Ya está aquí nuestro análisis de Resident Evil 7 Biohazard para Xbox One. Hemos pasado un buen puñado de horas deambulando por los territorios de la familia Baker y, por fin, podemos contaros las bondades de un videojuego que llega para marcar una época dentro de la veterana saga de Capcom. Antes de nada, aunque ya lo dijimos en nuestras impresiones de Resident Evil 7 tras probarlo en diciembre, hay que volver a aclarar que Resident Evil 7 no es, ni de lejos, un nuevo P.T. o un Outlast. Si seguís anclados en esa idea, a lo largo de las próximas líneas os daréis cuenta que no es así. Se trata de un Resident Evil, con todas las letras, y, probablemente, uno de los mejores de la saga de Capcom.
Una vez dicho esto, hay que aclarar que este análisis de Resident Evil 7 estará libre de spoilers por dos motivos: el primero es por petición de la desarrolladora, pero el segundo es porque la historia (y otros detalles que no tienen que ver con la historia en sí) son tan buenos que no queremos destripar absolutamente nada. Puzles, secretos, terror, angustia y adrenalina os esperan en la casa de los Baker, así que no os perdáis nuestro análisis de Resident Evil 7, el juego que llega para conmemorar el vigésimo aniversario (aunque fue el año pasado) de la veterana saga de Capcom.
Entrando en la mansión Baker
21 años han pasado desde que nos infiltramos en la mansión Spencer, el escenario del terror del primer Resident Evil. Tras esta primera entrega, Capcom lanzó otras 5 entregas numeradas, varios spin-offs, un par de entregas HD para las consolas de esta generación y están preparando el remake de Resident Evil 2. Sin embargo, tras esta mirada al pasado, la compañía japonesa decidió mirar al presente y a otros juegos de terror como Outlast, títulos que nos ofrecen terror en primera persona, algo que funciona a las mil maravillas gracias a las posibilidades de las nuevas máquinas. Así, con una cámara en primera persona y las mismas mecánicas que nos enamoraron (y aterraron) hace 20 años, nació Resident Evil 7.
Esta nueva entrega de la saga ocurre, cronológicamente, tras los sucesos de Resident Evil 6. Sin embargo, y es algo que hay que señalar en este punto del análisis, aunque encontraremos referencias, paralelismos y muchos guiños a entregas pasadas, Resident Evil 7 es un juego que puede considerarse como un producto aislado. Cronológicamente puede suceder después del 6, pero alguien que no haya jugado a ningún título anterior puede (aunque, lógicamente, no sabrá apreciar los guiños) disfrutar de este juego de la misma manera que lo hará el fan más incondicional de la saga.
Ahora sí, vamos con Resident Evil 7. Encarnaremos a Ethan, un personaje que se adentra en una propiedad aparentemente abandonada de Dulvey, Louisiana, en busca de su mujer, Mia Winters, quien desapareció en extrañas circunstancias hace unos años. Sin embargo, resulta que la propiedad no estaba abandonada y pertenece a los Baker, una familia de la que en el propio pueblo no tienen noticias desde hace años, pero que parecen estar relacionados con unos sucesos bastante turbios de los que preferimos no hablar, no porque no se sepan ya o sean spoiler, sino porque si no habéis seguido la promoción del juego y leéis este análisis, prefiero que lleguéis »vírgenes».
Lo que sí puedo contaros es que la familia está compuesta por varios miembros. Los más reconocibles son Jack y Marguerite Baker, pero también encontramos al hijo mayor, Lucas, y a una anciana (la »tía Rhody») cuya presencia es, cuanto menos inquietante. Ethan es el protagonista, pero también los Baker y la propia mansión. En este punto es cuando vemos los paralelismos obvios entre dos de las mejores entregas de la saga y este Resident Evil 7. Por un lado tenemos una mansión (que sí, no es una mansión, es una granja) con muchísimas puertas, pasadizos y secretos que descubrir. Eso está extraído del primer juego, donde no existía un conflicto a gran escala, sino algo más pequeño, más »local».
