La pasión por el motor se ha visto bien representada con un gran número de juegos que han permitido enfundarse el casco y tomar el control de un buen número de bólidos en todo tipo de situaciones. Pero generalmente, los vehículos empleados en la mayor parte de juegos suelen tener cuatro ruedas y Milestone lleva años intentando que las dos ruedas tengan un protagonismo mayor. Desde sus primeras incursiones con la licencia de las Superbikes, Milestone ha dejado constancia de un concepto, un saber hacer, donde ha permitido disfrutar de estos vehículos que aportan mucha más intensidad.
Y es que ante la ingente cantidad de juegos de coches, se puede observar que las motos ofrecen una mayor complejidad en las mismas acciones, donde trazar una curva no es cuestión de freno y aceleración, es considerar muchos más aspectos, ya que en un coche resulta difícil caerse. Las motos ofrecen un punto de intensidad y complejidad mayor, donde las físicas que Milestone implicaba en sus títulos buscaban un equilibrio entre lo arcade y la simulación, donde se introdujeron aspectos que siquiera los juegos de hoy día incluyen, como la generación de la línea seca cuando deja de llover. Y es algo que sigue sin considerarse, aunque se hayan introducido, como opción indiscutible, las condiciones meteorológicas.
Si las motos son tu pasión, RIDE 2 ofrece lo que buscas
Pero en el fondo, los usuarios desean verse involucrados en una propuesta que lleve su habilidad a nuevas cotas, donde la ausencia de ruedas convierte a las motocicletas en todo un desafío. Es así como RIDE surgió, como esa versión de los Collect & Run vinculado a las motocicletas que tiene en RIDE 2, una secuela que ofrecerá más y mejor. No es cuestión de enumerar más motos o más circuitos, la propuesta de Milestone llega para intentar resarcirse de los detalles que no causaron buena impresión, llega convertido en un producto que busca superar a los grandes hitos de este subgénero, aunque las diferencias son notables.
Juegos como Gran Turismo y Forza Motorsport surgen como objetivos de un concepto basado en la presencia de un catálogo extenso de vehículos y de pruebas, donde ganar dinero implica poder adquirir nuevos vehículos y acceder a nuevas pruebas. El afan de coleccionismo, la pasión por las carreras y la habilidad para conseguir superar a los rivales en cada una de ellas, son lo que moverá a los amantes de las motocicletas a ser partícipes de una experiencia realmente fascinante.
Enfrentándose al mundo
RIDE 2 regresa con la misma base que su antecesor, donde se plantea la generación de un piloto que se expone a una larga lista de pilotos que compiten entre sí para ser el mejor. Un circuito mundial con 27 entornos que recogen muchos más circuitos de todo tipo, por todo el mundo. Ser el mejor implica tener que escalar por una larga clasificación, obteniendo victorias, sumando puntos y reputación, superando a los rivales y corriendo más y más carreras. De hecho, Milestone ha presentado un título que prescinde de menús previos que habilitan diferentes modos de juego, todo está concentrado en el mismo entorno, en la gestión de nuestro piloto, con el que competiremos allá donde sea necesario.
Es así como una vez configuremos nuestro piloto, sin necesidad de personalizar el rostro, pero con un gran catálogo de accesorios y con matices tan interesantes como la posición sobre la moto, haremos de nuestro avatar el rival a temer por todo el mundo. Un catálogo de motos que ofrece más motos y con una mayor diversidad, dado que para RIDE 2 se han considerado las Sport Bike de 2 pistones, las Supermotard y Naked. Pero lejos de enumerar ahora las motos que serán protagonistas, nos centramos en lo que a nivel de piloto ofrece fuera de las carreras, como es la gestión de un equipo.
RIDE 2 ha profundizado en el ámbito de la cooperación, donde se puede configurar el nombre del equipo y los miembros integrantes entre los pilotos IA o, incluso, con amigos. Existen numerosas maneras de hacer frente a la clasificación, tanto en el ámbito individual, con hasta 300 pilotos que se ubican en una larga clasificación, como en una más breve que atiende a las exigencias de equipos, para lo que podemos contratar otros pilotos como podemos recurrir a la lista de amigos y su labor en sus carreras individuales, aunque para ello, debemos tener amigos que dispongan del juego para poder ahorrarnos unas fichas en la contratación de pilotos de la IA.
