Victor Vran es una de esas propuestas que nos introduce en una aventura ambientada en uno de esos reinos de fantasía que adquiere ciertos matices balcánicos. Un juego de acción y rol con una vista isométrica que tiene una relación bastante directa con títulos como Diablo o Van Helsing, pero que ofrece su propia perspectiva de lo que este género puede aportar. Cambios ligeros que hacen de Victor Vran una propuesta interesante, tanto como lo es una historia que se recrea en el ficticio reino de Zagoravia.
Un reino devastado por la apertura del infierno, un infierno desatado que ha dejado salir todas sus criaturas para hacer valer un pacto de sangre que tiene como protagonista a una reina, que para subsistir a una letal enfermedad llegó a un pacto. Un pacto que fue un engaño, pues lejos de llevarse su vida en el plazo acordado, supuso la devastación de un reino que había prosperado. Victor Vran se encuentra con esta situación cuando está buscando a un amigo, el único que conoce su auténtica naturaleza y que se encuentra desaparecido en la capital de Zagoravia.
Una ambientación que resulta familiar, pero que no deja de ser interesante
De esta manera, Victor Vran presenta una propuesta muy llamativa en la que el jugador deberá elegir su camino, deberá elegir su progreso y podrá hacer uso de un buen número de habilidades que permitirán enfrentarnos al infierno que asola las calles y terrenos de Zagoravia.
Un héroe solitario y maldito
Victor Vran es el protagonista auténtico de esta aventura, el cual cuenta con un estilo que puede recordar a otros caracteres de la industria. Un personaje misterioso, oscuro, al que le sigue una maldición que descubriremos, tiene algunas similtudes con la historia que se narra en este juego. Con ello, podemos ver que su aspecto y caracter recuerda en parte al propio Van Helsing, pero con ciertos aires de Gerald. Todo esto combinado puede parecer interesante, pero tanto estereotipo para una misma persona puede resultar un tanto insulso. Independientemente de eso, debemos considerar que esto no es más que una introducción a lo que Victor Vran será capaz de hacer, donde hacer frente al combate ofrece armas y poderes demoniacos.
Por un lado, el juego ofrece la posibilidad de manejar tanto armas cuerpo a cuerpo como armas a distancia, donde inicialmente solo podremos equipar una y posteriormente combinaremos. De este modo, el jugador puede ir conociendo las mecánicas, basada en 3 golpes que requieren de carga para poder ser utilizados. Uno básico, que prácticamente se recarga solo o bien está limitado por el tipo de arma, y dos ataques más potentes. Todas las armas funcionan más o menos igual, donde el catálogo es tremendamente variado y las características de cada arma muy concretas.
Escopetas, martillos, espadas, arcos, libros de magia, lanzagranadas… hay un interesante catálogo de armas y dentro de esa diversidad, existe otra gran diversidad de armas que tiene poderes y características únicas, repartidas según rareza. Con todo esto, encontrar la combinación adecuada resulta complicado, pues cada arma denota que hay virtudes y desventajas en su uso muy notables. Armas muy rápidas que apenas hacen daño, armas muy poderosas que tardan en concatenar ataques, etc. Pero también hay poderes demoniacos, que del mismo modo podremos equipar a partir de un nivel. Primero un poder, luego dos, pero ambos limitados por el uso del Impulso, que se irá cargando según vayamos eliminando enemigos.
Acción diversa y desafiante
Es aquí donde podemos ver que existen similitudes con otros juegos, donde no resulta tan rápido y frenético como Diablo III o Sacred 3, ni tan monótono como los juegos de Van Helsing. Si que se pueden encontrar hordas de enemigos muy numerosas, pero a la hora de jugar, según que equipamiento llevemos, puede hacer algo tosco. De hecho, uno de los factores que caracteriza a Victor Vran, es el uso de una cámara móvil, donde lejos de obligarnos a ver la acción desde una perspectiva, nosotros moveremos la cámara para encontrar la mejor posición.
Este aspecto puede ser algo contradictorio, más para lo acostumbrado en este tipo de juegos. Y es que Victor Vran también ofrece la opción de explorar los diferentes mapas, a modo de fases, con cierto toque del género plataformas. Podemos saltar, lo cual no es nada útil en combate, pero permite encontrar tesoros y escondites. De hecho, podemos hacer hincapié en cómo se gestiona la aventura desde un extenso mapa de Zagoravia. Tras unas primeras fases de introducción al título, donde se presenta ligeramente al personaje y da cuenta de la situación, llegamos al castillo donde encontraremos a la reina y nos servirá de refugio. Un refugio donde encontraremos comerciantes, donde podremos transmutar objetos, combinándolos y creando nuevas armas y poderes.
