En el género de conducción, muchos son los títulos que buscan una experiencia de conducción satisfactoria fuera de los circuitos. Y en este aspecto, uno de los pioneros estaría de regreso con Test Drive Unlimited Solar Crown. Los juegos originales sentaron unas bases muy interesantes que otras licencias supieron aprovechar hasta convertir este subgénero en una tendencia. Forza Horizon, The Crew, incluso Need for Speed, abrieron los límites para ambientar su propia experiencia.
Pero el regreso de Test Drive Unlimited podría significar el regreso de la licencia que se atrevió a dar el primer paso. Un paso que llegó con un primer título de gran interés, pero que se la pegó con un segundo que tuvo un abrupto lanzamiento. Incluso, podríamos echar la vista mucho más atrás para encontrarnos con otro Test Drive, The Duel, que fue uno de los primeros en abarcar este concepto de carreteras abiertas para coches veloces y carreras.
Ahora, toca retomar una licencia que viajará a Hong Kong, abordando de este modo un cambio de localización, que no tanto de concepto. La demo que está disponible en Steam hasta el 17 de junio es un contacto interesante con un juego que llegará en septiembre. Así que ahondaremos en las características que nos hemos encontrado, sabiendo que hay aspectos en los que KT Racing Games trabajará en las próximas semanas cara a su lanzamiento en consolas Xbox, Playstation y PC.
En la variedad reside el gusto
Lejos de abordar la conducción de una forma más libre, y más alocada, como sucede en el resto de licencias citadas, Test Drive Unlimited Solar Crown ha buscado que la experiencia esté más acotada a una serie de carreteras y caminos. No quiere decir que no se pueda abarcar la conducción de una forma más libre, pero la orografía o los edificios no van a permitir que eso sea visto como un medio para la diversión.
De hecho, lo que se puede encontrar en esta propuesta es que en el propósito de que los usuarios aborden una lucha por su reputación, puedan acceder a un buen número de actividades para conseguir ese fin. Y en la demo existían demasiados límites para poder atender a la diversidad de opciones que tendrá, sabiendo que viene de una saga cuyo ADN implica tener un mayor control de esa progresión de jugador que otros juegos pierden en el afán de conseguir obtener todos los vehículos, o coleccionables.
Y es ahí donde no pudimos ver si el juego mantenía esa progresión donde se requeriría a los jugadores a gestionar plazas de garaje comprando casas. De primeras, salimos a escena en un concesionario para adquirir nuestro primer coche de un catálogo limitado a un Alpine A110, el nuevo no el clásico, un Nissan 370Z o un Ford Mustang de última generación. A partir de ahí, lo obvio, tocas las primeras carreras, ir atendiendo a las actividades por distrito, por bando y por la Solar Crown, que es el nombre de la competición. Después de eso, el centro neurálgico se convierte en una habitación de un gran hotel, con el riesgo de que esto pueda ser todo y el garaje multidimensional pueda tener todos los coches en el mismo saco.
Pero desde ese punto, al salir, vamos viendo un número limitado de concesionarios, manteniendo ese concepto de sus antecesores, con lo bonito que es esa sensación de personarse allí para elegir qué coche queremos. Concesionarios temáticos que tenían un limitadísimo número de vehículos disponibles para comprar. Siendo un poco mayor para poder probar y atender a la variedad que presumiblemente incluirá, atender a las configuraciones, como si fuese un catálogo propio de cada marca, hace de esta experiencia algo un poco diferente del resto. Colores, interiores y llantas, sabiendo que es una pequeña parte de lo que normalmente encontramos para estos juegos.
Y es precisamente esa comparación la que puede depreciar un producto que, no obstante, tiene algunas cosas importantes que pulir de aquí a septiembre.
Una conducción a la altura de su rendimiento
Dos aspectos como la conducción y el rendimiento del juego son, quizás, las cuestiones más apremiantes a la hora de dar el toque a KT Racing para que puedan ser algo distintas. En el ámbito técnico, el juego tiene un estilo rico en detalle, del mismo modo que no alcanza un aspecto que goce de un toque especial que lo defina como el último y más avanzado de los juegos de conducción disponibles.
No tiene la potencia visual de juegos como Forza, tampoco el estilo refinado y personal que tiene Need for Speed Unbound o, incluso, The Crew Motorfest. La diversidad visual es correcta, dado que en torno a la imponente ciudad de rascacielos, con sus zonas residenciales de casas más pequeñas, o la zona del puerto, se suma una zona montañosa y de frondosos bosques. Todo luce con un nivel de detalle elevado, pero no abarca una fidelidad visual extremadamente realista, sin tener tampoco una identidad que permita distraer la atención de ese otro requerimiento.
Y lo peor de todo, aunque en esto parece que es cuestión de optimizar mucho el rendimiento, los saltos cualitativos del acabado visual son inexistentes, con la inherente falta de cambio en un rendimiento que oscila demasiado. Solo apreciamos un cambio notable en el salto de bajo a medio, principalmente cuando se toca la parte relativa al postprocesado. Intentar compensar esto con el uso del DLSS o el FSR 2, es como beber chupitos de tequila uno tras otro, solo aumentas lo borroso que se ve. Y lo peor, que no se obtiene un incremento de rendimiento como debería con el bajón visual que se aplica.
