Impresiones de DOOM Eternal. Han pasado ya 27 años desde que Carmack y Romero dieran forma al primer DOOM en MS-DOS, a lo largo de estos más de cinco lustros la franquicia a visto llegar al mercado numerosas entregas, adaptaciones y algunos spin-off entre los que se cuentan desde juegos de pinball hasta las más recientes experiencias en VR.
Sin despegarse la de mano de id Software, la franqucia vio como en 2016 la penúltima entrega de la serie daba un nuevo pistoletazo de salida a la franquicia, el reboot de DOOM con su mismo nombre fue nominado en cuatro categorías de los Game Awards de aquel año consiguiendo el galardón a mejor juego de acción y banda sonora.
La propuesta adictiva y frenética de principios de los noventa seguía funcionando en la primera década de este siglo y desde entonces muchos han sido los aficionados al género que clamaban por una entrega más. Pues bien, sus deseos se van a hacer realidad el próximo día 20 de marzo, no sin antes haber sufrido un poco por el retraso que Bethesda impuso al juego para darle «los últimos retoques».
El pasado día 20 de enero pude asistir a un evento a puerta cerrada promovido por la compañía donde se nos permitió jugar hasta un total de cuatro horas en las que pudimos extraer la impresiones sobre el título que ahora os cuento.
En DOOM Eternal volveremos a encarnar a Doom Slayer o el Marine Espacial como otros prefieren llamarlo, esto no es ninguna sorpresa, quizás lo que si sorprenda un poco más es la situación en la que nos encontramos. La Tierra ha sido invadida y conquistada por los demonios venidos del inframundo, en nuestro papel observamos desde nuestra base espacial como grandes surcos de lava recorren nuestro mundo que, con el 60% de los recursos del planeta consumidos por los demonios, se encuentra a poco tiempo de ser transformado en otro mundo demoníaco más.
Para evitarlo somos enviados a nuestra misión en la que tendremos que acabar con los tres sacerdotes que están llevando a cabo la invocación de Khan Makyr, una suerte de ángel caído formado por numerosas partes mecánicas del cual se desconocen sus auténticas motivaciones.
En este contexto, destaca que DOOM Eternal ha querido hacer algo que sus antecesores no se habían atrevido aún, dotar de un trasfondo a la saga. A lo largo de nuestro progreso en el juego, iremos conociendo distintos personajes y recogiendo algunas notas repartidas aquí y allá que se irán incorporando a nuestro códice.
Realmente empaparse de la historia es algo muy opcional y dependerá exclusivamente del jugador, ya que id Software no ha querido ir más allá y, si bien estas entradas del códice contestan a muchas de la preguntas que los aficionados a la saga se han formulado durante años, no interfieren en la jugabilidad más frenética y adictiva de DOOM con largas cinemáticas o explicaciones que hubieran roto con la línea habitual de la saga tomando, por tanto, el camino de en medio y para mí el más acertado.
En cuanto a la jugabilidad, se mantienen las mecánicas de su predecesor, convirtiendo a los enemigos no solo en objetivos a los que disparar sino, además, en proveedores de recursos en función a como vayamos acabando con ellos. Recordemos, para conseguir más recursos de un enemigo, debemos de conseguir dejarlo aturdido para, en ese momento, acabar con él con nuestros puños, usando la motosierra o quemándolos con nuestro escupellamas, lo que nos va a proveer más salud, más munición o más escudos respectivamente.
Se mantiene la premisa de que «pararse es morir» y tendremos que seguir en constante movimiento durante toda nuestra partida, encadenando ejecuciones porque, a pesar de que los escenarios nos proveen en algunas ocasiones de suministros, esta mecánica de saqueo perpetuo se ve aún más explotada y se torna, si cabe, aún más necesaria que en DOOM (2016).
Para acabar con los demonios que DOOM Eternal nos presenta no va a bastar en muchas ocasiones con vaciar toda nuestra munición sobre sus pútridos cuerpos. Estos conocidos demonios como el Revenant, Cacodemon, Aracnotrón o Mancubus vuelven aparecer con nuevas partes mecánicas equipadas que actuarán como puntos débiles a los que disparar si queremos quitárnoslos de en medio sin sufrir demasiado.
