviamente, deberemos planear cómo y por donde atacar el objetivo. Cada partida la gana el equipo que antes consigue vencer en tres rondas, y en cada una de ellas los equipos se irán alternando entre ataque y defensa, salvo en el caso de llegar a una hipotética quinta ronda, en la que se repiten los bandos. Al comienzo de cada ronda cada uno de los equipos dispondrá de unos segundos, aproximadamente medio minuto, para preparar su táctica. Así, mientras los defensores comienzan a llenar de obstáculos y trampas la sala en la que se encuentre el objetivo y sus alrededores; los atacantes deberán encontrar el lugar exacto en el que se halla el objetivo mediante el uso de unos pequeños drones, a los que los defensores también les conviene prestar atención, ya que si los eliminan a tiempo pueden evitar que el contrincante conozca el emplazamiento del objetivo, lo que puede aportar una gran ventaja táctica.
Por otro lado, una vez comencemos a buscar una partida a la que unirnos, no podremos elegir modo de juego, ya que de esto se ocupa directamente la máquina. Es decir, nosotros no decidimos a qué jugar, sino que tiramos con lo que nos toque. Es algo que quizás no guste a todo el mundo, pero lo cierto es que tampoco existe una diferencia radical entre cada uno de los tres modos como para importarnos tanto a cuál de ellos jugar, y de paso se evita que haya un claro favorito entre la comunidad, dejando a los otros desolados. No obstante, sí que existen distintos matices entre ellos que afectarán directamente a la hora de plantear nuestras tácticas y al desarrollo de la partida. Así, si jugamos a bombas, habrá dos objetivos y deberemos conseguir acercarnos a una de las dos para desactivarlas con una sustancia que solo transportará uno de los atacantes a la vez. En este caso, la defensa suele tender a ser más abierta, ya que hay que cubrir dos objetivos, que aunque suelen encontrarse cercanos entre sí, están en diferentes habitaciones. Es quizás el modo más “alocado”, si es que tiene algún valor dicho adjetivo para Rainbow Six Siege. Otro de los modos será el de asegurar un contenedor con riesgo biológico. En este caso el objetivo es único, y el que equipo defensor puede optar por atrincherarse junto a él o esperar en alguna habitación adyacente, mientras que los atacantes pueden atacar a saco al objetivo.
Y por último, encontramos el modo rehén, que supone quizás la diferencia más importante con los otros dos. Ya que, en este caso, los atacantes deben de ser mucho más cuidadosos a la hora de penetrar hacia el objetivo y evitar en la medida de lo posible usar granadas de fragmentación y demás tipos de explosivos, porque la muerte por error del rehén supondrá la derrota inmediata. Es por ello también un modo bastante divertido y que en cierta manera nos invita a usar un tipo diferente de operadores, cuyas habilidades se encuentren más alejadas de los explosivos. Los atacantes vencerán eliminando por completo al equipo rival o bien consiguiendo extraer al rehén. Aunque, salvo el modo bombas, prácticamente todas las partidas suelen terminar con la muerte completa del equipo rival.
Otro de los modos a los que podemos jugar es el de Caza del Terrorista. En este caso se trata de una variante de los otros tres modos, pero jugando contra la IA en lugar de contra jugadores reales. Aquí podemos participar en solitario, cosa que no es muy recomendable si optamos por una dificultad elevada, junto a amigos o hacer uso del matchmaking para reunir un grupo de compañeros. El modo en sí viene a ser similar en cuanto a jugabilidad a lo que nos podemos encontrar en el PvP, pero resulta bastante menos apasionante, ya que a pesar de contar con una IA bastante aceptable, la capacidad de improvisación de los jugadores humanos resulta a la larga mucho más divertida al hacer de las partidas algo infinitamente más azaroso.
