Cuando Minecraft llegó al mercado disparó todos los records habidos y por haber con un concepto de creatividad y supervivencia que se ganó toda la atención de los usuarios. No solo es un juego donde la imaginación se queda sin límites a la hora de construir, sino que supo combinar de manera sobresaliente su faceta creativa con una simulación de supervivencia en la que explorar mazmorras y luchar contra criaturas.
No han sido pocos los juegos que en estos años han implementado mecánicas de supervivencia en sus fórmulas. Desde Fallout New Vegas y su modo difícil que nos obligaba a comer, beber y dormir, State of Decay y su mezcla de supervivencia y gestión de recursos en tiempo real, hasta decenas de títulos como 7 Days to Die centrados en este género.
La aparición de Ark: Survival Evolved en el mercado supuso otro gran hito dentro del género. La ambiciosa propuesta de Wildcard Studios quería ofrecernos una supervivencia primitiva tan basta como desafiante que nos transportaba a la era jurásica para conquistar una isla virgen llena de criaturas y peligros naturales. Su éxito fue arrollador y se convirtió rápidamente en uno de los títulos más jugados y uno de los más populares en Youtube y las plataformas de streaming. La doma de criaturas era algo que gustaba, y mucho.
¿Y si juntamos Ark y Minecraft?
Este spin off de Ark bebe en todos y cada uno de sus aspectos de la obra de Wildcard, no en balde, su intención es esa misma, transportar todo el concepto de supervivencia y doma de criaturas a un nuevo aspecto más familiar y entrañable apto tanto para los más pequeños de la casa, como para los amantes del género. Sorprende su colorido y estética pixelada que nos hace olvidar que estamos ante un juego de supervivencia y tenemos que luchar contra esas criaturas de grandes ojos de dibujo animado.
Los inicios en PixArk, como en su hermano mayor y todos los juegos de supervivencia, pasan por recabar rápidamente los primeros materiales y recursos, encontrar una zona segura y montar un campamento. A partir de ahí, los que disfrutaron de Ark en su momento, verán como PixArk traslada punto por punto el sistema de progresión por engramas, el desarrollo de personaje y la doma de criaturas.
¿Entonces qué hay de nuevos en esta propuesta? A diferencia de Ark, encontraremos el sistema de creación basado en cubos que vimos en Minecraft. Esto no solo es importante a la hora de construir, sino que cuando queramos explorar y buscar recursos, como en la obra de Mojang, la orografía del terreno está plagada de salientes, cañones y saltos de agua que consiguen una profundidad de la que carece el juego de Wildcard. Muchos materiales tendremos que excavarlos de la roca explorando oscuras cuevas y creando nuestras propias minas a pico y pala.
Como novedad, PixArk ofrece un nuevo sistema de misiones disponibles desde diversos puntos del mapa que, si completamos, nos recompensan con cofres cargados de recursos. Los encargos por lo general suelen centrarse en matar o domar cierta criatura.
Aunque el juego lleva disponible desde el pasado mes de marzo, no es hasta el pasado día 28 de mayo cuando se han habilitado en Xbox One las funciones multijugador y los servidores públicos. A pesar de estar en los primeros días de funcionamiento y estar el título en general en un estado temprano de acceso anticipado, los servidores funcionan todo lo bien que podríamos esperar para un juego de estas dimensiones. Como en Ark, con la vertiente multijugador se abre todo un abanico de posibilidades para formar tribus y alianzas.
¿Era necesario este juego?
El título de Snail Games dista mucho de ser perfecto todavía, recordemos que se trata de un juego en desarrollo. Si bien el comportamiento general es correcto, el acabado visual resulta algo pobre y plano, falta trabajo de optimización, se echan de menos funcionalidades básicas de control que sí encontrábamos en su hermano mayor y los menús no terminan de ser todo lo claros y funcionales que cabría esperar. Aunque no hemos encontrado bugs remarcables, sí es cierto que en alguna ocasión el juego se ha detenido de forma abrupta, redirigiéndonos a la interfaz de la consola.
PixArk es una línea de salida muy a tener en cuenta para aquellos que quieran adentrarse en el terreno de los juegos de supervivencia de manera algo más accesible que los grandes exponentes del género. Su aspecto colorido e inofensivo esconde un sistema con muchas posibilidades a explorar, pero que lo tiene difícil a la hora de mostrar una propuesta con la suficiente personalidad propia para destacar entre el resto de títulos de su género.