El motociclismo en las consolas es una de esas disciplinas desaprovechadas, pues apenas hay títulos que no estén ligados a una competición oficial. Si bien hace demasiados años vio la luz un título que buscaba competir con Gran Turismo, Tourist Trophy, no ha habido otro representante que ahondase en las delicias de conducir las bestias de dos ruedas más potentes. Pese a haberse incluído motos en algunos juegos, como es el caso de Project Gotham Racing 4, o haber sufrido conceptos como Motorcycle Club, que presuntamente debe llegar a Xbox One pero no vemos necesidad de ello, RIDE es el producto que puede saciar las ansias de los fans de estos particulares vehículos.
Milestone es una de las mejores empresas para esta propuesta, y precisamente esta desarrolladora es la que ha traido de vuelta la esencia de las competiciones sobre dos ruedas. Son varias licencias las que ha abordado, en su expansión, la licencia basada en las superbikes, con diferentes títulos de SBK, trajo importantes novedades y una experiencia más profunda, superando a sus rivales y permitiendo abordar otras licencias deportivas como MotoGP o MXGP, sin olvidarnos de su aportación a los rallies. RIDE pretende dejar a un lado la competición, pretende ahondar en una experiencia personal en torno a las dos ruedas, haciendo gala de las premisas que hicieron grandes a otras licencias de competición y colección.
Para comenzar, RIDE nos expone su mecánica de juego, con un tutorial interesante en el que nos va cambiando la configuración de dificultades para que descubramos en qué punto se encuentra nuestra habilidad. Es algo muy importante, pues dista mucho conducir una moto de lo que los coches suelen proporcionar. Y es que las motos tienen esa particularidad, a la hora de trazar una curva, de pasarse de frenada o acelerar en exceso, perder el control no supone solo perder tiempo, si no perder el equilibrio y caer, con esto, toda precaución es poca y mantener activadas algunas ayudas puede ser importante, como es por ejemplo la gestión de frenada o la gestión del control de tracción. Ambos aspectos son importantes en esta disciplina, si bien, diferenciamos freno delantero y trasero, el control de tracción tiene diferentes grados de actuación para ajustar la salida y poder aprovechar mejor la potencia de la moto, porque cuanto más presente esté, más lento se acelera.
Todo esto tiene relevancia porque este juego combina bien un realismo con una propuesta que pretende ser asequible, si bien, en la dificultad más elevada, cometer errores es más probable, sobre todo, por la frenada. Trazar adecuadamente es más complicado, las motos pueden perder el equilibrio y la trazada suele ser más recta, hay que aprovechar bien el ancho de la pista y trazar las curvas de la mejor manera posible, de este modo, se puede ser rápido en curva y salir lo más rápido posible, de vital importancia para que no nos quiten las pegatinas. Obviamente, el rebufo es un aspecto a considerar, y cuando la dificultad de la IA es elevada, sabrán aprovecharse.
Pero las carreras no son nada sin los vehículos y RIDE cuenta con un extenso catálogo de motos, incluyendo varias categorías, donde bien podemos diferenciar gamas como las naked, carenadas o las de competición, pero en una versión de calle, así como motocicletas clásicas que nos harán revivir aquellos maravillosos años de conducción frenética a bordo de motos temerarias. Claro que esto no es del todo relevante, es todo un detalle que hayan incluído un buen número de motos, todas con cierto corte deportivo, dejando fuera las custom o choppers, que podrían tener su gracia para conducir, pero que en la esencia de un título que aboga por las carreras, no tienen cabida.
Controla dos frenos, controla la aceleración, cometer un error te puede llevar al suelo
Ahora bien, el catálogo de motos no es tan extenso como el de coches, puede parecer escaso, si bien, son 100 motos en total. Todas ellas tienen elementos configurables, siendo este aspecto un elemento novedoso para este tipo de juegos, poder modificar las motos, potenciarlas y personalizarlas. Con todo esto, disfrutar de este apartado puede durar horas, más para los fanáticos que encontrarán en RIDE la primera opción de crear algo personalizado, tanto a nivel mecánico como a nivel visual. No obstante, no es lo único que puede personalizarse, somos pilotos, crearemos un avatar entre un catálogo de rostros y peinados, tanto femenino como masculino, que podremos vestir a nuestro gusto con un gran catálogo de accesorios de las marcas especialistas en este mundillo. Ahora, la estética no es solo vestir o poner rostro, es personalizar la posición de conducción, una opción realmente apasionante que permitirá configurar al dedillo nuestra posición sobre la moto. Quereis crearos un piloto, pues aquí podéis personalizarlo de forma amplia y variada.
A partir de aquí, saber que en el modo carrera, se ha incluido un elemento social, como si se pudiese competir en modo cooperativo, donde seremos una especie de ‘richman’ que comparte su gran mansión para la creación de una especie de club de pilotos. Este club de pilotos hará frente a las diversas pruebas que transcurren por diferentes circuitos de todo el mundo, 14 entornos diferentes para ser concretos, habiendo para ello pruebas de equipo en las que podremos seleccionar el piloto que nos acompaña de un lista de personajes controlados de la IA, pero también, por la inclusión de amigos, cuya presencia será meramente testimonial, pero es mejor que poner a un desconocido. No obstante, se puede competir contra los amigos en carreras y campeonatos de hasta 12 pilotos, no se olvidan de este apartado.
