El término «Metroidvania» se ha convertido en una etiqueta distintiva para aquellos juegos que fusionan hábilmente la acción de la saga Metroid con la aventura mapeada de Castlevania. Ahora, Prince of Persia: The Lost Crown entra en este debate, presentando una mezcla de los elementos clásicos del pionero de todo esto, Prince of Persia, con los propios del género Metroidvania.
El protagonista, Sargon, inicia su viaje con habilidades básicas, las cuales se van expandiendo y perfeccionando a lo largo del juego. Este desarrollo progresivo es un sello distintivo del género Metroidvania, donde el avance no se basa sólo en la acción directa, sino en la acumulación de habilidades que permiten explorar nuevas áreas y superar obstáculos previamente inaccesibles.
En Prince of Persia: The Lost Crown, la exploración del monte Qaf no es lineal, sino que invita a la revisita constante de áreas con nuevas capacidades, una característica esencial del género.
El sistema de combate enlazado con la exploración
El sistema de combate de Prince of Persia: The Lost Crown también refuerza su identidad como Metroidvania. Las habilidades de combate de Sargon, especialmente las habilidades Ahtra como la «Oleada Ahtra», se desbloquean y personalizan a lo largo del juego. Este aspecto no solo enriquece la experiencia de lucha sino que también se integra con la exploración y el descubrimiento. Deberemos adaptar nuestro estilo de combate y estrategia para enfrentarnos a jefes únicos y desafiantes, lo que implica una conexión directa entre las habilidades adquiridas y el progreso en el juego.
Árboles Wakwak: personalización y estrategia
Los puntos de control manuales, conocidos como árboles Wakwak, son un elemento clave en Prince of Persia: The Lost Crown. Nos permiten ajustar las habilidades para adaptarnos a diferentes estilos de juego y situaciones, una flexibilidad que favorece la exploración y la estrategia. Esta capacidad de personalización refleja otro aspecto importante de los Metroidvania: la adaptabilidad del personaje para superar diversos desafíos y enigmas, a medida que se explora el mundo del juego.
Prince of Persia no es un Metroidvania puro, pero tiene sello propio
Aunque incorpora y adapta con éxito muchos de los elementos del género, The Lost Crown no es un Metroidvania en el sentido más puro. La combinación de exploración detallada, progresión de habilidades, combate estratégico y jefes desafiantes convierten a este título en una experiencia que resuena con las características fundamentales de un Metroidvania.
Sin embargo, se mantiene fiel al espíritu plataformero del clásico Prince of Persia de 1989, pero con un enfoque en la fluidez del movimiento, el dominio del combate y el uso estratégico de los poderes de Sargon. Esto lo posiciona como una interpretación única y emocionante del género moderno.
Por toda esta vuelta de tuerca a ambos géneros, podemos concluir que logra ser tanto una aventura emocionante como una gran obra de diseño que toca las fibras de un verdadero Metroidvania, pero manteniendo su identidad propia. Para comprobarlo por ti mismo o profundizar más en este debate, ya puedes disfrutar de la demo gratuita y también de leer nuestro análisis completo.
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