Es así como la propuesta de RIDE 2 ofrece una diversidad interesante de pruebas, que se combinan en una especie de orden derivado de un progreso dependiente de conseguir concluir las diferentes pruebas en las que tomamos parte. De este modo, según nos enfrentamos a las pruebas del Campeonato Mundial, divididas por clases y rendimientos, iremos poniendo a prueba nuestras habilidades individuales ascendiendo en la clasificación. Cada 8 carreras, se cierra una temporada, que no es más que una referencia para poder acceder a pruebas por invitación puntuales en las que conseguir premios más suculentos, como son nuevas motos. De hecho, no es lo único que desbloqueamos con nuestro progreso, también podremos acceder a pruebas de Equipo, donde participar implica algo más que ser los primeros, el equipo debe sumar más puntos que los demás. Enfrentamientos 4 vs 4, que en otras ocasiones también se traduce en otras pruebas 2vs2, pruebas de habilidad, de aceleración o de cronometraje.
Esto proporciona diversidad en la larga campaña que propone el juego, a la que hay que añadir otros pequeños matices, como son los retos, diarios o semanales, que aportarán fichas que usaremos para conseguir acceder a ventajas, descuentos o contratar pilotos. Todo parece tener un trasfondo más allá de lo que parece, habiendo evolucionado en algo más que la conducción, el número de motos o circuitos, que suelen ser los aspectos por los que surgen las secuelas.
Subir en la clasificación individual y con tu club, será un objetivo global que motiva correr
Jinetes de la velocidad
Hasta la fecha, la mayoría de juegos nos permitía demostrar la valía como piloto sentados en la cómoda posición de un conductor de coche. Pero las motos aportan una experiencia mucho más profunda y radical, donde hay que gestionar mucho más los recursos disponibles para poder trazar las curvas y ser un jinete de la velocidad. RIDE 2 ofrece una amplia diversidad de opciones para que cada uno encuentre ese equilibrio en la experiencia, desde lo más arcade y simple, hasta la simulación más exigente donde caerse será un requisito que condiciona nuestra capacidad de rebajar esas valiosas décimas de segundo.
Centrándonos en las físicas aplicadas a la conducción, hay que tener en cuenta que las motocicletas pueden ser vehículos muy radicales con una relación potencia peso demencial. Sobre todo, es notable cuando nos encontramos sobre una de esas motocicletas de gran cilindrada y potencia, donde el mero hecho de abrir gas puede deparar reacciones inesperadas. Salir de una curva no solo expone un posible derrape o un subviraje que debamos corregir, como sucede con los coches, puede hacer que perdamos el equilibrio y, en el mejor de los casos, la inercia que nos impedirá alcanzar una mayor velocidad. Las físicas empleadas son bastante precisas y exigentes, donde podemos notar como la rueda posterior de la motocicleta quiere seguir su camino importando poco que haya un vehículo delante de ella. Los caballitos y los pequeños desajustes en el equilibrio de la moto cuando se abre el gas, no solo deja grandes repeticiones, también pone de manifiesto la necesidad de ser muy precisos para no perder velocidad.
Pero el reto real se encuentra en las frenadas, donde controlar ambos frenos y la posición del piloto será de vital importancia. Subir el torso mientras se gestionan el freno delantero y el freno trasero mientras se atiende a la línea de la trazada supone un grado de complejidad muy elevado si no tenemos ninguna ayuda. Clavar el freno delantero y hacer un invertido, clavar el freno trasero mientras nos inclinamos y hacer que la moto derrape, situaciones que pueden comprometer en gran medida que podamos ser rápidos en la curva, es más, puede hacer que nuestros huesos acaben en el suelo.
