The Witcher 3 Wild Hunt es uno de los miles de juegos que tengo empezados y espero volver algún día (pronto) para terminarlos. Y desde luego no lo he acabado aún porque sea malo, el de CD Projekt es uno de los mejores juegos de la generación y ha marcado el camino al género del rol en muchos aspectos. Mi problema con él es algo diferente, quise completarlo al cien por cien desde la primera partida y en la máxima dificultad, por lo que tras unos meses, otros juegos terminaron abriéndose camino en mi Xbox One y robándome horas poco a poco con las que acompañar a Geralt en su infinita aventura.
Una de esas tareas secundarias (a pesar de la increíble profundidad de casi todas ellas en The Witcher 3) era el Gwent, ese fantástico -¿minijuego?- de cartas en el que nos íbamos enfrentando a otros NPC a lo largo del mundo de The Witcher 3 Wild Hunt y sus expansiones mientras ampliábamos nuestra colección con nuevos ejemplares y perfeccionábamos nuestra habilidad y mazo. El qwent de The Witcher 3 tenía casi de todo, y prácticamente lo único que echábamos en falta era un modo multijugador. No había que ser demasiado espabilado para darse cuenta de que con un poco más, en realidad, podríamos llegar a tener un juego completo de forma independiente.
Y como precisamente en CD Projekt RED van sobrados de eso primero, no tardaron demasiado en confirmar la existencia de Gwent The Witcher Card Game, que fue presentado en el pasado E3 2016. Y del que ya lleva funcionando unas cuantas semanas su beta cerrada a modo de Game Preview, tanto en Xbox One como en Windows 10; porque además es uno de los juegos que ha recibido soporte del sistema Xbox Play Anywhere. Tenía muchas ganas de probarlo y por eso me inscribí para intentar formar parte de su fase previa. Y por fin desde hace unos cuantos días llevo disfrutando de estas estratégicas y profundas partidas de cartas, tras recibir un código para su beta cerrada. Os cuento ahora lo que me está pareciendo lo nuevo de CD Projekt RED en estas impresiones de Gwent The Witcher Card Game. Cosa que además viene a cuento ya que hace muy poquito recibió una nueva actualización importante con la que el juego va afinando para su debut en su versión definitiva.
Los primeros minutos de juego lógicamente vienen marcados por un tutorial en el que nos van guiando mientras aprendemos las reglas básicas. Reglas que os sonarán si habéis ya habéis jugado en The Withcer 3, ya que vienen a ser en esencia las mismas. Tendremos, eso sí, algunas diferencias en cuanto a los tipos de cartas. Ahora, las cartas se dividirán en tipos y rareza. La rareza a priori es algo que solo afectará en las posibilidades de adquirir dicha carta, ya sea a través de barriles (sobres de toda la vida) o crafteándolas a base de destruir otros ejemplares. Las cartas más raras suelen tener habilidades más interesantes. Los tipos por su parte, son bronce, plata y oro, y sí afectan jugablemente de varias formas. Para empezar en nuestro mazo podremos disponer de un total de seis platas y cuatro oros. Son cartas por lo general con mejores características, y las de oro vienen ser los héroes que ya podíamos ver en el juego de The Witcher 3.
Además de ser mejores cartas, es posible con ellas realizar diferentes tipos de combinaciones, tirando de las principales habilidades y características del resto de cartas de nuestro mazo. Precisamente, en las habilidades de cada carta está el otro cambio importante. Si en el gwent de The Witcher en la mayoría de los casos nos limitábamos a apostar cartas en función de su fuerza, aquí prácticamente todas las cartas tendrán algún tipo de añadido con el que realizar diferentes funciones. Al más puro estilo Hearthstone, será una buena idea intentar enlazar ciertas cartas con habilidades parecidas o que se compenetren bien en nuestro mazo para procurar realizar combos y alcanzar los mayores puntos posibles con el menor número de cartas lanzadas.
