Somos muchos los que convivimos con la complejidad de lidiar con un trastorno mental en cualquier ámbito social. Es una red enmarañada donde es difícil separar a la persona del trastorno y la búsqueda de respuestas se vuelve confusa, con un objetivo que parece moverse constantemente, lo que puede causar un gran daño con cada paso en falso. Es un desafío emocional y mental que requiere comprensión, paciencia y apoyo continuo.
En Hellblade: Senua’s Sacrifice, la protagonista nos sumerge en un viaje a través de su mente atormentada por la psicosis. La historia, que gira en torno a su búsqueda por salvar el alma de su amado Dillion, es también un reflejo de la lucha diaria de quienes sufren trastornos mentales. El juego nos confronta con la complejidad de tratar de discernir entre la persona y la enfermedad, una tarea desafiante y a menudo dolorosa.
⚠️ El texto que sigue a continuación puede contener spoilers. Si todavía no has jugado a Hellblade: Seuna’s Sacrifice, en este otro artículo encontrarás 5 razones para hacerlo.
Explorando la mente de Senua: Un retrato de la lucha interior
Un elemento central de la experiencia en Hellblade son las voces que acosan a Senua, conocidas como las «Furias». Estas voces, que la guerrera picta cree ser el resultado de una maldición, la acompañan sembrando dudas y temores, pero también proporcionando consejos útiles en momentos clave. Los jugadores, a través de este constante asedio vocal, obtienen una acercamiento sobre cómo puede sentirse vivir con psicosis en una mente que constantemente se llena de ruido.
Un viaje de autodescubrimiento y aceptación
A medida que Senua avanza en su viaje, superando pruebas y enfrentándose a sus demonios internos, también repasa su doloroso pasado. La historia de abuso y aislamiento que sufrió a manos de su padre, Zynbel, se va revelando gradualmente, arrojando luz sobre sus creencias arraigadas de estar maldita. El juego nos lleva a través de los oscuros recovecos de la mente de Senua, mostrando cómo el trauma pasado puede moldear nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.
Enfrentando la oscuridad: Metáforas de la enfermedad mental
La oscuridad, tanto literal como metafórica, se convierte en un tema recurrente en Hellblade. A medida que Senua lucha contra enemigos en la oscuridad de Helheim, el juego refleja la sensación de impotencia que a menudo acompaña a los trastornos mentales. Las secuencias intensas y visualmente asaltantes nos sumergen en la mente de Senua, donde una mezcla de enemigos reales e imaginarios acechan en las sombras, reflejando la neblina de la enfermedad mental donde nada está claro.
Una conclusión ambigua: La aceptación y la curación
Al llegar al clímax del juego, Senua se enfrenta a la diosa Hela en una batalla desesperada. Esta pelea interminable y agotadora, donde la derrota parece inevitable, lleva a Senua a una realización crucial: a veces, debemos rendirnos para avanzar. La victoria no siempre significa la eliminación completa del sufrimiento, sino el reconocimiento y la aceptación de nuestra realidad. Al final, Senua emerge con una nueva comprensión de sí misma y su lucha, señalando hacia un camino de curación gradual y aceptación de su «maldición».
El legado de Senua: Senua’s Saga: Hellblade II
A medida que Senua’s Sacrifice llega a su conclusión, nos deja con un profundo sentido de ambigüedad y un viaje emocionalmente agotador. Las revelaciones sobre la historia de Senua y su lucha contra la psicosis nos permiten una visión más profunda y empática de los trastornos mentales. Ahora, mientras nos preparamos para la próxima entrega, Senua’s Saga: Hellblade II, los creadores han prometido una experiencia aún más intensa y desafiante.
Senua’s Saga: Hellblade II no será una secuela directa, lo que nos deja preguntas sobre cómo continuará la historia de Senua y qué nuevos desafíos enfrentará. Sin embargo, a través de este viaje con Senua en su lucha por la aceptación y la curación, Hellblade: Senua’s Sacrifice nos ha brindado una mirada conmovedora y personal sobre los trastornos mentales. La historia de Senua, con todas sus complejidades y dolor, es un recordatorio de la fuerza y la resiliencia de aquellos que luchan contra estas batallas internas todos los días. El 21 de mayo, lo reviviremos todo en su nueva historia.