Pasar de bajo a alto, con un Ryzen 7 5800 y una RTX4070 no supone un cambio de frames, y el uso de DLSS de Calidad a Ultrarrendimiento, tampoco. Al final se puede ver que el juego pasa de 100fps a 30fps en cualquiera de estas condiciones en las mismas circunstancias. Lo que hace pensar que el juego tiene todavía mucho trabajo desde este punto para que corra como debe, sabiendo que las consolas todavía podrían poner más problemas si se empeñan en dar salida a unos 4K que está lejos de los 1080p en los que tuve estos problemas.
Y la conducción es algo que, podría verse afectado por esto, pero realmente denota otros problemas de concepto y equilibrio notables. Y es que no es fácil poder transmitir debidamente lo que sucede en el coche en un mando. Aunque los juegos citados lo consiguen a su manera, volvemos a atender un juego que no ofrece las sensaciones, ni la identidad que se podía esperar de un juego de este calado. Los cambios de dirección no ejercen un cambio del balance de peso que se transmita, ni en lo visual, ni en la experiencia, teniendo severos problemas para saber cómo estamos entrando en la curva. Una curva que, de tocar freno y entrar en apoyo, tiene un comportamiento tosco e impreciso, y la salida pasa de estar aplomado, a derivar de forma limitada y programada para perder tiempo.
No hay una sensación eficiente de lo que pasa en el coche, y cuanto más potente es, más complicado se hace por incrementar el requisito de tirar el coche en curva frenando en recta de forma precisa. Ahora bien, al apretar el acelerador con la intención de irse, el coche agarra por un tiempo hasta que decide hacerlo, sea el coche que sea. De hecho, buscar hacer drifting con un poderoso coche de tracción trasera, deriva en una insistente maniobra demasiado forzada para no conseguir un derrape en consecuencia. En este aspecto, tendrán que tocar balances, por que da la sensación de que el coche es demasiado rígido y en un entorno urbano con coches de poca potencia no se permite jugar con ese balance de pesos para poder meter el coche en curva.
Además, se puede notar que el coche puede resultar demasiado ligero cuando tocamos algunos obstáculos, reaccionando de forma extraña. Aunque hay que reconocer que el momento en el que tocamos el bordillo, que actúa a modo de escalón, recoloca el coche de forma bastante realista.
El recuerdo, no sería suficiente
Pensar en los antecesores de esta saga me permite esbozar una sonrisa, como me sucede también con el primer Forza Horizon. Fue un momento precioso para disfrutar de estas nuevas experiencias, siendo la más completa e inmersiva en el juego de la extinta Eden Games. Pensar en poder vivir esa misma experiencia es ilusionante, pero vemos que las tendencias y la falta de optimización pueden estar poniendo en jaque este regreso. Como hemos sugerido, hay tiempo para que se ajuste y se balancee la experiencia y la demo puede servir precisamente para obtener ese feedback.
Uno de los primeros aspectos que no dejaron buen sabor de boca fue el hecho de ver que los errores de conexión, en un juego que lo requiere obligadamente, podía dar al traste con cualquier carrera. Y es que no tiene sentido que nos encontremos en mitad de una carrera con la IA y nos expulse por este tipo de errores. Una opción de juego sin conexión sería la solución, pero da la sensación de que ahora mismo no buscan solucionar eso. Puede que sea por que confían en que estos errores no se produzcan con el juego en su lanzamiento.
Pero el riesgo auténtico, estaría en llegar a un mercado que tiene grandes exponentes de este género, siendo Forza Horizon 5 un rival duro para batir. ¿Quizás tengamos hoy noticias de una nueva entrega para próximas fechas? Sería un problema mayúsculo para Test Drive Unlimited Solar Crown, que busca abordar ese vacío de novedades en los juegos de conducción de mundo abierto tal como lo hizo The Crew Motorfest el año pasado. Es un mercado con muchos amantes de los coches, amantes de la velocidad, que les puede apetecer una nueva experiencia.
Y todos estos juegos deben ofrecerse como un servicio que se mantenga renovado cada poco tiempo. Todos lo hacen desde que Forza Horizon 4 implementó ese sistema de temporadas que permite que los jugadores disfruten de una experiencia directa, accesible y muy entretenida. A día de hoy, los principales candidatos están bien definidos, y tendrían que hacerlo muy bien, y no cometer errores tontos para poder estar en la pugna por la atención de los muchos amantes de coches que hay.
Por ahora, es una promesa que se mantiene en vilo ante los ajustes necesarios en semanas que van a tener que trabajar muy fuerte para conseguir que eso que hemos jugado, que se ve con potencial, sea lo que parece que puede ser. Deseamos que lo sea, pero también, que cumpla con esa promesa de mantener el ADN de los originales, que en algunos aspectos intuimos a estas alturas que podrían haber mutado a algo que le haría perder su propia identidad. Esperaremos a ver cómo evoluciona y que otras mejoras faltan por presentar para que Test Drive Unlimited Solar Crown encuentre esa experiencia de conducción definitiva que parece estar buscando.