Sabíamos que sería uno de los protagonistas de la Gamescom y teníamos que traeros el avance de Far Cry 4 como fuese, así que nos echamos un par de partidas en el stand de Ubisoft y »ah we-a blaze the fyah, make it bun dem!» ups, lo siento, el espíritu de Far Cry 3 sigue siendo demasiado fuerte y, ya sabéis, esa misión en la que quemamos campos y campos de… espinacas aun resuena en mi cabeza.
A lo que vamos, en pocas palabras: ¿qué hace especial a Far Cry 4? Que es un Far Cry 3 pero a lo bestia, simple, ¿verdad? No creo que a la gente de Ubisoft le guste mucho que diga que Far Cry 4 es un Far Cry 3, ya que para eso están currandose un nuevo juego, pero yo lo considero más como un halago que como una mención a lo conservador que me ha parecido. ¿Por qué creo esto? Por la primera misión que pudimos jugar.
Nada más ponernos al mando de la consola apareció ante nosotros una pantalla de carga interminable, algo que nos dijeron desde Ubisoft que intentan solucionar y que son conscientes del tema, para no estarlo, ya que estabas fácilmente dos minutos esperando. Bueno, al tema. Nada más empezar observamos que el paisaje de tonos anaranjados y contrastados tiene algo raro, ¡un tigre, un tigre siberiano precioso que habla! Y nos vemos a nosotros, dispuestos a repartir candela con nuestro arco aborigen. Avanzamos unos pasos hasta el portal místico y nos transportamos a otra dimensión, donde nos esperan unos soldados primitivos en los huesos, literalmente, que nos reciben con arcos y lanzas. Poco a poco vamos acabando con ellos, un intento en sigilo, otro intento a lo bestia, otro mandando al tigre intentando descubrir todas las posibilidades que ofrecía la pantalla.
¿Pero no estábamos en el Himalaya?
Si y no. Realmente Far Cry 4 se desarrollará entre dos dimensiones, la conocida del Himalaya, llamado Kyriat, y Shangri-La, el mundo onírico, el descrito anteriormente. En este mundo tendremos que investigar para ver la conexión entre él y nuestro protagonista, aunque ya puedo adivinar por donde van los tiros. La jugabilidad depende en gran medida del contexto. En Shangri-La, como he dicho, vamos con un arco y un espíritu tigre al que podremos dar sencillas órdenes para que nos ayude. Los enemigos serán parte de la civilización mitológica de Shangri-La y el desarrollo será algo más lineal que en el resto del videojuego.
Al ir con el arco, debemos aprender a disparar de forma certera aunque tranquilos, habrá un modo de cámara lenta para que apuntéis mejor a la cabeza y veáis la animación de muerte por ‘headshot’ tan chula que han implementado desde Ubisoft. no esperéis un X-Cam como en Sniper Elite, me refiero a las animaciones. También podremos atacar cuerpo a cuerpo y ser espectadores en primera persona de cómo el espíritu de los enemigos abandona el cuerpo de éstos en forma de humo azul. Y, hablando de enemigos, tened cuidado, ya que las flechas de éstos tienen veneno y cuando nos alcanzan se nublará la vista, impidiendo apuntar con precisión durante unos segundos.
Aunque este mundo onírico de paisaje otoñal resulta bastante acogedor, yo quería ir a Kyriat, la zona montañosa y dejarme de sutilezas de arcos y tigres mágicos.
Vamos de alpinismo
En la segunda demo que pudimos probar, tras volver a sufrir los eternos tiempos de carga, de esos que hacen que temas resultar muerto en una misión porque sabes que volverán a aparecer, aparecimos en Kyriat, en una montaña nevada. ¿Dónde teníamos que ir? a la montaña de enfrente. ¿Cómo lo hacíamos? con nuestro ‘traje volador’, el wingsuit. Una vez descendimos de la montaña veíamos ante nosotros una base enemiga con un tamaño bastante superior a las bases de Far Cry 3 que, sin embargo, resultaba algo vacía en cuanto a enemigos se refiere. La misión era la de matar al líder del grupo y sacarle una foto para demostrarlo. Para ello contábamos con nuestro machete y una especie de ballesta moderna que lanzaba virotes a toda velocidad.
