En los últimos años escuchar hablar sobre Gearbox siempre trae a la mente la saga Borderlands, pero la llegada de la nueva generación ha incentivado a este estudio a proponernos otro concepto de juego a través de Battleborn. En esta ocasión, lejos de ahondar en una gran historia, en un amplio conjunto de mapas, rodeados de disparatados enemigos y situaciones, se han centrado en una experiencia multijugador que en los últimos años ha ido ganando adeptos gracias a diversas propuestas. Battleborn es un MOBA que llegará a Xbox One en febrero y que ha abierto las puertas a las primeras pruebas técnicas, con las cuales, podemos hacernos una pequeña idea de lo que llegará.
Battleborn expone un gran conjunto de personajes, protagonistas en cierto modo, de una propuesta que incide en los principios que promulgan los MOBA, elementos roleros, mazmorras y escenarios donde una serie de bots, o minios, deben alcanzar la base rival mientras una cruenta batalla les rodea gracias a la presencia de estos protagonistas. Claro está, que a diferencia de propuestas como League of Legends o Smite, no se trata de un juego de rol y acción en tercera persona, sino que es una propuesta de Gearbox en toda regla, en primera persona y con grandes dosis de frenética acción. Para ello, contaremos con un elenco de hasta 25 personajes cuyas cualidades son muy diferentes y aquí, regresa la sensación de que estamos ante un producto que ha heredado gran cantidad de cualidades de Borderlands.
Contar con un elenco tan amplio de héroes, si bien en este género este número puede ser bastante mayor, hace que la experiencia sea muy diversa en su propuesta. No podemos negar que la acción que se desarrolla en el campo de batalla bien merece considerar las cualidades de estos personajes, donde su poder de ataque o soporte son dispares y su cooperación es lo que permitirá acaparar el éxito deseado. Podremos seleccionar a alguno de estos personajes y en base a sus características, afrontaremos la acción en primera persona con ataques a corta, media o larga distancia, según proceda, ofreciendo así una diversidad interesante a la hora de proponernos la acción. Pero claro, hablamos de Gearbox, que en cierto modo se han encumbrado ofreciendo un catálogo de personajes dispares y carismáticos a lo largo de los tres títulos de Borderlands y, si bien, en Battleborn estos personajes no hablan demasiado, demuestran que el trabajo de diseño y caracterización sigue siendo uno de los fuertes de esta empresa.
Claro que lo más importante es descubrir la acción que desempeña Battleborn, algo que depende de como queramos jugar, bien en partidas PvP o en partidas cooperativas, donde entraremos en combate para conseguir superar al bando rival o para superar los desafíos que se nos exponen. De hecho, resulta interesante saber que Gearbox ha propuesto en Battleborn algo más que pantallas estancas, un trasfondo o una historia que a través de las diferentes fases convertirán a estos héroes en curiosos Guardianes de la Galaxia. Si bien, el desarrollo de este modo campaña suele depender de tener aliados que nos permitan ahondar en una experiencia cooperativa, la realidad es que es un modo de juego que bien recuerda a Borderlands cuando se juega haciendo uso de este modo de juego multijugador, si bien, no hay que explorar ni descubrir nada, sino avanzar y superar la fase, cual mazmorra. Contando con un conjunto de 5 jugadores, avanzar por la fase y hacer frente a hordas de enemigos que intentarán evitar nuestro avance, con algún que otro ‘boss’, será suficiente para disfrutar de la acción y descubrir las capacidades del personaje seleccionado.
Pero por otro lado está el modo de juego que, siendo un MOBA, cabría esperar. Ese modo de juego que enfrenta a dos bandos por conseguir hacer llegar minions a la base rival, en un escenario algo más complicado que las típicas callejuelas, donde los principios básicos de este tipo de juegos parece diluirse gracias a una propuesta que lo renueva. Enfrentando a dos grupos de cinco héroes, la lucha entre estos solo se desviará para evitar que los minios consigan su objetivo, ya que, para el resto, hacer capaz a su bando sumar puntos es lo que prevalece. Resulta un modo de juego que, frente a una campaña, parece gozar de más fuerza e interés, si bien, existirá un modo de juego, ausente en esta fase de test, que podría ser de relevancia para convencer a los usuarios de que la propuesta de Battleborn es acertada, el modo Incursión. Los detalles referidos a este modo Incursión hacen alusión a un objetivo más arduo que hacer llegar minions a un objetivo, como es destruir la base enemiga.
