Hace unas semanas, los amigos de Thrustmaster nos enviaban su volante TMX Force Feedback y hoy, después de muchas horas de prueba con él en todo tipo de situaciones, os traemos su análisis.
Para quien no conozca este volante, os podemos decir que es el hermano pequeño de la gama TMX, un volante muy económico pero que gracias a la dedicación y experiencia en periféricos de Thrustmaster consigue ser una de las mejores opciones -sino la mejor- calidad/precio que podremos encontrar para nuestra Xbox One.
El TMX se centra en lo importante para darnos una experiencia de simulación bastante acertada en casi todos los terrenos, y aunque tiene algunos puntos débiles, mantiene el tipo de una manera soberbia convirtiéndose sin duda en la mejor opción para los amantes de los juegos de conducción en Xbox One o PC que busquen un periférico a buen precio y que sirva de iniciación para el mundo de la simulación.
Materiales
Empezamos con uno de los puntos fuertes del volante de Thrustmaster, ya que nos encontramos con un volante con base de plástico pero con una sensación muy robusta, sobre todo en la zona inferior donde ubicamos los anclajes que se adaptan perfectamente, y de manera muy consistente, tanto a una mesa como a una base si lo que queremos es jugar en playseat. Con un tamaño de 28cm de diámetro, se hace perfecto para disfrutarlo en todos los juegos de velocidad, incluso en juegos como los de F1 donde es más importante la precisión de giro que el ángulo de este.
La parte central del volante está recubierta de goma, que a simple vista puede no trasmitirnos grandes sensaciones, pero que una vez metidos en harina y en pleno uso del juego da una sensación de agarre muy efectiva, incluso después de varias horas de juego o con las manos algo húmedas.
En cuanto a los botones, son los mismos que en un mando de Xbox One. Cumplen su función de manera soberbia, con un tacto muy correcto y sin dar esa sensación de fragilidad que hemos visto en otros dispositivos. Quizá el botón menos trabajado es el pad que encontramos a la izquierda del volante, que a veces sí nos da una sensación un poco más frágil y poco precisa, pero tampoco es algo que nos pueda preocupar, puesto que su utilización es mínima.
Además de los botones naturales del mando, el TMX Force Feedback incorpora unas levas adheridas al volante (y no a la base, algo importante a tener en cuenta) en las que si observamos una calidad asombrosa, siendo este posiblemente el punto más fuerte del volante ya que, además del impecable acabado metálico, cuentan con un mecanismo de recorrido perfecto y con un retroceso muy rápido y efectivo, algo que sin duda nos ha enamorado desde la primera vuelta que dimos con el volante.
En cuanto a los pedales, nos encontramos ante el talón de aquiles del periférico, ya que tenemos una pedalera simple (acelerador y freno) hecha en plástico, pero bastante resistente. Pese a eso, la sensación no es de fragilidad y nos ha transmitido buenas impresiones después de muchas horas de uso. La progresión de los pedales es bastante buena, aunque quizá hay que destacar un poco más la del freno, que está algo más lograda que la del acelerador y cumple de manera estoica en fuertes frenadas, generando una sensación de realismo bastante cercana a pedales de gamas superiores. Además, el sistema de fijación al suelo es mediante unas gomas inferiores que aunque cumplen bien en todo momento, en fuertes frenadas o cambios bruscos de posición se puede mover un poco.
Force Feedback
Thrustmaster tiene una dilatada experiencia en el mundo de los periféricos, y eso se nota a la hora de saber qué necesita el jugador. Y es que el pilar principal sobre el que se construye un buen volante es un buen motor Force Feedback, donde recibamos las sensaciones del coche y de la pista de la manera más próxima a la realidad.
El TMX cuenta con un motor Force Feedback de engranajes metálicos y con un sistema mixto “correa-polea” que ya pudimos ver en otros volantes de la marca para Xbox One como el Ferrari 458 Italia Edition, ofreciéndonos unos resultados estupendos y que nada tiene que envidiar a motores más avanzados de otros volantes de gama superior.
Análisis TMX Force Feedback: conclusión
Definitivamente, si buscas un volante con Force Feedback con una gran relación calidad/precio, el TMX es tu volante. Por menos de 200€ puedes iniciarte en el mundo de la simulación y disfrutar de una manera mucho más completa en los juegos de conducción, tanto en los arcade como en simuladores mucho más exigentes como Assetto Corsa o Project Cars 2. Las posibilidades de personalización del volante en el menú del juego son bastante grandes y el motor Force Feedback cumple muy bien en su cometido a la hora de transmitirnos las irregularidades de la pista o incluso el reparto de pesos en el coche.
Además, como en toda la gama de Thrustmaster podemos evolucionar nuestro volante con nuevos accesorios como pedales metálicos, frenos de mano o cambios manuales en H e ir ampliando así nuestra apuesta por la simulación de una manera más progresiva.