A pesar de las dudas que habría sobre el juego, la recepción de Dragon Age: The Veilguard ha sido mucho mejor de lo que se esperaba. No solo por las notas del juego, sino también porque el título de Bioware se ha convertido en el mejor estreno del estudio en PC en toda su historia. En el juego tendremos que hacer frente a una amplia cantidad de enemigos, y en esta ocasión la jugabilidad está orientada mucho más a la acción que en diferentes juegos de la saga.
Por esta razón, uno de los elementos más importantes que existe al comienzo del juego, además de la facción que escojamos, será la clase por la que nos decantemos para nuestro personaje. Por esa razón, hemos realizado esta guía de Dragon Age: The Veilguard, en la que pretendemos hablaros sobre cuál es la mejor clase que podemos escoger al crear nuestro personaje.
Guía de Dragon Age: The Veilguard – ¿Cuál es la mejor clase del juego?
En el juego nos encontraremos con tres clases diferentes entre las que podemos escoger al principio de la campaña: Guerrero, Pícaro y Mago. Es importante señalar que, al igual que ocurre con la facción que escojamos, una vez que iniciemos la campaña, ya no podremos cambiar. Otro detalle interesante es que una vez alcanzado el nivel 20 de cualquier clase, podremos escoger una especialización que fortalece a tu personaje y desbloquea una habilidad definitiva nueva. Como puedes reembolsar y reasignar puntos de habilidad en cualquier momento, también puedes ajustar tu configuración y cambiar de especialización.

Clase Guerrero
La clase del Guerrero está pensada para todos aquellos que disfruten combatiendo cuerpo a cuerpo. El personaje cuenta con unas estadísticas fantásticas de ataque y defensa, y nos permite cambiar rápidamente entre armas de dos manos o por combinaciones de espada y escudo. A continuación, puedes leer que es lo que caracteriza a esta clase:
- Supervivencia: ventajas orientadas a la defensa y habilidades para aturdir a los enemigos.
- Vigilante Funerario: desventajas que debilitan, daño prolongado y Lanzamiento de Escudo.
- Habilidades: habilidades de movimiento y área de efecto.
- Señor de la Fortuna: golpes críticos y mayor movilidad.
- Armas: mejora de combos y cadenas de ataque.
- Guardia Gris: enfoque en la defensa que mejora el ataque.
Especializaciones y habilidades definitivas del Guerrero
- Núcleo: Puños Centelleantes (daño físico) – Golpea el suelo con los puños cuatro veces.
- Segador: Tormenta Espiritual (daño necrótico) – Crea un tornado de almas que atrae a los enemigos y causa múltiples daños.
- Asesino: Por Oro y Gloria (daño físico) – Salta y golpea el suelo, causando daño y alto aturdimiento.
- Campeón: Fuego de Guardián (daño de fuego) – Lluvia de proyectiles y rocas sobre los enemigos, causando daño de fuego.
Clase Pícaro
La clase del Pícaro es la mejor que podemos escoger si buscamos una experiencia híbrida entre armas dobles y armas ligeras cuerpo a cuerpo, así como ataques a distancia, gracias al uso de su arco. Es la clase con los ataques más veloces del juego, por lo que si buscamos una opción ágil, es la más recomendada para nosotros. El Árbol de habilidades del Pícaro es el siguiente:
- Sostenido: ventajas para contraataques, ataques potenciados y duración de efectos.
- Señor de la Fortuna: enfoque en trampas y control del campo de batalla.
- Control: habilidades principalmente de arquería.
- Saltador del Velo: más ventajas para quienes usan arco y flecha.
- Explosión: mejoras de daño alto e impacto.
- Duelista: ataques cuerpo a cuerpo, paradas y mantenimiento de impulso alto.
Especializaciones y habilidades definitivas del Pícaro
- Núcleo: Bombardeo Conmocionante (daño físico) – Daño en área con explosivos y causa aturdimiento.
- Saboteador: Furia de la Fortuna (daño físico) – Equipas un cañón avanzado y atacas en ráfaga.
- Ranger del Velo: Regalos Gemelos de Arlathan (daño eléctrico) – Carga un relicario que rebota entre múltiples objetivos.
- Duelista: Bandada de Cuervos (daño necrótico) – Realiza una rápida serie de ataques sombríos.
Clase Mago
Al contrario que las otras dos clase, el Mago se caracteriza por el combate a distancia, a través del uso de hechizos. No obstante, cabe señalar que posee dos manera de pelear: una mediante el uso de un orbe y una daga para ataques rápidos, y otra con el uso de un bastón mágico para lanzar los proyectiles. El árbol de habilidades del Mago incluye:
- Control: mejoras de defensa, hechizos de hielo y efectos de congelación.
- Dragón Sombrío: control del campo con empujones y mejoras en proyectiles.
- Explosión: hechizos de electricidad y efectos de choque.
- Cuervo Antivano: mejoras generales y ataques con orbes mágicos.
- Sostenido: hechizos de fuego y daño prolongado.
- Vigilante Funerario: hechizos necróticos, desventajas y daño prolongado.
Especializaciones y habilidades definitivas del Mago
- Núcleo: Luz Destructiva (daño de fuego) – Un rayo de luz que quema a los enemigos y causa daño prolongado.
- Evocador: Vórtice de Sombra (daño de frío) – Invoca una singularidad que atrae enemigos y causa daño.
- Espadachín: Fin Atronador (daño eléctrico) – Invoca un cuervo tormentoso que causa una gran explosión y efectos de choque.
- Invocador de la Muerte: Heraldo de la Cripta (daño necrótico) – Absorbe salud de los enemigos y luego explota en área.
¿Por qué el Guerrero es la mejor clase en Dragon Age: The Veilguard?
Aunque el Pícaro y el Mago presentan elementos interesantes, lo cierto es que la mejor clase de Dragon Age: The Veilguard es el Guerrero. Básicamente, la justificación reside en sus características, ya que esta clase destaca en ataque, defensa, movilidad y supervivencia, lo que hace de ella el personaje más completo de todos.
Además, a eso debemos sumarle que un Guerrero tiene la capacidad de lanzar su escudo rápidamente, haciendo un rebote que golpea a múltiples enemigos o cristales, a diferencia del Pícaro que debe detenerse momentáneamente para disparar flechas. El ataque cargado del Guerrero también tiene una zona bastante amplia de goleo, lo que le hace perfecto para romper armaduras. Además, habilidades como la de Pisotón Titánico nos sirven para aturdir enemigos.