Iniciamos una serie de artículos con el objetivo de que aquellos usuarios que estén pensando en disfrutar de los juegos en un PC, puedan tener algunas nociones básicas sobre que aspectos hay que tener en cuenta. Dada la transcendencia que está tomando PC para Microsoft en su expansión de Xbox, nosotros también vamos a mostrar interés por esta plataforma. Es por esto que vamos a ir dando una serie de pistas, o sugerencias, para que los que estén interesados en montarse su propio PC sepan cómo configurarlo. En esta serie de artículos para que sepáis que debéis considerar, comenzaremos por el elemento clave para todo lo demás, la placa base.
Resulta fundamental este elemento, porque en la Placa Base o Motherboard, es donde irán conectados el resto de elementos de la configuración de vuestro PC. Entre los aspectos básicos que hay que tener en cuenta, está saber elegir el socket, o zócalo, de vuestra placa, el chipset que determina el número de conexiones, así como los slots para diferentes tarjetas. Son elementos clave que os explicamos a continuación para que sepáis qué debéis considerar a la hora de elegir una placa base.
Eligiendo placa: el socket
Este puede ser uno de los elementos principales a la hora de elegir una placa, ya que dependerá de que procesador queráis montar. Conociendo la oferta de CPUs, donde encontramos diferentes modelos de Intel o AMD, las diferentes gamas y generaciones distan en este aspecto. En cierto modo, la elección de una condicionará la otra, donde posiblemente sea la CPU la que condicione que placa base vais a elegir.
Si atendéis a las diferentes tiendas que permiten filtrar los modelos por el tipo de socket, o zócalo para la CPU, encontraréis las que pertenecen a las diferentes gamas y generaciones de Intel (LGA 1151, LGA 2066, LGA 775) o a las diferentes gamas y generaciones de AMD (AM3, AM4, FM2). Se puede comprobar que la terminología es bastante clara para diferenciar los sockets para Intel y AMD, donde el mayor problema puede estar en elegir correctamente en el caso de Intel. Y es que el socket 1151 es un socket que se ha venido usando para las diferentes generaciones de procesadores Intel (i3, i5, i7 o i9), habiendo diferencias que pueden llevar a equívoco.
Pero es ahí donde la decisión de qué procesador elegir concretará mucho la búsqueda de la placa que corresponda, debiendo pasar al siguiente nivel de especificaciones a tener en cuenta.
Eligiendo placa: Tamaño
Entre las placas existen diferentes tamaños que condicionarán otras compras, como puede ser la torre. Como soy vasco, puedo decir que cuanto más grande mejor, pero no es algo realmente relevante. Según vayas a querer montar un equipo grande, con una torre, optando por una placa ATX, o algo más pequeño, como una Mini ATX o una ITX para un dispositivo de dimensiones reducidas. Obviamente, lo que limitará esta decisión es el número de conexiones y slots para tarjetas que vaya a incluir. Todo dependerá de que pretendáis montar.
Resulta evidente que si queremos montar un equipo con varios discos duros, cantidad de memoria RAM, incluso con varias tarjetas gráficas, no podremos optar por la vertiente más reducida. Además, como norma convencional, cuanto más grande es una placa mejor calidad tendrán sus materiales, sobre todo, en el ámbito de gaming para jugar. Esto es más un aspecto lógico que relacionado con las especificaciones, dado que una placa Mini ATX puede ser más que suficiente para montar un equipo básico apto para jugar a lo que queramos. A mayor tamaño, más conexiones, más espacio para refrigerar los componentes y otros detalles como la capacidad de ampliar el equipo en un futuro.
Eligiendo placa: Chipset
Este aspecto parece muy técnico pero es muy sencillo de comprender. Las placas tienen diferentes tipos de chipsets, que son los que determinan el número de conexiones disponibles. Es aquí donde encontramos una gran variedad de elementos a tener en cuenta, desde las conexiones para el almacenamiento, la memoria o los puertos USB que necesitemos tener. Es algo sencillo de comprender, donde cada placa tiene en su configuración una cantidad muy diferente que dependerá del fabricante de la misma.