Las sensaciones pueden llegar a ser muy realistas, exigentes y apasionantes
Mantener la moto en la trazada, gestionar el gas y buscar la línea que permita la incorporación mientras se acelera progresivamente y se consigue la mayor velocidad posible al salir de la curva, aspectos que de por sí, hacen que RIDE 2 sea una experiencia fantástica y que implica al jugador a mejorar en cada momento. De ahí, que se haga tanto hincapié en las diferentes modalidades, con diferentes motos y potencias, que exigirán modos de conducción muy diferentes. Y es que no es lo mismo conducir una moto poco potente en la que no hay problema de tracción, pero si de perder velocidad, requiriendo ser precisos en la frenada y evitar así perder la inercia que nos permita salir a la mayor velocidad posible. Claro, que también podemos añadir el factor climático, que sin ser algo dinámico que nos pille de imprevisto, pondrá un poco más difícil manejar las motos y requerirá de adaptarse un poco más. Sin locuras.
Una experiencia realmente apasionante, que dará una satisfacción a los fans de estos vehículos y que recuerda a los mejores juegos que combinan la simulación con la acción de las carreras. RIDE 2 quiere conquistar el mercado y por su jugabilidad, ofrece todo lo que los apasionados de las motos pueden pedir, siempre y cuando, se exijan un poco a la hora de quitar ayudas y usar la cámara desde el casco, obteniendo una experiencia sobresaliente digna de un producto bien pensado.
Competir codo con codo
El formato que Milestone ha desarrollado para RIDE es el mismo que en su debido momento Polyphony Digital o Turn 10 llevaron a cabo para Gran Turismo o Forza Motorsport, respectivamente. Y es que dentro de los juegos de carreras evolucionaron en un concepto conocido como Run&Collect. Del mismo modo, RIDE 2 recurre a este sistema para exponer carreras a través del Circuito Mundial, con carreras recogidas en grupos que limitan el acceso al catálogo de motos y expone un máximo de rendimiento de las mismas. Es así como se ofrece un gran catálogo de carreras y pruebas varias que, dada la gran experiencia de conducción, supondrá un reto para muchas horas y que acaba cuando el jugador desee.
Del mismo modo, la carrera individual se desglosa en temporadas, temporadas que constan de 8 carreras terminadas con algún éxito, requiriendo para ello el bronce. Cuando se cierra este ciclo, se habilita una prueba por invitación, que si se obtiene la victoria, se otorga una moto a elegir entre dos modelos. Es así como se puede gestionar el garaje, comprando lo necesario, mejorando las motos y esperando a que algunas de esas grandes máquinas sea obsequiada. Pero el progreso en la clasificación también otorga otros beneficios, como es poder acceder a los campeonatos, los cuales exigirán más al piloto al tener que gestionar una clasificación en base a puntos. De ser los primeros, conseguir así otra recompensa en forma de moto a elegir.
El impresionante catálogo de motos permite disfrutar de un gran número de circuitos
A la hora de meternos en escena, las carreras nos exponen a otros pilotos, que van a ir a por todas en cada curva y cuyo comportamiento es realmente agresivo cuando la dificultad es elevada, rozando la temeridad. Apurar las frenadas y luchar codo con codo será algo usual, donde además de dominar y domar las bestias que llevamos, tendremos que hacer frente a las circunstancias de cada carrera. Adelantar o ser adelantado, por el interior, por el exterior, aprovechando la frenada o acelerando antes, cuando la trazada está bien llevada, será de vital importancia. No habrá cuartel, en muchos casos, por las diferentes prestaciones de las motos, donde habrá que gestionar el punto fuerte y compensar los puntos débiles de cada una de estas. Para ello también tenemos un potente abanico de opciones para mejorar las motos, aunque podría exigirse algo más, también en los reglajes, que buscaremos para compensar posibles debilidades de la moto, afectando a la velocidad o a la maniobrabilidad.
Si exigimos a la IA ser competitiva, lo será y con esto, la experiencia se convertirá en un reto realmente apasionante dadas las circunstancias, donde la habilidad prima. Aunque, como pasa con las ayudas a la conducción, también se puede gestionar el nivel de los rivales, donde en los más elevados, serán muy duros. De hecho, pueden incluso pecar de exceso de agresividad, lo que deparará más de un disgusto. Buscar un equilibrio entre maniobrabilidad y velocidad, evitar el contacto, sobre todo rueda con rueda, y manejar bien la posición del piloto sobre la moto, puede hacer que cada carrera sea un reto tan apasionante como la mejor de las carreras vividas en cualquier juego de conducción.
