La rumoreada y temida cancelación del E3 2020 se ha hecho oficial hace tan solo unos minutos y las primeras reacciones no se han hecho esperar. Con Microsoft a la cabeza, anunciando un evento alternativo vía streaming que le servirá a la compañía norteamericana para presentar las novedades que tenía pensado hacer públicas en la mayor feria de videojuegos del mundo, Ubisoft ya ha seguido sus pasos y pronto se unirán otras grandes empresas de la industria. La gran pregunta que surge tras la suspensión provocada por la expansión del coronavirus en Estados Unidos es la siguiente: ¿en qué situación queda la feria angelina?
E3 has always been an important moment for Team Xbox. Given this decision, this year we'll celebrate the next generation of gaming with the @Xbox community and all who love to play via an Xbox digital event. Details on timing and more in the coming weeks https://t.co/xckMKBPf9h
— Phil Spencer (@XboxP3) March 11, 2020
No en una especialmente boyante. El Electronic Entertainment Expo lleva algunos años sin atravesar su mejor momento. Tanto la prensa como los asistentes reconocen que hay algunas cosas que no se estaban haciendo bien. La ESA (Entertainment Software Association) había planteado algunas mejoras para la edición de 2020 con el fin de solucionar los problemas que la feria venía arrastrando, como la desconexión con el público que seguía el evento desde sus casas en cualquier rincón del mundo, que es el mayoritario. Estando aún lejos en interés y foco mediático, la Gamescom de Colonia había empezado a recortar terreno gracias a un enfoque más amplio y generoso tanto con los asistentes como con los usuarios online.
En la era digital en la que vivimos, Microsoft y el resto de compañías no han tardado en encontrar una alternativa al E3. Una “conferencia” online a modo de evento individual de cada una de las compañías, para ser más concretos. Las empresas de la industria del videojuego podrán igualmente anunciar lo que querían anunciar, en unas fechas aproximadas y sin costes de desplazamiento a Los Ángeles. Evidentemente se perderá la magia de esos días de emoción y de anuncios concentrados. Estamos, por lo tanto, ante una situación compleja. Parece obvio que nadie quiere que el E3 termine, pero es una realidad que su continuidad se ha puesto en peligro. Esperemos que el asunto se acabe solventando y que el año que viene podamos estar hablando de un E3 2021 como los de toda la vida.