Por otro lado tenemos a los diferentes miembros de la familia Baker quienes, gracias a sus condiciones sobrehumanas, nos perseguirán sin descanso por toda la mansión jugando el papel que en Resident Evil 3 estaba protagonizado por un solo ente, Némesis. Sí, habrá otros enemigos, esas masas bípedas cuya procedencia desconocemos al principio, pero los antagonistas son, sin duda, los Baker. Tras una primera hora de juego (aproximadamente) de auténtico infarto y que contextualiza perfectamente el videojuego, empezaremos a pulular con Ethan por toda la casa buscando lo que nos permitirá escapar de ese espantoso lugar.
Survival horror
Sí, prácticamente no os he contado nada que no supierais, pero es que la historia de Resident Evil 7 es uno de los puntos (muy) fuertes de esta entrega y, como tal, debéis ser vosotros quienes descubráis lo que le pasó a los Baker y el destino de Ethan. De lo que sí puedo hablar es del apartado jugable del título, lo que hace que se pueda catalogar este videojuego como un survival horror en toda regla. Lo primero que hay que saber es que el juego nos pondrá bajo una tensión absolutamente brutal. Consigue cogernos de la pechera y angustiarnos con cada mínimo sonido que escuchemos. Cualquier ruido puede significar que un potencial enemigo, o uno de los Baker, se encuentra detrás de nosotros o en la habitación contigua. Y es que, los miembros de la familia pasearán libremente por determinadas zonas de la saga y lo harán de forma aleatoria, por lo que la experiencia de cada jugador será ligeramente diferente. Es cierto que la inteligencia artificial podría afinarse un poco más, pero la sensación que tendremos es la de estar siendo perseguidos por un maníaco que no dudará en partirnos por la mitad si consigue ponernos las manos encima.
En el plano jugable, nos encontramos ante un juego que tiene cuatro elementos clave: llaves diferentes que abren puertas específicas, salas seguras, creación de objetos y cintas de vídeo. El tema de las llaves está claro. En la mansión Baker nos encontramos con diferentes puertas que solo pueden abrirse si tenemos la llave adecuada. Estas llaves las iremos consiguiendo a medida que juguemos y nos animarán a volver a visitar salas en las que ya habíamos estado, pero permitiéndonos abrir nuevos espacios. En las salas seguras encontraremos un punto de guardado y un baúl en el que podremos depositar los objetos del inventario (bastante escaso al principio) que no vayamos a utilizar de forma inmediata.
Por otro lado tenemos el sistema de creación de objetos, del que no os vamos a dar demasiados detalles, pero que ahí están, y las cintas de vídeo, uno de los elementos más interesantes de Resident Evil 7. Como si fuesen miguitas de pan que un personaje de cuento ha dejado ahí para encontrar el camino a casa, las cintas de vídeo de Resident Evil 7 nos permitirán enriquecer la historia y conocer más acerca de lo que ha ocurrido en esta horrible casa mientras encarnamos a personajes diferentes. Así podremos encontrar pistas, conocer qué pasó antes de nuestra llegada y aprender sobre los enemigos.
También es obligatorio hablar de los puzles. Sí, habrá puzles en Resident Evil 7 y, aunque en su mayoría son bastante sencillitos, hay algunos en los que nos encallaremos de forma irremediable. Y es que, la única comparación que se me ocurre es que están ideados por la sádica mente del que creó los puzles de SAW, ya que habrá que ingeniárselas para superar algún que otro rompecabezas. En el apartado jugable, lo que mejor resume la experiencia de este Resident Evil 7 es que es la suma de las experiencias del primer y tercer juego numerados de la saga, pero con una cámara en tercera persona.
Por último, sí, Resident Evil 7 no es demasiado largo y, dependiendo de lo que os atasquéis, en unas 9-10 horas deberíais haber completado la aventura. Eso sí, es una experiencia intensa como pocas y, además, es rejugable (y no solo para disfrutarlo en una dificultad más elevada).