Claro que no todo son carreras, existen otras pruebas, que también maman de otras propuestas, donde se exige un tiempo o un número de adelantamientos. Herencia del primer título, pero también ayuda a dinamizar un poco y aportar cierta variedad, aunque no sea demasiado frecuente.
La IA puede ser tan temeraria que sacará lo mejor y peor de nosotros mismos
Fascinación por las motos
El espectáculo que ha dispuesto Milestone para acercar la pasión por las motocicletas es evidente y viene curtiendose desde que lanzó en 2010 SBK X. Un trabajo encomiable que ya tuvo un gran resultado en el primer título, pero que lastró el rendimiento de forma notable. En esta ocasión, el resultado se asemeja mucho al primer juego, aportando mayor diversidad, más circuitos, motos, equipamiento y un resultado algo mejorado, pero con carencias similares a los que tuvo el primer juego.
Las protagonistas son las motos, las cuales han sido recreadas con mimo, cariño, pasión. Estas están representadas con todo lujo de detalle, donde la complejidad de estas, al exponer gran parte de la mecánica, se exponen de forma impecable. De hecho, tal como es habitual últimamente en los juegos de este corte, nos podemos pasear en torno a estos vehículos, admirandolos por su espectacularidad y observando muchos detalles. Además, a lo largo de la historia, las motos han ofrecido diseños realmente dispares, todos ellos reflejados con gran cuidado. Considerando la capacidad de personalización, no solo veremos ese modelo deseado, lo podemos personalizar, como también podemos personalizar al piloto.
Sobre estas están los pilotos, donde se puede equipar con una ingente cantidad de accesorios, todos ellos recreados de forma impecable. En cierto modo, la posición del piloto es la de un maniquí, excesivamente robótico y carente de detalle dentro de este aspecto. No se verán rostros, solo podemos observar la mirada del piloto, la cual, refleja que no se ha cuidado del mismo modo que otros aspectos. Esto se hace notable en las animaciones, que no es que sean demasiado variadas, pero se han detallado con gran cantidad de detalle. No podemos decir lo mismo del público, el cual, como es habitual, se encuentra a otro nivel, por debajo, del conjunto del título. De hecho, lo más probable es que motivados por tener un rendimiento más estable, se haya recurrido a un cierto ajuste en la calidad de ciertos detalles. Las motos se muestran de forma espectacular, pero el conjunto de sombras y efectos visuales varios, muestran un recorte que se hace notar.
Existe un gran catálogo de accesorios para personalizar el piloto y la motocicleta
Así llegamos a los circuitos, escenarios de la acción que desarrolla RIDE 2. Es aquí donde podemos dar cuenta de un apartado visual algo irregular, donde lo que ha prevalecido es el rendimiento y la acción durante el gameplay. Aunque los escenarios parecen estar recreados de forma impecable, en las repeticiones y en las panorámicas que se ofrecen, se puede observar que no todo está construido del mismo modo. Hay elementos muy bien cuidados y la distancia de los objetos es interesante. La panorámica ofrece bellas vistas, donde la lejanía ofrece un paisaje adecuado, dado que con la distancia, no hace falta entrar en excesivo detalle. Pero alrededor de la pista, esos componentes que forman parte de la ambientación, esos seguidores que viven apasionadamente las carreras en las que tomamos parte, recuerdan a otros títulos que pecan de lo mismo, parecen postes con animaciones escuetas y repetitivas.
El modelado de los protagonistas de RIDE 2, las motos y los pilotos, están recreados con mimo y detalle. Que las motos están modeladas con un cuidado al detalle importante es obvio, más considerando que es un escaparate de los modelos más representativos, tanto modernos como clásicos, y los pilotos muestran unas animaciones muy completas durante la carrera, solo lastrado por las escasas celebraciones que no han sido trabajadas del mismo modo. Poder personalizar el piloto y observar el buen trabajo en las texturas y las animaciones para la personalización del mismo, ya que se puede elegir la posición y vestimenta, hacen de la acción en carrera un espectáculo, tanto desde la cámara del casco como por la vista en tercera persona, donde incluso, podemos ver que los retrovisores son útiles para ver lo que viene por detrás con, quizás, demasiado detalle. Podría haberse suprimido algo de ahí para mantener otros efectos o evitar ciertos matices convertidos en bugs esporádicos que no trascienden dado el buen rendimiento general y la impresionante sensación de velocidad y riesgo.