La acción es frenética, si bien, a estas alturas no se pueden establecer parámetros que puedan servir como conclusión para determinar su aspecto final. Lo que si queda claro, es que los fans de Borderlands se van a encontrar con numerosos elementos comunes que harán recordar a la licencia que llevó a Gearbox a ser una de las desarrolladoras veneradas del sector. Una estética que combina las tres dimensiones con un aspecto cercano a los cómics, con un diseño muy particular, original en cierto modo, y con elementos, tanto en jugabilidad como en secuencias, que traen a la mente las aventuras de los Buscadores de la Cámara. Claro que, esto permite que el juego tenga un aspecto diferente, propio en cierto modo, siendo uno de los sellos de Gearbox para sus creaciones y que permite dar cierta fluidez a una acción que lo requiere.
Y es que centrándonos en la acción, esta es tan intensa como cabría esperar, sobre todo, cuando hacemos frente a los escenarios repletos de enemigos y ataques que atraviesan la pantalla dando un toque de luz y color al escenario. Sin saber si se podrá regular el nivel de dificultad para hacer frente a hordas más cuantiosas, además de duras, lo que se ha podido comprobar es que el juego goza de una impresionante puesta a punto para que, con ciertos retoques, pueda ser una experiencia muy intensa. Considerar las habilidades del personaje y meterse en el rol que desempeña será sencillo, si bien, combinar personajes que pueden atacar cuerpo a cuerpo con ataques a distancia, permite establecer ciertas estrategias y mantener en vilo a los jugadores en todo momento. Claro que, esto es algo que compromete la experiencia siempre y cuando entremos a las bravas, como es el caso de estas betas, donde no podemos compartir una experiencia con amigos y poder concretar modos de acción que, cuando vea el juego, aumentarán la inmersión de cada jugador en torno a un grupo.
Combinar los poderes y los dos ataques básicos es algo que permitirá a los jugadores disfrutar de forma sobresaliente de una propuesta que vuelve a reinventar los shooters, añadiendo las acciones típicas de los MOBA. En cierto modo, Gearbox se ha convertido en una empresa que sabe ligar géneros para propuestas que, aunque parezcan lo mismo, aportan una gran diferencia en la experiencia. Si bien, añade un dinamismo exagerado a la acción de los MOBA, gracias a la perspectiva inmersiva de la primera persona, aporta una mayor madurez a la acción gracias a las características de los MOBA aplicadas a un mero shooter. Con dos ataques básicos, en los gatillos, posteriormente tendremos dos ataques específicos, en los botones superiores a estos, que harán más daño o aportarán cierta ventaja. Claro que, todo juego de rol implica la necesidad de mejorar el personaje dentro de la acción, algo que, con un pequeño toque permite elegir entre dos opciones en cada nivel para especializar y potenciar al personaje. A partir de ahí, subir de nivel hasta desbloquear el ‘ultimate’, la habilidad definitiva.
En el fondo, estos aspectos parecen una evolución directa de lo que Borderlands ha ofrecido años atrás. Es en este momento donde debemos matizar que aspectos son importantes para cada personaje, ya que, si bien tenemos los típicos soldados, estos pueden ser muy diferentes según sus aptitudes. Al típico tanque, lento, destructivo y resistente, encontramos otros más ágiles y letales, a su manera, si bien, sean más vulnerables a los ataques enemigos. Claro que por otro lado, encontramos carácteres de soporte, como magos, curanderos, arqueros y, pese a que todo parece estar destinado a atacar desde lo lejos, espadachines de gran movilidad que pueden hacer mucha ‘pupa’ si les dejamos acercarse.
Claro que en cierto modo, los ataques especiales, como por ejemplo, el ultimate, son ataques que bien pueden requerir de especificar donde van a ser lanzados. Son aspectos como este los que denotan que Battleborn es algo diferente de un shooter convencional, donde, si bien podemos lanzar una granada calculando donde va a caer, aproximadamente, determinados poderes, principalmente mágicos, requerirán de una segunda acción para ser ejecutados. En cierto modo, se puede encontrar algo de conflicto en estos aspectos, si bien, a la dinámica de juego y el frenetismo de la acción, se pueden encontrar algunos obstáculos en estos elementos que requieren de una segunda acción. En cierto modo, estos ataques son poderosos, pero pueden ser conflictivos si no se encuentra el momento adecuado, al igual, que cuando pretendemos subir de nivel, ya que el que aparezca un menú que surge del hud, un menú de acción rápida, puede ser improcedente hacer uso del mismo en cualquier momento, aunque nos convenga. Del mismo modo, entrar a jugar en una partida sin conocer las habilidades o mejoras del personaje es contraproducente, si bien, al principio, nos costará saber que tipo de ataque procede de cada acción, es cuestión de probarlo antes de entrar en batalla.