En este ámbito, resulta especialmente interesante considerar que tipo de ordenador queremos montar y que vamos a conectarle a esta placa. En cierto modo, del mismo modo que con el zócalo, esto también puede limitar la elección de placa. En el caso de los discos duros, mirar el número de conexiones de los diferentes tipos, sabiendo que una de las opciones de futuro son los puertos M.2, un tipo de puerto PCI-e para los discos duros SSD de nueva generación. Lo habitual es medir el número de puertos SATA, que son los encargados de los HDD y SSD convencionales.
Por otro lado, la memoria, donde resulta importante comprobar la compatibilidad del tipo de memoria que se puede conectar, así como las frecuencias soportadas y el número de Gb máximo que puede detectar. Para un PC en el que se quiera jugar, puede resultar de interés que la placa ofrezca compatibilidad con los últimos tipos de memoria, así como con módulos que tengan una velocidad más elevada. Cierto es que en este ámbito, hay que atender de forma más detallada la parte relativa a las memorias, que lo dejamos para otro artículo.
Eligiendo placa: Calidades
Si habéis indagado un poco en este tema de las placas, veréis que placas similares pueden ofrecer precios muy diferentes. Resulta obvio pensar que existen diferentes niveles de calidad en la construcción de las placas base. ¿Esto en qué afecta? Pues todo depende de cual sea tu uso de ese PC y cual sea el medio que tengas planteado usar para llegar al objetivo que te has marcado. Es así que si eres un usuario base que simplemente quieres calidad, pero no te interesa meterte en aspectos como el overclocking, la calidad requerida no será tan elevada como la de quien si quiere hacerlo.
Los fabricantes son muy explícitos en sus especificaciones a la hora de plantear sus productos y dirigirlos al perfil de usuario que requiera sus capacidades. Es por esto que, una vez se tome la decisión de configurar un PC, si optamos por un modelo que pueda soportar la presión del overclocking, deberemos atender a aquellas placas que tengan una mayor calidad y prestaciones para llevar a cabo estas tareas.
Por otro lado, es de pero grullo pensar que cuanto mejor sea la calidad de la placa, mejor será su rendimiento, se fuerce o no. Entrar en este tema es algo mucho más personal, pues hay que atender a aspectos mucho más técnicos de lo que ahora mismo vamos a plantear en esta guía básica. En el fondo, este aspecto hace referencia a aspectos como los condensadores o los circuitos de alto rendimiento incluidos en ella.
Eligiendo placa: Gráfica
Un poco por terminar con estos aspectos básicos a la hora de elegir una placa base, hay un elemento que seguramente sea interesante para los usuarios. El aspecto relacionado con la gráfica, que pese a no ser tan complicado como era antaño con los conectores PCi y los AGP, sigue teniendo algo de miga. Ahora la cuestión está si os vale con la gráfica integrada, que dudo que sea solución para los que buscan un ordenador gaming, o ya os ‘habéis venido arriba’ y queréis instalar más de una tarjeta gráfica.
Hay que considerar que no todas las placas permiten esas conexiones múltiples, incluso, algunas están pensadas precisamente para dar un mejor soporte a esta opción. Es aquí donde, además, debéis considerar que modelo de GPU queréis instalar, porque hay que tener en cuenta la compatibilidad con SLI (para gráficas de Nvidia) o con Crossfire (en el caso de las ATI). Ahora bien, para aquellos que no tengan pretensiones de ir a por algo tan salvaje, este problema desaparece.
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Estos son los aspectos básicos que creemos que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir una placa base, si bien, otro aspecto muy importante es el presupuesto. Se podría decir que puede merecer la pena un pequeño esfuerzo económico en este apartado, ya que todo lo demás dependerá de él. Con esto, no se pretende insinuar que sea el elemento más caro, pero si es un elemento del que no se debe escatimar para ganar en otro aspecto.
La elección de una placa viene condicionado por la configuración general que se pretenda instalar, donde la elección de procesador, la cantidad de memoria, discos o tarjeta gráfica irá orientando entre los modelos posibles y las pretensiones cara a futuro, entre las diferentes gamas de los diferentes fabricantes.