Sony ha presentado esta misma tarde la existencia de PS5 Pro, el modelo intergeneracional con el que pretende decir adiós a los problemas de rendimiento que la actual generación de consolas ha acusado, especialmente en los modos rendimiento. Aunque este movimiento es algo que Microsoft ya hizo en la pasada generación con el lanzamiento de Xbox One X, ¿debería Xbox seguir el camino de PS5 Pro? La respuesta a esta pregunta parece haberla dado la propia compañía con sus actuaciones.
Antes de entrar en materia, es preciso destacar qué es PS5 Pro y qué fue Xbox One X en su día. Ambas consolas son modelos premium pensados para los jugadores más entusiastas de su plataforma. Su existencia no impide que, jugadores que no buscando lo último de lo último en gráficos, no puedan seguir disfrutando de los videojuegos. Sin embargo, la consola de Microsoft jugó con una baza muy importante que no ha hecho la de Sony ahora: el precio. Y es precisamente esto lo que ofrece una respuesta clara. No, Xbox no debe seguir el camino de Sony.
¿Debe Xbox seguir el camino de PS5 Pro?
En su vídeo de presentación, Mark Cerny, que es un auténtico experto en lo suyo, ha querido demostrar cuáles son las ventajas de PS5 Pro respecto a la PlayStation 5 original. Más potencia y mejor refrigeración. Con esto en mente, ¿cómo íbamos a decir que Microsoft no debe seguir este camino? Pues precisamente por lo último que hemos podido ver en la presentación. El precio de PS5 Pro es realmente prohibitivo.
Si una cosa hizo bien Microsoft con el anuncio y lanzamiento de Xbox One X fue el precio con el que la consola llegó al mercado. Si querías un dispositivo premium, podías hacerte con él, pero sin necesidad de pagar más de 499,99 euros. En cambio, Sony ha ofrecido esta posibilidad a cambio de un coste que, ni mucho menos, está justificado en su hardware. 799,00 euros (en España) para una consola sin lector y sin peana, ambas cosas cobradas de buena gana por separado.
Ni Xbox ni nadie debe seguir un camino que parece que tan solo encuentra justificación en tratar de sacar el mayor dinero posible a sus consumidores. Esa es la sensación que queda con una PS5 Pro que, si bien es cierto que es más potente, y que promete ofrecer (al fin) una experiencia 4K a 60 fps, aunque sea algo que está por ver; lo hace a cambio de un coste de entrada que no encuentra justificación alguna en lo que se refiere a la historia de las consolas.
Microsoft parece estar siguiendo la línea lógica
De hecho, a pesar de que Microsoft fue «pionera» (ya lo habíamos visto antes con las portátiles de Nintendo), parece que los de Redmond han dejado escapar el barco de un modelo Pro para esta generación. De hecho, en boca de Sarah Bond y de Phil Spencer, podemos intuir que la compañía está trabajando directamente en la nueva generación de consolas, que llegaría al mercado antes de tiempo para así tratar de ganar cuota de mercado antes que Sony, siguiendo una estrategia similar a la que vimos con Xbox 360 y PlayStation 3.
Sin ir más lejos, también se habla de que el futuro de Xbox pasa por un lanzamiento dual, pero no como el visto esta generación con Xbox Series S y Xbox Series X. Los últimos rumores señalan que la próxima generación de Xbox estará formada por una consola portátil y una sobremesa, para tratar de ofrecer una experiencia similar a la que podemos encontrar con el PC Gaming y la Steam Deck y el resto de sucedáneas de otras compañías.

Es cierto que sacar una consola más potente ahora podría servir para los más entusiastas, pero no supondría un carta ganadora para los intereses ni de Microsoft ni de los usuarios de la plataforma. Si realmente ocurre como se espera, y la nueva generación de Xbox sale en 2026, será un movimiento inteligente por muchas razones, pero especialmente por dos: primero, será la consola que abra la generación, y segundo, Sony no podría justificar el lanzamiento de una nueva consola tan solo un año después de lanzar un modelo que, si quieres completo, supera los 900 euros.
Por tanto, no, Xbox no debe seguir los pasos de PS5 Pro. Y aunque la compañía viva un momento de cierta deriva, especialmente por la duda que afecta a sus exclusivos, lo cierto es que la mejor opción es tratar de hacer lo que siempre ha demostrado Nintendo: no estar sujeto a lo que mande Sony.