El género de supervivencia cada día se explota más en muchos juegos, llevamos tiempo disfrutando de desafíos como los que podemos vivir en una partida de Fallout o el más desenfadado modo de Minecraft, pero poco a poco cada vez más juegos abrazan esta forma de jugar, que muchas veces significa la unión de estrategia, acción y aventura. Si juntamos esto a un equipo donde hay trabajadores que han formado parte del desarrollo de Bioshock Infinite, entre otros, las expectativas se elevan bastante. En este análisis de The Flame in the Flood vamos a contaros como el título ofrece algo que sin llegar a ser novedoso, si que ofrece un conjunto muy sólido que será un delicia jugar.
Waterworld
Nuestra aventura en The Flame in the Flood comenzará de forma tan abrupta como la historia del juego, el mundo ha terminado inundado, solo quedan unos pequeños retazos de tierra y la única posibilidad de sobrevivir será continuar adelante por un río que parece no tener fin. Controlando a Scout, que siempre irá a acompañada de su fiel amigo Esopo, un guiño a la fábula que nos proponen en este juego, deberemos superar incontables retos que nos pondrán a prueba cada día. Lamentablemente como pasa en demasiados títulos indies, la historia, pese a que en este juego tenía el potencial para narrar una gran aventura, quedará en un segundo plano dejando al frente del producto a la supervivencia, haciendo que nuestro paso por las 10 zonas durante las que se desarrolla este modo estén centradas en conseguir mantenernos vivos.
El gran logro de The Flame in the Flood es convertir algo que en principio puede parecer simplón o fácil, en un reto que nos mantendrá pegados a los mandos hasta que consigamos superar el juego o simplemente muramos, muy probable en nuestros primeros intentos. Y es que como buen juego de supervivencia nos exigirá emplear cada minuto en planear nuestro próximo movimiento.
El arte de sobrevivir
Una de las cosas que más quebraderos de cabeza nos darán, serán las típicas características que hay que mantener en un nivel aceptable para que nuestra protagonista no acabe con su viaje antes de tiempo. Tendremos que cazar o recolectar plantas para el Hambre, encontrar agua limpia para no tener Sed, llevar ropas buenas y estar secos para el Frío, además de encontrar un lugar donde echar una cabezada para que la falta de Sueño no nos pase factura. Como os podéis imaginar los objetos necesarios no aparecerán de la nada en nuestro inventario y deberemos buscarlos a través del vasto río, pese a que haya zonas que más o menos nos indican lo que nos podemos encontrar, cada vez que amarremos nuestra barca no sabremos que objetos o peligros nos pueden esperar en tierra firme.
Muchas veces encontraremos ciertos objetos que no tendrán ningún uso por si solos, pero que unidos a otros nos podrían ser de gran ayuda. Como buen título de supervivencia The Flame in the Flood contará con un sistema de crafting, no demasiado profundo ya que abarcará tan solo unas docenas de objetos, pero de sobra para ofrecer una experiencia muy realista. Aquí no vamos a encontrarnos con grandes artilugios que estén más a la altura de Macgyver que de una persona normal, todo lo que se puede crear serán objetos sencillos que cualquiera con un mínimo conocimiento de supervivencia o sentido común podría hacer.
Pese a todo, la gran satisfacción que obtendremos al conseguir las piezas necesarias para la creación de un objeto, muchas veces se verán truncadas por el tamaño del inventario, como es normal solo podremos llevar cierto número de objetos y pese a la ayuda de nuestro compañero y del almacén de la barca, en cuanto llevemos unos pocos días de viaje empezaremos a tener que decidir que objetos son los importantes y cuales los prescindibles de nuestro inventario.
Aunque esto será solo la punta del iceberg, la base de un complejo sistema que está creado para ponernos a prueba en todo momento. Por si no tuviéramos suficiente también habrá que preocuparse de una pieza central de la aventura, la barca, y es que sin ella sería imposible avanzar por el río. Al principio no serán más que unos tablones, pero a medida que avancemos podremos hacer uso del crafting para ir mejorándola y haciéndola más manejable. También la podremos reparar, algo muy importante ya que si nos golpeamos muchas veces contra las rocas no solo nos quedaremos sin barca, sino que perderemos la vida teniendo que volver atrás. Moverse por el río será difícil, la multitud de objetos que se interpondrán en nuestro camino, unida a un control bastante tosco, convertirán cada paseo en barca en un desafío, y eso sin tener en cuenta las zonas de rápidos.
