¿Y ya está? De manera lenta y, a la vez, apresurada y con un final precoz se presenta y despide la primera temporada de Castlevania, la serie de Netflix. También podría llamarse »temporada piloto» o »temporada 0 de Castlevania». 4 capítulos de unos 23 minutos son los que componen esta primera temporada que recibirá una segunda. Esto es importante, ya que no es un secreto el empeño que Netflix tiene en renovar sus series y cancelar productos que, aparentemente, funcionan. Bastante hemos sufrido los fans de Castlevania con Konami como para que, encima, Netflix quisiera dejarnos en ascuas con el final de la primera temporada de Castlevania.
La serie de Netflix se basa en los acontecimientos que suceden en Castlevania III Dracula’s Curse. Al igual que en el veterano juego de Konami, Dracula ha tomado la decisión de asolar Europa, empezando por Valaquia. Sin embargo, en la serie conoceremos mejor las motivaciones del conde en un primer capítulo que tiene una gran potencia visual no sólo debido a la presencia del propio Drácula, sino a las referencias a Vlad el Empalador, al atisbo de humanidad en un Drácula que se muestra cortés en un principio, para después mostrar su lado más salvaje e implacable.
A partir de un primer capítulo que comienza de forma algo atropellada surge el héroe en una escena dirigida de manera bastante torpe. Trevor no se nos presenta de la mejor forma posible, pero bueno, tiene su látigo y luego sí muestra de lo que es capaz. El objetivo será detener a un Drácula que ha dejado atrás toda humanidad y empatía por la especie humana y ha liberado a las huestes del infierno, que ahora se abalanzan sobre la gente de Valaquia. La Iglesia, con un Obispo que es bastante plano como personaje al frente, intentará que Trevor libre dicha tierra de estos engendros. En efecto, como ya se ha dicho, es el arco argumental de Castlevania III.
Es interesante el modo que tiene la serie de rellenar algunos huecos argumentales del juego (que estaba más centrado en repartir »caricias» que en contar una historia) y logra que empaticemos con Drácula más que con cualquier otro personaje (pese a ser el que menos aparezca). Además, la presentación de Sypha (perfectamente reconocible desde el principio para los fans) es bastante buena, ya que se trata de un personaje con fuertes convicciones que tiene más personalidad (al menos en la serie) en una pestaña que todo Trevor. Y, bueno, por qué no hablar de Alucard, presente en el juego y en los pósteres promocionales de la serie. Sigue siendo el personaje que más mola de todo el universo creado por Konami, la verdad, aunque no se haya presentado de forma buena a mi entender.
Eso sí, hay un elemento desconcertante en esta serie, el trato a ciertos temas que suelen ser complicados. Desde el primer capítulo se muestra la lucha entre fe y ciencia y, sobre todo, la importancia de la religión en particular y la figura de la Iglesia en general. Se exagera bastante el papel de una Iglesia (con mayúsculas, esto es importante) que debe tener sus motivaciones, pero que, por culpa de un personaje tan plano como el obispo, no salen a la luz en toda la serie. Al menos de forma convincente. Punto positivo por tratar estos temas, pero negativo por la forma tan laxa en la que se presentan. La dualidad creencia-ciencia podía haber dado mucho más de sí y la Iglesia, claros villanos de la aventura, podría haberse definido de otra forma, que no sólo fuera cruel porque sí. Veremos en la segunda temporada qué camino toman desde Netflix.
Toca hablar de la animación. Mucho se ha hablado desde el estreno de la serie el pasado 7 de julio, pero no es tan mala como se ha llegado a escuchar. Sí, es cierto que no es el punto culminante de la animación occidental, pero se deja ver. La mayor crítica puede venir por el hecho de que parece que faltan »frames», por decirlo de una manera en la que estéis acostumbrados los jugones. La animación no es todo lo suave que se podría pedir, pero el dibujo y la violencia provocada por esa aparente falta de imágenes es bastante interesante.