Existen un buen número de opciones y armas para personalizar y adaptar al personaje a nuestro gusto
Es ahí donde tendremos acceso a un gran mapa, un mapa que descubre el reino de Zagoravia y sus diferentes escenarios. Este se divide en múltiples mapas concretos en los que hay mazmorras. En todos estos casos, existen desafíos muy concretos para obtener recompensas, de forma que a la hora de jugar se expone una diversidad de opciones que obligará al jugador a adaptarse. Pese a que encontremos la combinación perfecta de armas, estos desafíos nos obligarán a matar con armas específicas un número de enemigos, así como encontrar todos los tesoros escondidos, incluso, eliminar sin recibir daño. Conseguir todos estos desafíos otorga interesantes recompensas y anima a volver a jugar si no los conseguimos superar.
A la hora de hacer frente a la acción, el estilo deja claro que se puede optar por una diversidad de acción mayor que esos juegos que la cámara es fija. La base es la misma, pero tanta combinación de poderes y armas permite adoptar estrategias y combinaciones más concretas. No resultará fácil hacer frente a toda esta acción, dado que no se trata de un juego que ofrece todos los ataques de primeras. Debemos elegir una u otra arma, debemos considerar el uso del impulso para un poder u otro, y como no lo hagamos debidamente, podemos vernos en peligro. No es que el juego ofrezca, en su primera vuelta, un nivel de dificultad extremadamente exigente, pero la curva de dificultad se nota y no encontrar esa combinación de armas que se ajuste a las necesidades, lastra un poco.
La historia no es revolucionaria, pero introduce de lleno al jugador en el personaje
No obstante, a la hora de jugar, si gustan este tipo de Action-RPG, Victor Vran no solo cumple, engancha e invita a jugar de forma efectiva. Las alternativas que afectan a la jugabilidad están bien implementadas e incluso, suponen un desafío para los que se hayan acostumbrado a esos juegos donde se desata un infierno de destrucción con pulsar un botón.
Me parece haber estado en Zagoravia
Victor Vran es un juego que hace uso de una vista isométrica, con lo que la profundidad de los escenarios está muy limitada. Ahora bien, lejos de usar una cámara estática, ofrece la posibilidad de girarla para obtener otras perspectivas. Esto no quiere decir que si hay un objeto que se interponga en la vista no nos deje ver, pero sí que ofrece una alternativa para explorar con más precisión.
Con todo esto, el juego tiene un apartado visual correcto, que recuerda mucho al estilo de los juegos citados, tanto Diablo como Van Helsing. Incluso puede decirse que goza de cierto estilo propio, pero la realidad es que en todo parece heredar demasiado de los juegos que han explotado el género. Zagoravia se asemeja mucho a todos estos juegos, que parecen estar ambientados en ese concepto medieval de fantasía basado en la región balcánica. Montañas, bosques, castillos y ciudades rurales, cuevas y ruinas, cementerios, son escenarios que no difieren en todos estos juegos.
Zagoravia se expone en diferentes escenarios o fases con múltiples mazmorras llenas de desafios y tesoros
El diseño es correcto, donde podemos ver un interesante resultado en la combinación de estructuras, diseño, realización, texturas e iluminación. La combinación de los ataques suele deparar interesantes efectos visuales. El resultado final, apoyado en un rendimiento óptimo para evitar conflictos, es más que correcto, sin lucimientos, pero sobre todo, sin dar la sensación de ser una versión de imitación de otros títulos. Es una propuesta firme, bien planteada, que sólo peca por haberse ambientado en un estilo demasiado parecido al resto.
Esta familiaridad con el entorno o la ambientación no sirve para elogiar a Victor Vran, que al parecerse tanto no puede evadir las comparaciones. No obstante, no sale mal parado, no tiene la calidad de Diablo, pero tampoco puede envidiarlo demasiado. Este tipo de juegos ofrece un rendimiento y aspectos que usualmente son correctos, porque tampoco se puede explotar mucho más. A la hora de centrarnos en la diversidad, la hay, sobre todo en cuanto a los enemigos. Enemigos que van desde los típicos insectos, fantasmas y vampiros a algunos entes un poco más extraños que parecen no encajar, pero ahí están para que supongan un reto diferente.