Elige otro piloto que te acompañe en las pruebas de equipo, incluyendo tus amigos
Con todo esto, el modo carrera nos expone a una clasificación en base a nuestra reputación, una reputación que depende de nuestros resultados, resultados que requerimos en cada carrera en la que, además, contaremos con la típica remuneración que permitirá comprar motos, mejoras y componentes de personalización tanto para la moto como para el piloto. En el fondo, el progreso es lógico, normal y bastante lineal, pero dada la intensidad de la experiencia, más si quitamos ayudas y subimos la dificultad de los rivales, es un juego que se deja disfrutar. Una experiencia nueva, y es que conducir no será tan fácil y sobre raíles como se puede presuponer.
La ausencia de juegos de conducción sobre dos ruedas ha dejado huella, pocos representantes y malos recuerdos de aquella época de los MotoGP de Namco, que eran una parodia arcade de lo que esta competición era capaz de dar. Los títulos de Milestone supusieron una renovación del concepto, más realista en sus títulos de SBK que los de MotoGP, pero dejaba detalles realmente interesantes. La conducción, sobre todo si hacemos referencia a la que no tiene ayudas, resulta interesante, aunque es evidente que se ha intentado lidiar con las ayudas para evitar que el desequilibrio desentone y ofrezca una experiencia infumable. No obstante, las sensaciones a la hora de coger estas motos es buena, iniciando la andadura con las manejables naked, más lentas y maniobrables, pero no por ello menos peligrosas. Resultará más complicado caerse, aunque todo depende de no cometer errores, sobre todo en la frenada, y esquivar bien las acometidas de los rivales. Una vez progresamos y optamos por motos más potentes, la cosa cambia, el tren trasero deslizará más si no se controla la aceleración y la trazada será menos precisa, con la posibilidad de colisionar y caer derrotados. Bien podían haber asumido la inclusión de daños, no obstante, han optado por usar el flashback para evitar que un pequeño error lastre una carrera que parecía exitosa. Los flashbacks serán limitados, así que no hay problema de que la experiencia resulte poco intensa, si bien, puede optar por no usarse esta ayuda, así es mucho más meritoria la victoria.
Las sensaciones son buenas y el nivel de desafío es interesante, sobre todo si optamos por alguna de las cámaras en primera persona que dan una perspectiva inmersiva sobre la motocicleta, incluyendo la visión dentro del casco, realmente intensa. Pero es difícil esta perspectiva, porque el cuerpo y la moto no van unidos como una pieza, sino que el cuerpo se desplaza y la perspectiva puede dar algún que otro problemilla por no saber donde se encuentra realmente la moto con respecto al entorno. De controlar esta perspectiva, la experiencia es sobresaliente.
Esta sensación intensa es en parte, consecuencia de un apartado gráfico que resulta bastante interesante. No desentona por ser un juego gráficamente desfasado, pero si que en los últimos títulos de conducción este apartado ha sufrido una evolución sobresaliente que deja este juego un peldaño por debajo, no obstante, su rendimiento y calidad son notables. Múltiples entornos, basados en entornos reales pero diseñados desde cero en la mayoría de los casos, pues también hay circuitos reales, algo que sí conoce bien Milestone. El diseño de los escenarios es correcto, pero no es destacable, sobre todo mirando de cerca las construcciones y público, aún así, hay que reconocer que el trabajo que llegará con RIDE es atractivo, porque combina entornos muy variados, ciudades como Milan, entornos rocosos como el circuito de Estados Unidos, exóticos parajes orientales en Japón, o la emblemática isla de Mann entre otros espectaculares parajes, sin olvidarnos de circuitos como Magny Cours, Imola o el Circuito de Almería.
Con un diseño correcto, sin lucimientos excesivos, el juego rinde de forma bastante adecuada, sin embargo, carece de esa frescura y suavidad que caracteriza los 60fps. La estabilidad resulta interesante, si bien, no se sabe hasta qué punto el juego podía haber ofrecido meteorología o diferentes iluminaciones, parece que es más una manera de iniciar una propuesta que, de tener éxito y ser aceptado, podría seguir una línea progresiva que abordase todas esas carencias que, aunque no deba servir de excusa, son los errores de un novato.
Mirar al escenario no resulta tan espectacular, pero la acción está en la pista
En líneas generales el juego es una propuesta muy interesante, por abordar unos vehículos poco usuales en el catálogo de videojuegos, desde una perspectiva novedosa, al no tratarse de una licencia deportiva. Un juego que sorprende, aunque podía hacerlo más, dada la evolución del género, pero por las limitaciones que han deparado la escasez de juegos en esta disciplina, parece adecuado dar un primer paso hacia una experiencia conocida, la que permite coleccionar y personalizar motos en un juego de carreras que combina pruebas varias y carreras que pondrán a prueba nuestra habilidad y destreza sobre las dos ruedas. Los amantes de las motos sabrán apreciar un juego que está bien planteado, ofrece variedad y resulta novedoso.
Una interesante propuesta que llegará el 10 de Abril a Xbox One y Xbox 360, aunque no se sabe cuando exactamente. Habrá que esperar hasta entonces para poder tumbar en las curvas y ver hasta donde somos capaces de superar los límites a dos ruedas.