El crítico negocio roto entre Arabia Saudí y Embracer Group habría provocado una hecatombe en los cimientos de Embracer Group, soportando como sea posible el gran golpe, recortando sus activos menos lucrativos y cerrando estudios en consecuencia. Esta es una continuación de una noticia formada con declaraciones oficiales de la compañía sueca. Lamentablemente, este seguimiento se arma con filtraciones, aunque de fuentes serias.
A principios de mes, compartíamos como desde Embracer Group estaban cerrando estudios de pequeña escala, alejando los rumores del posible desvanecimiento de Crystal Dynamics y Eidos Montreal. Desarrolladoras como Campfire Cabal fueron disueltas, faltando aún más víctimas de estas reestructuraciones. Ahora, gracias a la información provista por Axios, sabemos quien fue el responsable de provocar esta desgracia.
El negocio roto entre Arabia Saudí y Embracer Group al descubierto
La popular compradora compulsiva de estudios y de IP’s estaba a punto de cerrar un mega acuerdo millonario, el más lucrativo hasta la fecha si las comparamos con todas las adquisiciones de desarrolladoras hechas hasta el momento. La otra parte inmiscuida en el acuerdo que Embracer Group prefirió no sacar del anonimato fue Savvy Games Group, grupo encargado de realizar compras en la industria con el dinero del gobierno saudí.
Aunque no se tiene del todo claro las razones de esta rama inversora del gobierno saudí, estos decidieron dar marcha atrás en este negocio, obligando a Embracer Group a realizar control de daños tras desplomarse gran parte de sus planes a futuro. Esta no era la primera vez que Savvy y Embracer realizaban una asociación, lo que levanta suspicacias, ya que no se sabe a ciencia cierta el porqué se retiraron del trato, siendo esta una inversionista avezada y muy generosa.
Por otro lado, los muchos acuerdos de Embracer con corporaciones ligadas a la Arabia Saudí no eran del gusto de gran parte de occidente, que criticaban duramente la preocupante inserción de capital saudí a la industria del videojuego, ya que se corre el riesgo de comprometer los valores morales y éticos de las compañías en las cuáles se invierta.