Además de los ya conocidos, el juego incorpora nuevas unidades enemigas que nos van a hostigar durante nuestra partida. Por ejemplo, hacen aparición las Gárgolas, un nuevo tipo de demonio que suele a atacar en grupo y desde el aire. Junto a estas llama la atención la presencia de los Cadáveres, esta unidad, utiliza un escudo de energía para proteger a otros demonios y obligar al Slayer a cambiar de estrategia en mitad del combate.
Las novedades en Doom Eternal no solamente vienen de la mano del lore y de nuevas unidades enemigas. Los entornos que se han trabajado para este título resultan espectaculares además de variados. En las cuatro primeras horas de juego se observan escenarios tan variados como nuestra nave espacial, ciudades de la tierra arrasadas, enormes y espectaculares catedrales góticas e incluso escenarios nevados que entran por lo ojos a una solidísima resolución de 1080 y una tasa de 60 imágenes por segundo en la versión de PC apoyada en la tecnología Nvidia RTX. A pesar de este sesgo, el buen resultado conseguido con DOOM (2016) hace pensar en lo mejor en las versiones de Xbox One X y S.
Estos escenarios no solamente son espectaculares, sino que, además, tienen un trabajo de diseño de niveles excelentemente ejecutado con un gran número de zonas secretas que descubrir. El apartado plataformero del juego no se ha descuidado, teniendo algunas secuencias en la que tendremos que tirar de toda nuestra habilidad como jugadores para progresar en la aventura. Destaca en este punto el uso del doble salto y del doble, y en ocasiones triple dash que nos va a permitir acceder a puntos del mapa muy alejados unos de otros. Podremos agarrarnos a las paredes y escalar a través de ellas en busca de nuevas estancias y mejoras para nuestro equipo que se encuentran repartidas por todo el mapa.
Precisamente sobre nuestro equipo vemos que las posibilidades que DOOM Eternal ofrece son muy amplias. Contamos con numerosas vías de mejora para nuestro traje y armamento. En cuanto al armamento, en el tiempo jugado pude manejar la escopeta de combate, el cañón pesado, el fusil de plasma, el lanzamisiles y la escopeta legendaria, cada una de estas armas puede equipar hasta dos modificaciones distintas que les permitan ejecutar un disparo secundario más certero, más potente o con municiones distintas, como en el caso de la escopeta de combate, por ejemplo, esta podía convertirse en una Gatlin o un lanzagranadas según el caso, dando una profundidad enorme al arsenal ya de por sí amplio al que nos acostumbra DOOM.
Destaca el momento en el que nos encontramos con la escopeta legendaria, la cual nos va a permitir utilizar un gancho con el que desplazarnos a gran velocidad hacia nuestros enemigos y dispararles a bocajarro en una orgía de sangre y vísceras como solo la saga DOOM sabe ofrecer. Para conseguir estas modificaciones será necesario dar con ellas mediante la exploración de los escenarios, por lo que ser concienzudo en este aspecto del juego es vital para poder llegar a ver todo lo que id Software nos ha reservado para la ocasión.
A estas modificaciones se suman el gran número de mejoras que podremos hacer tanto de nuestro equipo, como de nuestras armas, así como de nuestro traje de pretor que incorpora un buen número de novedades como el escupellamas que he mencionado al comienzo y algunas habilidades como el Puñetazo Sangriento que torna el combate cuerpo a cuerpo en una mecánica más rápida y fluida.
Cada mejora, ya sea de las armas, nuestras estadísticas o nuestro traje de pretor contará con sus propios puntos de mejora que tendremos que ir consiguiendo en una mezcla de exploración, cumplir con desafíos en cada misión y rellenar una barra de corrupción demoníaca en función de los enemigos que vayamos venciendo y el descubrir el cien por cien de todo lo que los verticales escenarios de juego nos ofrecen.
El excelente rendimiento técnico del juego está respaldado por la tecnología idTech 7 e incorpora una banda sonora completamente nueva que te acelerará el pulso y que ha compuesto Mick Gordon. DOOM Eternal llegará al mercado totalmente traducido y doblado al castellano como es costumbre en los juegos distribuidos por Bethesda, contando con buen acabado en esta faceta como pude comprobar en este evento para la prensa.
Apenas restan dos meses para el lanzamiento del título en Xbox One, PS4, PC y Stadia siendo la versión probada prácticamente la definitiva que veremos el 20 de marzo en el mercado y para la que no podemos esperar mucho más, puesto que este DOOM Eternal promete llevar su fórmula a un nuevo nivel sin olvidar en ningún momento cuales fueron las claves de su éxito en el pasado.