La intensidad y la velocidad son transmitidas con eficacia, prescindiendo de lujos
Son más de 170 motos y de 27 entornos para diferentes circuitos que presentan un acabado bastante espectacular, aunque no podemos negar que no supera a otros referentes. No obstante es un nuevo hito para una licencia que, prácticamente, acaba de nacer. De hecho, hay que reconocer gran mérito al intentar representar circuitos callejeros en ciudades como Milan, Miami o el espectacular circuito de Macau, pero más, por haber intentado recrear entornos como son la isla de Mann, Japón o la Costa Azul. A esto, hay que añadir determinados circuitos, conocidos sobre todo en torno al mundo del motociclismo, como Donington, Almería, Vallelunga, con otros menos usados, como Monza o Nurburgring, incluyendo el famoso Infierno Verde de Nordschleife. Tal como sucede en Forza Motorsport, los entornos serán los que determinen la metereología, no siendo un elemento dinámico, como acostumbran en otros títulos, pero dando una mayor diversidad a la experiencia.
Es más, hay que puntualizar que los problemas que tuvo el primer título, esos problemas de framerrate, se repiten, aunque en momentos muy concretos en lugares puntuales en algunos circuitos. El trabajo conseguido es realmente impresionante, sobre todo, porque en el ámbito general, se ha conseguido imprimir cierto carisma para este producto que intenta emular a las licencias más importantes y llevarlo a otro ámbito, el de las motos, con gran acierto.
Una extensa campaña, con muchas pruebas, a la que añadimos el multijugador
Menos ruedas, más pasión
RIDE 2 retoma el camino iniciado por Milestone para hacer llegar la esencia pura de aquellos juegos de conducir y coleccionar. Referencias que se han venido a menos mientras otros han ido desarrollando un concepto equivalente, que puede demostrar que no caduca si se hace debidamente. Es así como RIDE 2 establece los cambios lógicos a las propuestas originales, cambia el entorno y los vehículos, obteniendo un producto que saciará las ansias de los amantes de las dos ruedas con físicas, carreras y personalización. RIDE 2 aborda una experiencia variada y profunda en solitario, que puede alargarse si la pasión perdura, a las típicas carreras y campeonatos multijugador.
Una propuesta exigente y apasionante, para auténticos jinetes
Un apartado gráfico que se centra en ser efectivo, aunque en ocasiones no lo consiga del todo, pero que ofrece una experiencia realmente abrumadora para aquellos que quieran exigirse un poco. La habilidad y la necesidad de atender a muchos más aspectos a la hora de conducir, implican un reto que ayuda a que cada carrera sea un desafío, con una IA que es competitiva en los niveles altos, incluso, rozando la agresividad. Y es que en estas ocasiones cometer un error te lleva al suelo, con lo que la precaución en cada curva puede ser, incluso con ventaja, un problema si no estamos atinados.
Gracias a unas físicas exigentes, que no insuperables o excesivamente exigentes, podemos disfrutar de lo que pueden ser las carreras sobre las motos, dejando a un lado las licencias vinculadas a competición y saliendo de los circuitos para dar cabida a carreras muy intensas. La personalización, la implementación de modos de juego en un modo individual que lo engloba todo, retos, clubes, amigos y una clasificación larga, obligarán al jugador a esforzarse y apasionarse más por cada carrera o desafío. Un juego que tomando la variedad y la capacidad de personalizar, ahonda en una experiencia más que satisfactoria que llegará a los usuarios que están cansados de tantas ruedas y tan poca imaginación.
No es que RIDE 2 sea un juego innovador, si lo describimos en los aspectos más básicos, pero si que cumple con las premisas que otras licencias han olvidado y, si bien podríamos echar en falta mayor diversidad de vehículos, incluso circuitos o tipos de carrera, la dinámica que alterna carreras en base a temporadas, permite implicarse más en el progreso del piloto y su colección de motos. Y es que en eso residían aquellos Forza Motorsport y Gran Turismo, comprar vehículos y competir en carreras para seguir probando nuevos vehículos. Un título que al usar motos, dirige su vista a un sector que, posiblemente, eche de menos más juegos como este.