Ya que, por si algún despistado no lo sabe, el funcionamiento básico del gwent consiste en vencer en dos de tres rondas a nuestro rival para proclamarnos campeón. Cada ronda la gana el jugador que más fuerza tiene. Nuestra fuerza se mide sumando el número de fuerza de cada carta que hay en el campo de batalla por parte de nuestro ejército. Comenzamos cada partida con una mano de 10 cartas, y vamos lanzando una por turno. Los personajes se irán situando entre tres líneas de ataque, en función de si es la que le pertenece o es una carta que nos permite elegir la línea que más nos convenga. Además de esto, también contamos con cartas de funciones especiales, como puede ser permitirnos doblar la fuerza de nuestros personajes, eliminar del campo de batalla las cartas con un valor más alto, potenciar otras, y cosas similares.
Es en cierto modo en esas reglas básicas en lo que más se diferencia también de otros juegos de cartas como Hearthstone, Magic The Gathering o The Elder Scrolls Legends. Si la idea fundamental en estos tres es bajar la salud, o puntos, de nuestro contrincante a cero, aquí es ser mejor que él a lo largo de tres rondas. Consecuentemente, y al estar dividido en varios turnos, lo importante para terminar haciéndonos con la victoria en Gwent es forjar desde el principio cuál va a ser nuestra apuesta para la partida e intentar, en la medida de lo posible, ser fieles sin variar demasiado y, claro, tener algo de suerte. La clave aquí está en que no nos pasaremos la partida robando cartas, sino que jugaremos con nuestra mano de 10 cartas (más la de héroe), dos más en el segundo turno, y una más en el último. Y a menos que dispongamos de la posibilidad de rescatar alguna del cementerio o de duplicarlas, jugaremos con lo puesto.
Tendremos por tanto que administrar bien nuestras bazas y decidir en qué momento ir a por la ronda… o no. El resultado final es un estilo de juego menos dinámico que el que vemos por ejemplo en Hearthstone, pero interesante y también muy diferente. Con cada turno se da una situación de «tira y afloja», en la que en algún momento deberemos decidir si apostar fuerte con nuestras mejores bazas para ganar la ronda o perdonar para la siguiente. De hecho, lo más común, y seguramente inteligente, será dejar que nuestro rival gane alguna de las dos primeras rondas y jugar con lo que nos quede en el última. Porque si ganamos la primera y queremos apostar fuerte también para la segunda, pero fallamos, nos encontraremos probablemente con que en la última ronda no tenemos nada que nos permita vencer.
Expuesto así, de forma escrita, puede parecer complejo, pero la realidad es que es una mecánica sencilla y efectiva que, en cuanto se comprende, se hace apasionante. Gwent The Wicher Card Game apunta a convertirse en un juego muy interesante, seguramente algo más sesudo y lento que sus competidores, lo que quizás lo haga un título más de nicho, como se suele decir. Pero no hay ahora mismo nada parecido a él en cuanto a videojuegos de cartas.
He mencionado antes la suerte, pero obviamente tener un buen mazo será una de las claves para terminar obteniendo un buen número de victorias en Gwent The Witcher Card Game. Para eso no solo debemos plantear bien la estrategia al seleccionar las cartas que usaremos, sino también disponer de una buena colección. Y en este sentido es aún quizás un poco pronto para determinar en qué medida los micropagos van a afectar de cara a un posible desbalanceo del juego. De hecho romper el equilibrio es muy fácil, puesto que la gracia está en que ganar dos rondas seguidas con dos mazos equilibrados es muy difícil, y lo normal es ceder alguna de las dos primeras a tu rival intentando que en su ronda ganada gaste el mayor número de cartas posible y así superarle en la última. Gwent The Witcher Card Game será un juego free to play en el que podremos pagar para obtener nuevas cartas, pero estas también podrán ir adquiriéndose mientras jugamos, obteniendo oro para comprar barriles, craftenado, o superando desafíos.
El número de cartas no es por el momento excesivamente elevado, lo que ayudará a que no se cree un desnivel muy pronto. Pero habrá que ver cómo va evolucionando. Tampoco está disponible aún su campaña, aunque lo que cabe esperar de ella es algo que termine por convertirse en un modo de práctica con algo más de chicha, y que nos permita desbloquear rápidamente algunas cartas para iniciarnos en el juego. Pero quién sabe, quizás CD Projekt RED nos sorprenda una vez más también en este aspecto.