A la hora de evolucionar, hay que saber bien qué habilidades se potencian en cada subida de nivel, ya que este proceso está prefijado para cada personaje, pudiendo analizarse en el menú, permitiendo planificar cómo vamos a proceder en cada momento, pues para seleccionar uno u otro, solo hay que pulsar una tecla cuando sale la opción. De este modo, se cierra el capítulo que se corresponde a la experiencia MOBA, aunque, en cierto modo, también podríamos hablar de los ’loadout’, donde podremos equipar tres potenciadores que serán adquiridos con la compra de paquetes que obtendremos con las recompensas de cada misión. Esto confiere cierto elemento aleatorio y promete incluir interesantes opciones, incluso, personalización para los protagonistas. Hay que tener cuidado con estos potenciadores, ya que en ocasiones, no confieren una ventaja absoluta, si bien, los que mejor aportan una de estas, suelen tener un efecto contrario que reduce otra habilidad o capacidad. Por ejemplo, encontrar un potenciador de ataque que reduce la salud o la velocidad de recarga de las habilidades. Estos elementos vuelven a hacernos recordar quien ha desarrollado el título, esa empresa que nos ha conquistado con una propuesta como Borderlands.
Nadie puede negar que la propuesta gana enteros combinando géneros, algo que Gearbox ha sabido realizar de forma excelente en una licencia que está tan bien valorada como es Borderlands y de la que esperamos noticias próximamente para conocer el devenir de la misma. Pero ahora toca hablar de Battleborn, un juego que en cierto modo hace recordar los mejores aspectos de esta, limitados, en cierto modo, porque se trata de una experiencia muy diferente a la que proponen con los Buscadores de la Cámara. Puede parecer más limitado, pero establece nuevos aspectos que afectarían a como se comprenden géneros como los shooters en primera persona o los MOBA. La combinación de ambos, de la mano de esta empresa, resulta atractiva, adictiva y con un potencial impresionante para expandirse, si bien, promete ser muy extensa.
No cabe duda de que este primer contacto sirve para hacernos a una idea global muy bien definida, una declaración de intenciones que ofrece una experiencia intensa y atractiva. Un diseño espectacular, un elenco de personajes amplio y diverso, que obligará a cada jugador a valorar sus posibilidades y adaptarse a un rol para poder lograr el éxito, bien contra una IA en un modo de juego que enlazará misiones para narrarnos una historia que funcionará como excusa, o trasfondo, para eliminar todo lo que se interponga en nuestro camino, bien por dar rienda suelta a la acción en los típicos modos de juego de los MOBA. En cualquier caso, la fórmula combina elementos que por sí solos ya tienen éxito y que Gearbox parece saber cómo combinar para dar una propuesta interesante.
Si bien, a nivel de diseño y realización promete, lo que se puede asegurar es que la acción que desempeña el juego dará cuenta de muchas propuestas que, tras años de evolución, parecen no encontrar la manera de ser originales, ofreciendo siempre lo mismo. Con la visión que Gearbox desarrolla con la combinación de géneros, la propuesta multijugador de Battleborn se confabula como uno de esos productos que, exponiéndose como un shooter, ofrece otra cosa que no sea lo de siempre. No solo por las habilidades de los personajes, no por diversificar los objetivos que se esconden en una acción básica y directa, por combinar todo y hacer de algo tan nimio como un shooter algo complejo que puede retar a cualquiera que le dé una oportunidad para mostrar sus habilidades de una forma totalmente diferente.
Battleborn hace llegar 25 personajes, mazmorras y arenas, destrucción y cooperación, estrategia y acción, rol y diversión directa en un conjunto de opciones de juego que pueden encandilar a los usuarios. Una propuesta para ser diferente, una acción ramificada en un sinfín de posibilidades y combinaciones, impactante como shooter, dinámico como MOBA, es un título que emana originalidad redefiniendo y combinando géneros. Battleborn tiene un largo camino para consagrarse como un producto que puede ofrecer todavía más, para lo que tienen tiempo hasta que en febrero aterrice en Xbox One, Playstation 4 y PC.