Tras más de 30 años de historia de sistemas de entretenimiento, y viendo cómo avanza la tecnología en los últimos años, se puede predecir el ciclo de vida de las nuevas consolas. Si bien es cierto que cada generación es distinta, que con cada avance tecnológico el mundo de los videojuegos vive saltos abismales y que Phil Spencer ya anunció el fin de las generaciones tal y como las conocíamos para la marca Xbox, analizando los datos del pasado se puede aproximar una cantidad de años de vida para cada nueva generación. Por lo tanto se puede intentar lanzar esta pregunta: ¿cuánto tiempo durará Xbox Series X? En el portal Tom’s Guide responden a esta pregunta.
Primero habrá que remitirse a los datos de las anteriores consolas de Microsoft, las cuales tuvieron dispares ciclos de vida. Mientras que la primera Xbox tuvo una vida útil de 4 años con más de 24 millones de consolas vendidas, su sucesora, la Xbox 360, estuvo activa más de 8 años y vendió aproximadamente 80 millones de unidades. La actual generación es la Xbox One y cuenta con 4 modelos diferentes de consolas (Xbox One «fat», Xbox One S, Xbox One S All Digital, Xbox One X). Esta generación tendrá una vida útil de 7 años hasta el lanzamiento de su sucesora, pero aquí ya se empieza a ver cómo cambiará el funcionamiento en el futuro, ya que Microsoft no dejará morir a Xbox One al menos durante el primer año de vida de Xbox Series X.
Repasemos la duración de cada generación de Xbox.
Microsoft Xbox
Fecha de lanzamiento: 15 de noviembre de 2001.
Fecha de sustitución: 22 de noviembre de 2005.
Vida útil: 4 años y 7 días.
Unidades vendidas: más de 24 millones.
La Xbox supuso el comienzo de la andadura de Microsoft en el mundo de las consolas, aunque no de los videojuegos porque siempre ha estado presente en ordenadores con su sistema operativo y anteriormente con sus Games for Windows. Su nombre se debió a la nomenclatura de su herramienta DirectX, de ahí que la consola se llamase «Caja X».
Microsoft Xbox 360
Fecha de lanzamiento: 22 de noviembre de 2005.
Fecha de sustitución: 22 de noviembre de 2013.
Vida útil: 8 años.
Unidades vendidas: 80 millones aproximadamente.
Si la anterior fue la irrupción, la 360 fue la consolidación. Se lanzó un año antes que sus competidoras con varios exclusivos muy variados, y ofreciendo juegos japoneses como demandaba el público, además de sus franquicias que ya eran míticas. La incorporación de Internet en las consolas supuso la aparición del juego online con Xbox Live, de los parches y de los DLCs, y alargó la vida de las consolas al poder expandir sus funcionalidades. Hay que tener en cuenta también que el planeta estaba inmerso en una crisis económica mundial, lo cual influyó también en el retraso del lanzamiento de la siguiente generación.
Esta consola tuvo una revisión llamada Xbox 360 Slim en color negro, distinguiéndose así del blanco original. También lanzó un complemento de control de movimiento cercano al final de la consola, como fue el Kinect, que supuso una revolución en la forma de jugar.
Microsoft Xbox One
Fecha de lanzamiento: 22 de noviembre de 2013.
Fecha de sustitución: Finales de 2020.
Vida útil: 7 años por el momento.
Unidades vendidas: 41 millones por el momento.
Xbox One no lo tuvo fácil en sus comienzos. Al incorporar Kinect de salida obligatoriamente el precio se encareció ante la competencia, y los anuncios que hicieron con la presentación de la misma le pasaron factura posteriormente. Aún así consiguió levantar la cabeza e ir mejorando ventas poco a poco a base de buenas prácticas y servicios magníficos, como la llegada del Game Pass que viene a revolucionar la forma de jugar de los usuarios.
Tuvo tres revisiones, como hemos comentado anteriormente, lo que conlleva a tener una familia de cuatro consolas: Xbox One «fat», Xbox One S, Xbox One S All Digital, Xbox One X. Esta consola más potente que llegó avanzada la generación permite que la generación One pueda durar algunos años más, pero todo depende del apoyo que le den tanto su compañía propia como las «third parties».
¿Cuánto tiempo durará Xbox Series X?
Ahora es cuando podemos lanzar la pregunta para conocer la durabilidad de la próxima consola de Microsoft, la Xbox Series X. El autor del artículo estipula que esta consola nos acompañará hasta finales de 2027 o de 2028, pero hay que tener en cuenta dos factores más que no hemos contemplado todavía: la realidad virtual y el streaming.
El futuro de la Realidad Virtual
Phil Spencer no se ha mostrado interesado en llevar la realidad virtual a las consolas Xbox, como ha declarado en más de una ocasión, pero es una tecnología que sigue avanzando y no parece que vaya a ser temporal, como los 3D que aparecieron en televisores hace unos años. Si la VR se llega a establecer como un estándar o una forma de jugar habitual para los usuarios, Microsoft no tendrá más remedio que incorporarla de algún modo y esto interferirá en los planes de la compañía. Es posible que se pueda añadir mediante actualización de software y un nuevo diseño de gafas, ya que si existen consolas actuales capaces de mover esta tecnología, la Xbox Series X será capaz de moverla sin ninguna duda.
El futuro del streaming
La generación pasada, como hemos comentado, supuso el juego online y las descargas, y la próxima generación estará dominada por el streaming. Las conexiones cada vez son mejores y con la llegada del 5G será mucho más fácil transferir grandes cantidades de datos en el menor tiempo posible. Si la música y el vídeo ya lo han adoptado como algo habitual y muy utilizado por el usuario medio, los videojuegos no tardarán en hacerlo, lo que nos permitirá ejecutar juegos cada vez más potentes con unos requerimientos menores de máquina, ya que la potencia deberá estar en el servidor y en la conexión a Internet, no en la consola. Este hecho es el más importante, el que puede determinar si las próximas consolas podrán funcionar incluso 10 años o más, o si tendrán que limitarse a los 6 ó 7 años de media que suele durar un sistema de entretenimiento.
La respuesta la tendremos dentro de unos años, pero estos datos sirven para ayudar con la decisión de cara a adquirir una nueva máquina, que siempre supone un desembolso importante para la economía doméstica.