Una de las cosas que nos dará más satisfacción será la caza, podremos crear diferentes tipos de trampas para atrapar diferentes animales, además de usar carne envenenada o un rudimentario arco, que será la única arma de la que dispondremos a lo largo de la aventura. Algunos animales no nos causarán problemas, pero otros como el lobo o el jabalí serán duros adversarios con los que solo podremos acabar con elaboradas trampas o el arco. La alternativa cuando nos encontremos con ellos será huir hasta nuestra barca para evitar que nos hagan una herida que puede que no podamos curar.
Si no tenemos suficiente con todo lo que hemos contado hasta ahora todavía habrá más factores que afecten a nuestra protagonista. Como ya hemos dicho algunos animales nos podrán causar heridas, lo que significa que nos tendremos que curar pronto si no queremos que la cosa vaya a más, pero también habrá factores ambientales como zarzas que nos provocarán heridas que en principio pueden parecer inocentes pero que no conviene olvidar. En este mundo inundado de The Flame in the Flood la lluvia será protagonista, pasar demasiado tiempo mojados nos afectará, así que habrá que buscar refugio en cuanto veamos que el cielo se empieza a nublar. Finalmente habrá que tener mucho cuidado con lo que ingerimos, ya sea agua sucia o comida en mal estado, a largo plazo será más contraproducente que el beneficio instantáneo que nos pueda aportar, aunque como se suele decir en situaciones desesperadas hay veces que hay que tomar medidas desesperadas.
Por si no os había quedado claro, la supervivencia lo es todo en este juego, y sus creadores han conseguido crear un conjunto de altura que nos retará a cada paso que demos. No solo hay que preocuparse de muchos factores sino que además no se nos dará ni un respiro a lo largo de toda la aventura, a medida que avancemos descubriremos que la mejor forma de mantener a nuestra protagonista viva será avanzar sin pausa. Poco a poco empezaremos a movernos más rápido, interactuar con los objetos que sabemos que necesitamos y a no pensar dos veces cual será nuestra próxima acción. Como si de un verdadero reto de supervivencia se tratara, nuestras habilidades se irán puliendo cada día que pase haciéndonos más efectivos, y esto no es por que también haya cierto componente de rol con habilidades especiales, seremos nosotros mismos los que vayamos aprendiendo como sobrevivir.
Precisamente este complejo entramado y la forma en que vamos evolucionando con él es lo que hace de The Flame in the Flood un producto tan sólido, la angustia por la falta de alimentos o agua, la tensión por no saber que nos esperará en la siguiente parada y el cambio que sufriremos mientras avanzamos harán de cada paseo por el río una tortura realmente satisfactoria.
Si el modo historia se nos queda corto The Molasses Flood también incluye un modo sin fin que realmente pondrá a prueba nuestras habilidades.
Apartado técnico
El diseño del juego no dejará indiferente a nadie, sorprendiendo con su gran elección de colores que crean un hermoso tapiz donde desarrollar la aventura. El estilo tan informal sirve para crear un gran contraste con lo realmente duro que será nuestro paseo por el juego. La banda sonora que nos acompañará durante el viaje estará al nivel visual, usando música country del artista alternativo Chuck Ragan que le sienta realmente bien al conjunto final.
Lamentablemente encontramos bastantes errores en la adaptación del juego a nuestro idioma. Siempre es de agradecer que una empresa pequeña gaste algo de presupuesto para traernos su juego traducido a nuestro idioma, aunque hay veces que casi preferiríamos que no lo hubieran hecho. The Flame in the Flood no llega a ese extremo, pero si que evidencia bastantes fallos en la adaptación. En la pantalla de inicio ya encontramos partes incompletas de texto, algo que sucederá durante toda la aventura, a esto hay que sumarle algunas traducciones bastante flojas y otras que directamente ni se han hecho.
Por ello pese a que es de agradecer el esfuerzo de The Molasses Flood por traer su titulo traducido a nuestro idioma, se evidencia que el trabajo se ha hecho a medias y de forma algo chapucera. Razón por la cual hoy mismo se han visto obligados a lanzar la versión en inglés en nuestro país, esperemos que más adelante llegue una adaptación al nivel del juego. Así que todo el que juegue a partir de hoy tendrá que hacerlo con la versión en completo inglés, que tampoco es muy complicada aunque seguramente obligue a mirar algún termino a los que no controlen demasiado el idioma.
Respecto a los controles en general funcionan muy bien y responden a la perfección, los menús también tienen un diseño bastante sencillo, fácil de entender y de manejar. Por el contrario encontramos una IA en los animales que debería pulirse, con defectos como quedarse atascados por una simple piedra.
Conclusión
The Flame in the Flood no inventa nada pero si que ofrece un viaje que todo el mundo debería experimentar, una supervivencia dura que nos exigirá en todo momento pero que nos recompensará con la sensación de realización que supondrá haber conseguido superar un día más.