Cada escenario y mazmorra tiene desafíos para conseguir interesantes recompensas y ser jugados de nuevo
A la hora de centrarnos en como exponen la aventura, Victor Vran hace uso de unas cinemáticas que se basan en la animación 2D, como un cuento, como una novela gráfica. Cuando dialogamos con algún personaje, estos aparecen como dibujos, donde el diseño es bastante estereotipado. Las voces del juego están en inglés, pero todos los textos están en castellano, salvo algunas conversaciones que pueden coincidir con la acción, no hay problema para seguir la historia. Resulta gracioso como la voz de Victor Vran recuerda mucho a Gerald de Rivia, donde todavía hace más notable la similitud en su personalidad. Victor Vran es un cazador de demonios solitario y resentido con la vida, ¿de qué me suena?
Subir de nivel, optar a nuevas habilidades y un sinfín de armas
La banda sonora del juego ahonda en esa ambientación de fantasía medieval balcánica, donde los instrumentos de cuerda dan vida a la historia. No obstante, la diversidad de canciones o la monotonía de su ritmo, hacen que en ocasiones resulte todo demasiado plano. No desentona, como su diseño y ambientación general, pero puede que ahí haya expuesto demasiado los límites de la propuesta en este aspecto.
Lobo solitario o caza cooperativa
Ahora bien, Victor Vran se expone como un título que puede disfrutarse en solitario, pero también cuenta con un modo cooperativo de hasta 4 jugadores. Resulta realmente interesante, dado que este componente cooperativo ha funcionado bien en juegos como Diablo y no resulta peor en este caso.
Dado el carácter diverso de la personalización y evolución del personaje en Victor Vran, juntarse con otros jugadores, vía multijugador online, aportará una curiosa mezcolanza de diseños, sobre todo, para no perder la gracia, aunque al principio, veremos dos clones en pantalla.
A las hordas de enemigos se les juntan bosses de una dureza sin parangón
De hecho esto es gracioso, pero se contradice con el carácter del personaje. Resulta extraño que nos propongan un jugador con un antihéroe muy particular y ver hasta 4 réplicas. No obstante, lo que importa es la acción y en este tipo de juegos resulta interesante poder cooperar para conseguir superar los desafíos que nos exponen. Es más de lo mismo, pero su ausencia hubiese sido peor que su presencia.
Apuesta en firme
Victor Vran es un título muy interesante, porque aporta un poco más de diversidad en el catálogo centrándose en ese subgénero que domina Diablo. Pero del mismo modo, aquellos que sienten una verdadera pasión por estos ActionRPG no se sentirán defraudados con esta propuesta. Una propuesta que incluso, se ha atrevido a introducir cosas nuevas, como es la opción de saltar, abriendo nuevas posibilidades en la exploración, incluso añadiendo un ataque más.
Una propuesta muy interesante para los amantes del ARPG
Y de eso se trata, de hacer frente a múltiples enemigos con nuestras armas y poderes demoniacos, que hacen del juego una propuesta muy diversa y atractiva. Un juego que ahonda en un catálogo de armas donde cada una tiene claras virtudes y desventajas, donde hay que combinar bien los ataques para compensar las esperas de la recarga de los ataques más poderosos. Con esto, atender a las habilidades de personaje y las propiedades de las armas y los poderes, donde la acción que desarrolla puede llegar a complicarse mucho por la dureza de los enemigos.
Es así como Victor Vran expone un escenario conocido, una ambientación similar a los juegos de este subgénero y una historia un tanto estereotipada, pero bien planteada. Un protagonista cuyo caracter puede ser algo inocuo o insulso, pero que solo es una excusa para hacer frente a la acción que propone. Añadiendo un modo cooperativo, donde realmente se puede notar que la idea no da para mucho más y que esta opción se ha metido con calzador, Victor Vran ofrece desafíos para todos. Una propuesta bastante longeva, dado que sus mazmorras y escenarios presentan desafíos que no serán tan fáciles de superar.
Acción directa, una interesante profundidad de personalización y gestión de habilidades, opciones y enemigos. Una propuesta amplia, ligada a una historia que nos va abriendo las puertas a más y más escenarios, escenarios repletos de enemigos que eliminar y donde demostrar nuestras capacidades como un auténtico cazador de demonios.