La táctica por encima de la habilidad
En cuanto al control y gunplay de Rainbow Six Siege. Al principio podemos apreciar cierta sensación de tosquedad en los movimientos, un apuntado que parece preciso solo cuando no necesitamos apuntar, pero en cuanto estamos dentro del juego, y con ello me refiero a estar ya plenamente integrados en él y siendo conscientes de a lo que estamos jugando, esa sensación se olvida por completo. Porque en Rainbow Six Siege no vamos a ser supersoldados, no vamos a movernos frenéticamente por el mapa y a acabar con el equipo rival nosotros solitos valiéndonos únicamente de nuestra arma principal. Aquí vamos a ser cautelosos y a medir cada movimiento que hagamos. También es por eso que ser muy habilidosos con el pad no será una cualidad tan preciada como el ser pacientes, tácticos, y saber leer el desarrollo de la partida.
Pero también contaremos con momentos frenéticos. Esos en los que se nos comienza a acabar el tiempo para desactivar la bomba o rescatar al rehén, o esos en los que nos quedamos solos ante el peligro porque el resto de nuestro equipo ha caído y no encontramos una zona en la que protegernos. Esos momentos también son muy divertidos, y la sensación cuando conseguimos superarlos es realmente gratificante. Por lo general, los momentos finales de cada ronda suelen ser bastante tensos. De modo que, aunque solo contamos con una vida por ronda y una vez muramos debamos esperar mientras vemos como transcurre la partida, la sensación nunca es de aburrimiento. Mientras estamos observando a nuestros compañeros la ronda sigue resultando emocionante. Además, si morimos también podemos ver por las cámaras de los drones para advertirle de los movimientos rivales, o sencillamente, observar como otros juegan y aprender de sus movimientos para nuestras futuras acciones. Cada ronda dura en torno a cuatro minutos, y a menos que cometamos una torpeza o tengamos muy mala suerte, no seremos eliminados hasta casi el tramo final, donde los momentos de acción ya suelen estar teniendo lugar.
Es decir, en Rainbow Six Siege no vamos a vivir momentos constantes de acción, es un título para jugadores pacientes, que no tienen prisa por apretar el gatillo como un loco, y que ante todo quieren hacer frente a distintos tipos de situaciones y aprender cómo solventar cada una de ellas. A cambio de ese frenetismo más típico de juegos como Call of Duty, Rainbow Six Siege nos regalará momentos de gran tensión. No es esa algarabía en la que todos los jugadores intentan proclamar a la vez su protagonismo con tiros, explosiones y mucho ruido de fondo, sino una propuesta mucho más sutil, incluso elegante, en la que hay que saber saborear cada momento de la partida. Pero os aseguro que si sois de esa clase de jugadores con ganas de encontrar experiencias diferentes y sois los suficientemente pacientes tanto a la hora de apretar el gatillo como para aprender los entresijos del juego, disfrutaréis a lo grande con Rainbow Six Siege. Cierto que jugar en solitario no es comparable a hacerlo junto a amigos, pero incluso así, si dais con una escuadra competente, no podréis despegaros del juego. También es cierto que, al menos en mi experiencia personal, el juego me ha emparejado frecuentemente con jugadores españoles que en muchas ocasiones estaban dispuestos a cooperar con micro. Y a menos de que salgas del matchmaking, ya sea voluntariamente o por uno de los numerosos problemas que los servidores tienen por el momento, continuaremos jugando las sucesivas partidas con la misma escuadra en la que estamos integrados.
Tenemos a nuestra disposición hasta 20 operadores diferentes que deberemos ir desbloqueando poco a poco. Cada uno de ellos variará entre tres niveles de blindaje y velocidad, que no son demasiado palpables de hecho. Al igual que dispondrán de una variedad diferente de armas, para las que poco a poco podremos desbloquear algunos accesorios y camuflajes. Pero donde están sus principales diferencias será en sus distintas habilidades. Cada uno de ellos tiene una propia, como un enorme mazo con el que destruir paredes, un detector de pulso, chalecos anti-balas, trampas para las puertas, etc… Y aunque a priori podría parecer que hay algunas de ellas más útiles que otras, lo cierto es que si se usan de manera inteligente y se combinan eficientemente con las de los demás compañeros, todas resultan igualmente útiles. Este es realmente otro de los aciertos de Rainbow Six Siege, el equilibrio en cada partida, y no solo en cuanto a operadores, sino también en cuanto a escenarios.
