El pasado 7 de noviembre, los usuarios de Xbox teníamos una cita con Xbox One X, la nueva consola de Mcirosoft, sin embargo, esta no era la única novedad que caía a nuestras manos. Coincidiendo con este sonado estreno, Koch Media y SEGA llevaban a las tiendas de todo el mundo Sonic Forces, el último título del erizo azul desarrollado por el Sonic Team, y el segundo que recibimos este 2017 después del excelente Sonic Mania. Este es el título que en su día fue presentado como «Project Sonic 2017″, y que busca ofrecer una alternativa moderna y variada, motivo por el cual reúne en una misma aventura tres formas de jugar un tanto distintas: el Sonic Moderno, el Sonic Clásico y nuestro Avatar (a lo largo del análisis profundizaremos en ello). Pero ¿está Sonic Forces realmente a la altura de las expectativas? Acompáñanos a lo largo de este texto para salir de dudas.
En tiempos de guerra surge la resistencia
Sonic Forces nos pone encima de la mesa una historia de guerra, en donde el mundo ha caído en manos del Dr. Eggman y su ejército maligno que, en esta ocasión, cuenta con una poderosísima arma secreta, Infiite. Se trata de un nuevo adversario que promete ponernos las cosas muy difíciles y que nada más empezar el juego se sacude de encima al Sonic Moderno como si nada, ya que es más rápido y más fuerte que el erizo azul. De hecho, aquí es donde comienza nuestra aventura, con Sonic fuera de combate, la resistencia con Tails, Knuckles, Amy y compañía se preparan para una nueva ofensiva, una misión que cuenta con dos incorporaciones de lujo, el Sonic Clásico, y el Novato (que no es otro que nuestro Avatar). No os preocupéis, no pienso desvelar nada más de la trama principal, simplemente quería introducir estos dos personajes porque tienen un papel clave, en la historia y en el apartado jugable del título.
Una vez comenzamos a encadenar una misión tras otra, nos encontramos con que Sonic Forces nos pone sobre la mesa tres estilos distintos de juego. Empezaré hablando del que protagoniza el Sonic Clásico, donde nos encontramos con un diseño de niveles en 2D como toda la vida, pero en el cual se aprecian dos fallos bastante relevantes; por un lado, una linealidad excesiva que acaba con ese encanto de la franquicia de encontrar múltiples caminos para llegar a un punto, así como también se aprecia a un Sonic mucho más pesado y menos veloz de lo que vemos en otras entregas, como la reciente de Sonic Mania. Después nos encontramos con niveles que se desarrollan en 3D, cuyos protagonistas pueden ser el Sonic Moderno o nuestro Avatar (incluso en ocasiones se combinan). En este caso, también sigue existiendo una excesiva linealidad en el desarrollo de las misiones, y salen a relucir unos controles toscos e imprecisos (aunque esto también se nota en los niveles 2D), algo que se nota especialmente en los saltos, o en el momento de atacar a un enemigo cuando tiene que aparecer el circulo de acción sobre él. Además, también tenemos enfrentamientos contra distintos jefes, los cuales tienen unas mecánicas bastante sencillas.
Sin embargo, las pantallas con un desarrollo tridimensional cuentan con una mayor variedad de situaciones, sobre todo si usamos al Novato. Se trata de un personaje que podemos crear desde cero, del cual podemos escoger raza y su aspecto físico (color, equipo, etc.), cuenta con muchas opciones de personalización que desbloqueamos a medida que completamos niveles y conseguimos anillos; sin embargo, hay un aspecto clave, la raza (que no puede cambiarse durante la historia) y dota al Avatar de una habilidad. Por ejemplo, el lobo atrae los anillos cuando están cerca. Pero no solo eso, sino que hace uso de un arma denominada Wispon, que puede utilizarse como gancho para atacar y desplazarse rápidamente, y que cuenta con un ataque extra: uno puede usarse de lanzallamas, otro como un látigo eléctrico… Por su parte, Sonic no tiene esas armas, pero cuenta con su velocidad como recurso, con un turbo para poner la directa en momentos clave. Además, independientemente de la pantalla que juguemos, las 30 que componen la campaña principal, pueden completarse en un corte periodo de tiempo (unas tres horas en difícil nos ha llevado).
La historia consigue mantener en todo momento un ritmo bueno, que consigue captar el interés del jugador, lo cual sumado a la rapidez con la que se van completando los distintos niveles, invitan a encadenar uno tras otro. Sin emabrgo, Sonic Forces peca de ser un juego extremadamente sencillo, con unas mecánicas muy simplificadas, y un diseño de niveles poco inspirado (repitiendo situaciones en exceso). Por ejemplo, se echa de menos que no se aprovechen mucho más las posibilidades de los distintos avatares (una vez completada la campaña podemos crear otros de la raza que deseemos [perro, lobo, pájaro…]) Pese a todo, estoy convencido que los fans acérrimos del erizo azul disfrutarán del juego.
