En las últimas horas hemos conocido que Striking Distance, desarrolladora de The Callisto Protocol y comandada por Glen Schofield (creador de Dead Space), había despedido a treinta desarrolladores del juego, lo que escenifica los problemas que atraviesa la compañía californiana propiedad de la coreana Krafton tras el decepcionante lanzamiento del título de terror espacial.
No cabe duda de que The Callisto Protocol ha sido un fracaso comercial y de recepción de la crítica especializada y los usuarios, a lo que ahora se suma esta oleada de despidos. Es por ello que hoy nos preguntamos si está en peligro The Callisto Protocol 2, una secuela que todo el mundo esperaba pero cuya viabilidad parece cada vez más en entredicho.
¿Está en peligro The Callisto Protocol 2?
Ya tras el lanzamiento de The Callisto Protocol hablamos de la dificultad creciente de que Striking Distance tuviera luz verde para una segunda entrega. Y es que las previsiones de Krafton contemplaban unos cinco millones de unidades en ventas, mientras que el juego ha cosechado hasta ahora solo dos, ni el 50% de lo esperado. Unos datos mucho más graves que la recepción mixta de la prensa y el público.
Teniendo en cuenta que la plantilla de Striking Distance contó con 150 empleados para el desarrollo de The Callisto Protocol, el despido de treinta trabajadores supone la pérdida del 20% del equipo. Esto habla a las claras de la pérdida de confianza de Krafton en el estudio californiano a pesar de que tener otra división adicional en Zaragoza que también trabaja con el estudio comandado por Glen Schofield.
Así las cosas, y en resumen, por supuesto no hay ningún tipo de confirmación oficial de que The Callisto Protocol 2 no vaya a suceder, pero no sería la primera vez que un fracaso comercial supone la cancelación de un proyecto que se daba por sentado. De hecho, Krafton y Striking Distance han escenificado más que otros estudios las dificultades que ha atravesado el lanzamiento de The Callisto Protocol. Sin embargo, contar con la figura de Glen Schofield es un activo fundamental para Krafton y no tendría sentido poner al creativo norteamericano a trabajar en algo que no sea su campo de especialidad: la ciencia ficción y el terror espacial.