En total el juego incluye de salida 10 escenarios diferentes, que van desde un avión hasta un banco. Un contenido que de primeras se antoja algo escaso. En cualquier caso, la mayoría de los escenarios resultan bastante amplios y variados entre sí, y debemos tener en cuenta que cada ronda acaba centrándose en una zona del escenario, en la que se encuentra el objetivo. Por lo que a pesar de solo contar con 10 diferentes, las partidas pueden resultar bastante variadas entre sí. Aún así, no se puede negar que en cuanto a contenido Rainbow Six Siege ha sido lanzado de forma algo precaria, no solo en cuanto a mapas, sino también en cuanto a modos de juego y operadores. Recordemos no obstante que Ubisoft ya ha prometido ir actualizando progresivamente su contenido, y que además todos los DLC podrán adquirirse de manera gratuita a cambio de «horas de juego», es decir, de los puntos de fama que vayamos ahorrando. Por lo que a pesar de ser un punto negativo en su lanzamiento, quizás tampoco debamos temer tanto por este apartado. Aunque esperemos que este hecho no le afecte demasiado en cuanto a su comunidad, y se logre mantener un buen nivel de jugadores en sus servidores. También tenemos algunas opciones de micropagos que posiblemente tampoco agraden demasiado a los jugadores más fieles, aunque distan mucho de marcar algún tipo de diferencia a la hora de enfretarnos al resto de jugadores. Sirven únicamente para obtener multiplicadores con los conseguir puntos de reconocimiento para desbloquear operadores y accesorios más rápidamente o para comprar pinturas para nuestras armas.
En definitiva, a pesar de no comenzar su andadura con una escasa cantidad de contenido, su nivel de exigencia hará que le dediquemos una gran cantidad de horas si queremos llegar a dominar el juego. Y si os llama la atención el modo Caza del Terrorista, tenéis también la dificultad Realista, que resulta muy elevada. Y contamos con algunos desafíos que irán actualizándose diariamente, y que si cumplimos durante las partidas nos otorgarán puntos de reconocimiento extra.
Ambientación Rainbow Six
El diseño de Rainbow Six Siege es en líneas generales sobrio, pero muy sólido. Como ya he comentado al principio, no contamos con una clásica línea narrativa, sino que únicamente tendremos una escena introductoria al juego, a la que se unirán otras tantas para cada operador que desbloqueemos, y algunas más en las misiones de entrenamiento. Eso sí, todas ellas de gran calidad y muy acordes a la ambientación del juego. Gráficamente no encontraremos nada muy destacable a nivel de texturas, pero se cumple correctamente. Y lo más importante, no existen las ya odiadas caídas de fps, el juego en todo momento va muy fino. Además, aunque es cierto que no estamos ante un portento visual, la destrucción de las estructuras está realmente bien lograda y la gran parte de ellas son rompibles, y no solo es llamativa, sino que es uno de los elementos esenciales de su jugabilidad. Mientras que su ambientación en general va acorde a ese diseño sobrio del que hablo, muy en la línea de lo que busca Rainbow Six Siege, que al fin y al cabo no es entrar por los ojos sin más, sino atraer a un tipo de jugador exigente y fiel. De esta manera, sin ser especialmente espectacular, todos los efectos visuales como la iluminación, el humo de las bombas, el polvo, etc… contribuye perfectamente a lograr esa ambientación y afecta a su misma jugabilidad.
Donde sí tenemos un acabado sobresaliente es el aspecto sonoro. En primer lugar contaremos con un gran doblaje al castellano (claro que no hay demasiado contenido que doblar), pero es en los efectos sonoros donde más fuerte se hace. Ya que durante las partidas una de nuestras mejores armas será la de permanecer atentos en todo momento a cualquier tipo de sonido que pueda desvelarnos la posición de nuestros rivales. Puesto que aquí no contamos con el clásico radar propio de otros juegos, nos deberemos guiar propiamente por nuestra intuición, y en según que momentos el haber oído un paso o un disparo en falso de un enemigo puede no solo salvarno la vida, sino hacernos ganar la ronda.