¿Vale la pena rejugarlo?
Llegados a este punto en el cual ya hemos completado la historia principal surge la pregunta que encabeza este apartado… ¿Vale la pena rejugar Sonic Forces? Lo cierto es que hay pocos motivos de peso (incluso seguro que muchos jugadores no encuentran ninguno) que nos inviten a volver a jugar los distintos niveles. Los niveles tienen un desarrollo bastante lineal, lo cual hace prácticamente desaparecer las rutas alternativas en ellos. Además, en cuanto a coleccionables en cada uno de los 30 niveles tenemos 5 anillos rojos, cuando los conseguimos se desbloquean 5 anillos numerados y por último 5 monedas lunares. ¿Para qué sirven? Básicamente para conseguir desbloquear más piezas de personalización para nuestro Avatar.
Quizás, lo que pueda incentivar más a repetir fases de Sonic Forces son dos alternativas bastante distintas. La primera, es competir con nuestros mejores marcadores para batir nuestros récords (para ello es necesario jugar en difícil). La segunda, y más importante, se trata de las misiones SOS. Este tipo de misión aparece de modo aleatorio durante la campaña, y nos invita a rejugar algunas fases con tres alternativas distintas en función del color: completar el nivel, pasarse el nivel con un personaje predeterminado o encontrar una cápsula que nos permite salvar a un miembro de la resistencia.
Un envoltorio precioso
Dejando a un lado todo lo que concierne a la faceta jugable de Sonic Forces, el acabado técnico del título supone un bonito lazo al producto final, convirtiéndose este en uno de los elementos más llamativos por méritos propios. Los escenarios, pese a no tener el mejor diseño, visualmente son llamativos y resultan atractivos, en parte gracias a la paleta de colores utilizada. El diseño de los personajes también está muy bien logrado, y tanto Sonic como el resto de su cuadrilla lucen muy bien. Eso sí, a las alturas de generación que estamos hemos visto muchos juegos con un acabado superior.
Cuando entramos a valorar el apartado sonoro, también nos encontramos con un fantástico trabajo detrás. En una mano tenemos un doblaje al castellano fantástico, donde todos los personajes son capaces de trasmitirnos su personalidad y su manera de hacer; excepto nuestro Avatar, que no le veremos abrir la boca en todo el juego. En la otra nos encontramos con una banda sonora de gran factura, con una música que acompaña a la perfección los distintos niveles de juego, y que en muchas ocasiones nos da ese plus para dejarnos llevar por el ritmo desenfadado que imponen los Sonics o nuestro propio Avatar. Sin duda, esta ha sido la sorpresa más agradable que me ha deparado el nuevo título del Sonic Team.
Conclusiones
En definitiva, me gustaría deciros que Sonic Forces es un juego maravilloso, un título imprescindible para los amantes del género, pero nada más lejos de la realidad. Nos encontramos delante de un juego correcto, sin más; uno de esos juegos que pasará por el catálogo de Xbox One sin pena ni gloria. ¿Significa esto que Sonic Forces es un mal juego? Tampoco. A título personal, he pasado buenas horas a los mandos del erizo azul en esta nueva aventura, lo cual no quita que el juego presente notables problemas. Por ejemplo, tenemos una campaña muy escueta (que puede completarse en difícil en unas 3 horas), tenemos un diseño de niveles extremadamente sencillo y lineal, un control tosco e impreciso que en ocasiones limita en exceso nuestro movimiento, personajes totalmente desaprovechados, etcétera.
A pesar de todo, estoy convencido que los fans de Sonic, así como los niños, encontrarán un buen juego con el que pasar algunas tardes, con una historia interesante que tiene matices serios/oscuros, toques de humor característicos de la saga y reúne a los personajes más importantes de la licencia. Sin embargo, después del fabuloso Sonic Mania, que jugablemente es una auténtica delicia, el resultado final de Sonic Forces está muy lejos de poder equiparse a él y, en las fases 2D, las comparaciones le hacen mucho daño a esta nueva entrega. Como se suele decir, las comparaciones son odiosas. Aun así, personalmente lo que más me molesta es lo poco aprovechado que está el Avatar de nuestro personaje, que es el mayor elemento diferenciador del juego.
También merece la pena resaltar el buen trabajo hecho en la localización del juego, donde no solo encontraremos textos en castellano, sino también un fantástico doblaje en nuestro idioma, una banda sonora realmente fantástica que nos acompañara en los distintos niveles, y un diseño de niveles visualmente llamativo. Desafortunadamente, de nuevo nuestro Avatar pone el toque gris, al ser el único personaje que no media palabra en toda la aventura.
Eso sí, al menos todos aquellos que deseéis darle una oportunidad a Sonic Forces no deberéis rascaros mucho los bolsillos, ya que el juego tiene un PVP de 39,99 euros. Además, la edición digital que se comercializa incluye el Episodio Shadow, un contenido de tres misiones que actúan a modo de una escueta precuela del juego.