En el universo Halo ha habido varias amenazas para la raza humana, desde la antigua raza de los Forerunner hasta los implacables Flood. Durante la primera trilogía de la saga de videojuegos de Halo hemos podido hacer frente al terrible parásito, pero sobre todo hemos hecho frente a otro gran enemigo: El Covenant o El Pacto. Este gran enemigo no se trata de una sola raza, sino de varias que se guían por una creencia ciega a una idea mal concebida de la tecnología y de la cultura Forerunner.
El Covenant no lo conforma solo una sola raza, sino un conjunto de diferentes especies unidas bajo un credo en la que los Forerunner son los dioses. Los líderes religiosos, quienes se hacen llamar Profetas, pertenecen a la raza San ‘Shyuum y son los fundadores del Pacto junto a los Shangheili. Sin embargo, esta alianza comienza con derramamiento de sangre, pues ambas razas estaban sumidas en la Guerra de los Comienzos. En este conflicto, provocado por las diferencias religiosas y tecnológicas, encontramos a los San ‘Shyuum Reformistas, una facción que buscaban hacer uso de la tecnología Forerunner, y a los Shangheili de Ulgethon, quienes reusaban hacer uso de esta tecnología.
La superioridad tecnológica del acorazado Forerunner utilizado por los San ‘Shyuum obligó a los Sangheili a hacer uso de esta misma tecnología con el fin de proteger sus mundos. Esto llevó a un punto muerto en este conflicto que desembocó en un tratado de paz conocido como Carta de la Unión, en el 852 A.N.E. Esta unión desembocó en el origen el Covenant, una alianza con el fin de obtener más información y conocimientos acerca de la antigua y legendaria especie Forerunner. Esta búsqueda de conocimiento llevó al Covenant a través de varios sistemas, de los cuales fueron sumando nuevas especies a sus filas. Algunas de estas especies a través de la domesticación, como con los Lekgolo (cuya forma mas conocida se conoce como Hunters). Otras especies sin embargo se unieron a las filas del Covenant a través de la esclavitud, como es el caso de los Unggoy (conocidos como Grunts por los humanos). Finalmente, el Covenant albergaba hasta 7 especies diferentes, cada una de ellas con un nombre asignado por la raza humana. Como ya he mencionado, los fundadores del Covenant son los San S’hyuum, conocidos como los Profetas, y los Shangheilis, conocidos como Elites. También encontramos a los Yanme’e (Drones), Kig-yar (Jackals), Lekgolo (Hunters), Jiralhanae (Brutes) y los Unggoy (Grunts).
El Covenant pensaba que los Forerunner encontraron la manera de trascender más allá del mundo físico y alcanzar el estado divino gracias a la activación de los anillos Halo. Un enorme error pues los anillos Halo eran armas concebidas para erradicar toda vida de la galaxia y privar al Flood de su único sustento con el fin de exterminarlo. Con esta firme creencia, el Covenant se embarcó en una cruzada para activar estos anillos y llevar a cabo El Gran Viaje.
La guerra contra los humanos empezó en el 2525, tras ser considerados una “raza sucia” y un peligro potencial para el devenir del Gran Viaje. Esta guerra Humano-Covenant, también llamada la Gran Guerra, estalló en el planeta Harvest en donde se encontraba una colonia humana. Sin embargo, la primera batalla de Harvest no fue el primer conflicto entre la UNSC y el Covenant, pero si el primero de tal magnitud. Para cuando el Covenant llegó al planeta Reach, la humanidad prácticamente solo había conocido la derrota. Mientras que la Tierra se consideraba el centro comercial, político y cultural de la raza humana, Reach se consideraba su principal centro de poder militar. Por ello la caída de Reach fue un duro golpe para la raza humana y supuso la perdida de la última barrera antes de llegar a la Tierra. La nave Pillar of Autumn logró escapar de Reach y terminó en la Instalación 04, hechos que se desarrollan en la primera entrega de los videojuegos Halo.
Entre los acontecimientos de Halo 1 y Halo 2, John-117, junto con los supervivientes de la batalla de la Instalación 04, se dirigen a Reach en una operación de rescate de seis Spartans-II atrapados en el planeta. Este conflicto terminó convirtiéndose en la mayor victoria de la UNSC y en la mayor perdida para la flota Covenant. Sin embargo, nada de eso impidió que la flota invasora llegase a la Tierra, la ultima defensa de la raza humana.
La victoria de la raza humana frente al Covenant, narrada en Halo 2 y Halo 3, no hubiera sido posible de no haberse producido una guerra civil entre las filas del Covenant y del regreso del Flood. Esta guerra civil Covenant se conoce como El Gran Cisma y se debió a un conflicto de intereses entre el Profeta del Pesar y el Profeta de la Verdad. Si bien los Shangheili eran la principal fuerza militar del Covenant, el Profeta de la Verdad planeaba reemplazarlos por los Jiralhanae. Por otro lado, el Profeta del Pesar descubrió por su cuenta un artefacto Forerunner en la Tierra y mandó una flota de 15 naves. Verdad, que ya había dado más poder a las fuerzas Jiralhanae, ordenó a sus tropas exterminar la flota de Sangheili que Pesar había comandado.
Mientras, el Flood continuó menguando las fuerzas del Covenant, especialmente cuando devoró al Profeta de la Piedad al comienzo del Gran Cisma y posteriormente tomando el control de Gran Caridad, la gran ciudad sagrada del Covenant que hacía las veces de capital y de estación espacial. Poco a poco el escenario de guerra no podía ser más caótico, el Covenant con su propia guerra Civil, la humanidad protegiendo su ultimo bastión y el Flood que desde su liberación de la Instalación 04 no había hecho más que propagarse.
La guerra tomó una nueva dirección con la alianza Humano-Separatista. La flota Sangheili, en un movimiento desesperado tras perder a los Grunts entre sus filas, llegan a un acuerdo con la UNSC formando una alianza comandada principalmente por el Jefe Maestro y el Inquisidor Thel’Vadam. Esta desesperada alianza nace con la finalidad de destruir al profeta de la Verdad, acabar con los Flood y detener la activación de los anillos Halo.
El fin del Covenant llegó al mismo tiempo que el final de su guerra civil. La destrucción de la infectada Gran Caridad, la posterior activación y destrucción de la Instalación 04 así como la eliminación del Profeta de la Verdad, supuso el fin ya no solo del Covenant, sino también del Flood. Ya durante el Gran Cisma, muchas especies pertenecientes al Covenant regresaron a su planeta natal, menguando considerablemente el número de efectivos. Los Sangheili, bajo el gobierno de Thel ‘Vadam, dirigieron sus esfuerzos en reconstruir un Sanghelios fuerte y unido, pero no todos siguieron el mismo camino. El Sangheili Jul’Mdama, convencido en perseguir la inmortalidad con su creencia en los Forerunner, terminó convirtiéndose en el comandante de su propia flota cuando el Didacta regresa. Pronto los Forerunner regresarían y esta vez la victoria no estaba asegurada.
Guía de Halo (1): La Matriz de Halo
Guía de Halo (2): Los Forerunner