Pura esencia competitiva
No cabe duda de que Rainbow Six Siege es un shooter diferente, y una experiencia única, sobre todo si conseguimos un equipo que nos acompañe y con el que nos podamos comunicar. Cierto es que los operadores no son excesivamente distintos entre sí, pero aportan la suficiente variedad con algunas armas y habilidades para hacer que la experiencia con cada uno de ellos sea diferente a la hora de afrontar la partida. Y también se echa en falta algo que aporte cierta sensación de progreso con el uso de cada uno de ellos, como armas u otras mejoras que desbloquear. Rainbow Six Siege se mantiene austero en su propuesta incluso en este apartado. Y es que la profundidad, como no podía ser de otro modo, se halla en las posibilidades tácticas del juego en equipo. Por eso quizás el jugador individual encuentre algo “sosa” la elección de uno u otro operador, así como la sensación de progreso. Pero es que, si realmente se juega en equipo con conocidos de forma habitual, poco a poco iremos encontrando esa profundidad en las posibilidades tácticas que aporta cada operador al conjunto. De tal modo que a base de mucho jugar y de la experiencia que se vaya adquiriendo, la organización a la hora de escoger operador, o armas, aumentará su importancia. Y conforme nos vayamos percatando de ello también aumentará la satisfacción de jugar a Rainbow Six Siege. Todo ello es una muestra más de Ubisoft ha realizado una propuesta a largo plazo, que espera que cuaje en la comunidad de jugadores poco a poco, y que está plenamente centrado en la vertiente competitiva y cooperativa.
Olvidaros de él si buscáis un juego en el que poder jugar tranquilamente a vuestra bola, jugar en equipo es esencial incluso si lo hacéis con desconocidos. Pero en este caso tendremos que tener en primer lugar la suerte de caer con una escuadra competente. Y no me refiero tanto a habilidad como a conciencia táctica. Y segundo, si lo conseguimos deberemos tener la suficiente capacidad para intuir cuál es la estrategia que nuestros compañeros pretenden llevar, para seguirles el juego y acabar con un buen resultado. Claro que, también existe la posibilidad de charlar con quien nos toque, pero para ello todos los jugadores deben estar dispuestos, con micro conectado, y ser capaces de comunicarse en el mismo idioma. Aunque me da que, a la larga, será mucho más posible que este tipo de cosas ocurran, cuando toda la comunidad vaya adquiriendo más experiencia con el juego y siendo conscientes de cómo afrontar cada situación. De momento, como ya he comentado anteriormente, resulta bastante habitual coincidir con jugadores españoles, y muchos de ellos usando micro para comunicarse.
Como contrapartida, nos encontramos aún con unos servidores que rinden de forma horrible. Es excesivamente encontrarse con partidas en las que un equipo de pronto se queda con solo tres jugadores a causa de que otros dos se han caído. Al igual que es bastante frustrante estar haciendo buenas partidas con un grupo y que de una partida a otra nos desconecte del servidor. Por lo demás, el juego rinde bastante bien, y solo me he topado con una partida con lag de las muchas que he jugado. Sí que es cierto que es frencuente encontrarnos con un pequeño bug, que puede resultar bastante molesto si nos ocurre en un momento inoportuno, en el que nos quedamos atrancados en el escenario, aunque suele poder solventarse.
Conclusión
Dejando a un lado pequeños bugs, problemas con los servidores o cantidad de contenidos, todos ellos problemas que esperamos que Ubisoft vaya solventando poco a poco para convertir realmente a Rainbow Six Siege en una experiencia rica y completa. El mayor problema del título es la importancia fundamental del juego en equipo y de su componente táctico, ya que si no contamos con este punto, Rainbow Six Siege se convierte en un juego diferente casi por completo, un juego no muy “amigable”, que incluso puede resultar frustrante por momentos. En cambio, si contamos con una buena escuadra de compañeros, puede convertirse en algo grandioso, enormemente divertido y adictivo como pocos. No queda más que darle algo de tiempo al juego para que vaya forjando su propia comunidad de jugadores, que serán finalmente los que le den forma, y a Ubisoft para que solvente los problemas más urgentes y vaya aumentando su contenido. Pero si estáis aburridos de los shooters más tradicionales y buscáis nuevas formas de jugar, más exigentes y frescas, Rainbow Six Siege es una de las mejores opciones que tenéis disponible actualmente en Xbox One. Un juego que, lejos de ser frenético, sabe resultar exquisitamente tenso.