Cuando hay escenas de acción, el látigo de Trevor da la sensación de ir a una velocidad diferente a la del resto de elementos en pantalla. Esa velocidad del arma, sumada a la falta de diapositivas del resto de elementos consigue provocar un efecto, realmente, de latigazo cuando Trevor parte en dos a un demonio. Por ejemplo. El apartado sonoro, por desgracia, sí podría haber estado más cuidado y, aunque no es malo, puede que lo que otros han echado en falta en la animación yo lo haya hecho en la música. Voces en castellano, eso sí, aunque podréis elegir otros idiomas.
Y es que, puede que Castlevania no sea la mejor serie de animación del mundo ni la que más ritmo tenga, pero es, sin duda, un buen producto basado en esta mítica saga de videojuegos. Quizá, realmente, no sea tan buena o no os guste tanto como a mi, pero empecé a verla con cierta desgana, con la obligación de realizar una crítica pensando que no podría salir nada bueno de ahí. Sin embargo, y aunque no tiene nada que ver con el tercer y problemático juego de Mercury, estoy buscando en las estanterías de las tiendas Lords of the Shadows para disfrutar de las conexiones que tiene el juego del estudio español con la serie de Netflix. Y para cercenar yugulares. También hay un poco de eso.
Juegos de Castlevania en Xbox
Ahora viene la pregunta. Si estáis tan engorilados con la serie de Castlevania como yo, seguro que queréis disfrutar de juegos de Castlevania, o parecidos en vuestra Xbox. Lamentablemente, en One sólo podemos disfrutar de uno de los juegos, pero es el mejor, con diferencia. Se trata de Symphony of the Night, uno de los mejores videojuegos de la historia que es retrocompatible en Xbox One y que está cada dos por tres de oferta, por lo que no deberíais pensároslo ni un segundo. En esta entrega controlamos a un elegantísimo Alucar.
Ya en Xbox 360, aunque esperamos que algún día sean retrocompatibles, nos encontramos con los tres juegos desarrollados por Mercury Steam, los dos Lords of Shadow, títulos en los que descubriremos quién es Drácula, por qué llega a convertirse en Drácula y, sobre todo, qué sorpresas le depara su castillo. Por otro lado tenemos Mirror of Fate HD, un juego que salió en su día para Nintendo 3DS y que luego se »remasterizó» para Xbox 360. Es un Castlevania más clasicote, con fases de acción, mucha plataforma y un claro espíritu metroidvania. Si nos remontamos más atrás nos encontramos Castlevania: Harmony of Despair y Curse of Darkness, que… bueno, no están mal.
Por último, y volviendo a la serie, lo bueno es que funciona a todos los niveles. Si sois fans de la saga de videojuegos veréis suficientes elementos como para ventilaros de un suspiro la primera temporada. Personajes, algunas armas y, sobre todo, la estética (aunque gustará más a los amantes de los juegos clásicos que a los de los títulos de Mercury, todo hay que decirlo) tienen bastante entidad como para que el fan se enganche y perdone los altibajos en cuanto a ritmo se refiere. Los que no seáis fans o desconozcáis el universo creado por Konami, aunque os costará engancharos, también disfrutaréis gracias a los temas que explora, la acción y, sobre todo, el trasfondo de todo y lo bien presentados que están los personajes.
En este sentido, el trabajo de Adi Shankar y su equipo es bastante redondo, ya que no era sencillo solventar la papeleta de presentar personajes ya conocidos para los fans, pero desconocidos para el público mainstream y no aburrir a los primeros o desconcertar por los pocos datos otorgados a los segundos. Evidentemente, el fan de la saga ya conoce todas las conexiones entre Drácula y el resto de personajes. Puede que también conozca a Sypha desde el principio (sus gestos la delatan), pero quien no sea fan o conocedor de todo esto, también disfrutará.