La duración de la demo era de una partida, sin embargo le echamos picaresca para poder exprimir el programa. En el primer intento fuimos en sigilo hasta que, acurrucados entre unas piedras mientras acechábamos al enemigo, apareció un gato montés que fastidió la estrategia. En ese momento pasamos al ataque pero, vaya casualidad, el último enemigo nos mató. En la segunda partida, conocedores de donde estaba el dichoso gato, fuimos dando un rodeo por el lado contrario, acabando con los enemigos de un disparo a la cabeza en zonas alejadas del campo de visión de los aliados, y por la espalda con nuestro machete. Una vez eliminados todos, echamos un par de fotos y nos fuimos.
El Far Cry de siempre, con azúcares añadidos
Jugar a Far Cry 4, sobre todo si hemos jugado a los dos anteriores de Ubisoft, reporta una cálida sensación de familiaridad. El cuadro de mandos es idéntico, no nos abruma el tamaño del mapa, no son ajenos los ataques de animales ni las ‘idas de olla’ de los de Ubisoft al recrear mundos oníricos. Todo es igual, o casi. Si bien es cierto que la esencia de la saga se mantiene, hay jugosas novedades.
Para empezar tenemos el propio escenario. En esta ocasión nos alejamos de la tropical isla de Far Cry 3 y la calurosa sabana de Far Cry 2 para ponernos el abrigo e ir a la montaña. Aunque el mundo es muy, muy grande, desde Ubisoft nos confirman que lo más importante es que ahora el mapa no está creado en extensión, sino en altura. El tema de los riscos y montañas dará mucho juego, aunque no escasearán las llanuras, sobre todo a la hora de aceptar una misión en la que tengamos que ir a cazar una cabra montes a lo alto del pico más alto del lugar.
Hablando de cazar, hay novedades en este tema. Puede no ser un dato relevante, pero el pelaje de los animales, y de los abrigos, está muy, muy conseguido, modelado y animado con mimo por parte de la compañía gala. Además, ese empeño en crear fauna más realista no termina en los términos tecnológicos, sino que amplía todo eso al campo jugable. ¿Recordáis que en algunas misiones de Far Cry 3 nos mandaban recoger pieles de animales o dientes para crear bolsas? El tema de niveles del personaje y creación de objetos se mantendrá en Far Cry 4, así como el curarnos tirándonos de un dedo, por ejemplo, pero será más realista. En Far Cry 4, si nos piden »piel del elefante ancestral», no podremos liarnos a tiros con el pobre animal, ya que destrozaríamos la piel del bicho y obtendríamos menos de este recurso. También podremos usarlos, de forma consciente, atrayéndolos, para que sean los animales los que maten a los enemigos, algo que ya pasaba en Far Cry 3 pero de forma más aleatoria.
Por último queríamos hablar de la experiencia cooperativa. No pudimos probarlo pero si hablamos con los desarrolladores de Ubisoft. Nos contaron que la experiencia cooperativa está limitada a la parte ‘sand-box’ del título, es decir, el explorar la zona y conquistar bases enemigas. No habrá historia ni campaña cooperativa y el motivo es muy simple, querían mantener los niveles de inmersión de Far Cry 3 en este nuevo juego, algo incompatible, parece ser, con la experiencia cooperativa. ¿Queremos matar por diversión con un amigo? Podremos hacerlo conquistando bases o cazando, pero cuando eso pase… que el amigo se vaya a jugar a otra cosa porque la campaña es toda nuestra.
Por lo demás, la vida sigue igual, al menos en la demostración que pudimos probar. Los amantes de la saga verán como un producto continuísta, pero con nueva historia y alguna mecánica actualizada, satisfará sus necesidades. Los que no han probado un Far Cry antes verán como se pone ante ellos una historia a parte de los demás en un escenario precioso y con una jugabilidad divertida. Far Cry 4 es más de lo mismo, pero si los antecesores, sobre todo el 3, ya eran fabulosos… ¡bienvenido sea!
Me despido, pero eso si, desde MI trono.