Ya está aquí Dark Souls Remastered y, aunque no es lo que muchos querían de una versión remasterizada del primer Dark Souls, está claro que ahora sí podremos jugarlo como es debido en consola. El rendimiento es algo que siempre ha arrastrado la saga de From Software en las consolas de la anterior generación y, aunque se ha solucionado con la versión retrocompatible para Xbox One X, hacía falta un trabajo extra con el código para lograr una tasa de frames por segundo mayor.
Hace unos días os mostramos la comparativa de rendimiento de Dark Souls Remastered, pero ahora es el momento de ver las diferencias gráficas entre la versión remasterizada y el original en su versión Prepare to die:
Además del rendimiento, hay una serie de mejoras que saltan a la vista. Las texturas, sobre todo de suelos y parecen, se han visto potenciadas, así como la iluminación (la la forma en la que se refleja en las superficies) y las partículas en las fuentes de luz como el fuego. De hecho, las fuentes de luz son más potentes en este remaster, algo que favorece a la hora de crear una imagen algo más iluminada.
Por lo demás, son versiones de lo más parecidas. Sí, evidentemente hay diferencias en términos de jaggies (los famosos dientes de sierra). Y es que, el brutal aumento de resolución, sobre todo en Xbox One X, permite eliminar prácticamente este defecto gráfico. También podemos ver que en una de las secciones, con vegetación al inicio del juego, antes de ser transportados a la zona principal de juego, la vegetación tiene una animación que no existe en el original.
Muy pronto os ofreceremos nuestro análisis de Dark Souls Remastered para ver si vale la pena o si es mejor echarle el guante al primero en One X.