RE Engine, el motor que da vida a las pesadillas
En cuanto al apartado visual, podemos decir que Resident Evil 7 tiene una dirección artística sobresaliente tanto a nivel visual como sonoro. Sin embargo, vamos por partes. Esta entrega estrena el motor de nueva generación RE Engine que, apoyado por el motor de físicas Havok, consigue entornos fotorrealistas y objetos con unas físicas muy creíbles, algo que se nota especialmente cuando pisamos, sin querer, un montón de latas vacías, miramos al suelo y vemos que están rodando de una forma bastante creíble. A nivel de animaciones no tengo más que buenas palabras. Cuando disparamos notamos un retroceso muy creíble en el arma, mención especial a la »dureza» de recargar algunas armas, y cuando golpeamos cuerpo a cuerpo también nos creemos cada una de las animaciones.
Sin embargo, lo que brilla con luz propia, nunca mejor dicho, es el motor de iluminación que permite generar sombras en tiempo real de una forma muy realista. El problema, sin embargo, se llama realidad virtual. Resident Evil 7 es un juego que, como sabéis, se puede jugar de principio a fin en PS4 con PS VR y, claro, los gráficos deben ser acordes a lo que la máquina de Sony puede ofrecer para su realidad virtual. Aunque el juego tiene una resolución de 1080p, las texturas tienen una resolución bajísima y, claro, al estar constantemente rebuscando objetos y apoyados en paredes pues… se nota. Más allá de esto, no hay demasiadas pegas, ya que tenemos un juego con frame-rate desbloqueado que ofrece un apartado visual que, como dije antes, es prácticamente fotorrealista.
La ambientación, sin embargo, es su punto fuerte, algo que se consigue gracias a un apartado sonoro sobresaliente. La banda sonora es minimalista, pero juega su papel a la perfección creando picos de tensión muy buenos y momentos de relax en los puntos seguros (las zonas de guardado). Además, destaca el tema »Go tell aunt Rhody» que tan bien nos conocemos del tráiler y que nos pondrá la piel de gallina en alguna ocasión en mitad de la partida. Además, hay que destacar que el juego llega totalmente localizado al castellano con unas interpretaciones en nuestro idioma muy, muy buenas. Podremos ponerlo en otros idiomas desde el menú de pausa y, la verdad, para una segunda vuelta os recomiendo ponerlo en inglés, ya que las expresiones y el acento de los Baker vale bastante la pena.
Bienvenidos a la familia
¿Queréis sufrir? Resident Evil 7 es vuestro juego. Capcom parece que busca redimirse de la última entrega numerada y nos ofrece un juego sobresaliente en todos los apartados (excepto en lo técnico). Aunque los hay, la compañía japonesa no recurre a los sustos facilones que nos harán saltar del sillón, sino que han optado por otro terror, el psicológico, el que de verdad se nos queda dentro y nos hará querer dejar el juego para tomarnos un descanso, algo que, por otra parte, nos costará horrores debido a lo enganchados que estaremos con la historia.
Es curioso que en una gran producción de hoy día lo único que se le puede achacar es el tener un apartado visual que no es puntero, algo que se habría logrado de no optar por la realidad virtual, y, además, es casi un piropo al propio videojuego, ya que no necesita, como otros, apoyarse en unos gráficos de última generación para hacernos querer jugar. Resident Evil 7 tiene una historia que está bien contada, es interesante y nos hará querer avanzar, pero también unas mecánicas jugables »de vieja escuela» que, combinadas con una cámara en primera persona, logran poner al día un género que casi había desaparecido. Además, la gran ambientación generada por un apartado sonoro sobresaliente y unos gráficos fotorrealistas (pese a la resolución de las texturas) ponen la guinda al pastel. Sí, dura menos de 10 horas, pero más valen 10 horas intensas y que nos tengan con el corazón en un puño que más horas de juego insulso y vacío. Resident Evil ha recuperado la senda, ojalá nunca vuelva a perderla de vista.