Atención, este artículo contiene SPOILERS de Stranger Things 3
No ha transcurrido ni una semana desde su estreno oficial en Netflix, pero Stranger Things 3 ya está dejando una huella enorme entre los seguidores de la ficción televisiva creada por los hermanos Duffer en el año 2016 y que, hasta hoy, no ha dejado de crecer tanto en popularidad como en espectacularidad. Si bien la primera temporada fue un producto redondo, la serie de Netflix ha sabido renovarse e introducir los suficientes elementos novedosos para conseguir que cada nueva entrega sea tanto o más increíble que la anterior, al menos en cuanto a variedad de situaciones se refiere.
Es por ello que hoy queremos hablar sobre Stranger Things 3 y sobre todos esos motivos que, a nuestro parecer, han convertido su tercera temporada en todo un éxito. Es decir, hemos recopilado algunos de los grandes aciertos con los que Matt y Ross Duffer han impregnado una temporada repleta de emociones, de diversión y, sobre todo, de espíritu ochentero. La mejor de todas las noticias, visto el nivel de esta última entrega, es que aún nos queda por delante una cuarta temporada que, eso sí, podría ser la última teniendo en cuenta las declaraciones de los Duffer y los últimos rumores.
Mujeres al poder
A pesar de que tres de las grandes protagonistas de la serie siempre fueron Once, Nancy y Joyce, el reparto de Stranger Things siempre había sido eminentemente masculino (Mike, Will, Dustin, Lucas, Hopper, Steve, Jonathan). La segunda temporada hizo algo al respecto sumando a Max a la pandilla, pero la tercera ha ido mucho más allá. Además de mantener el peso narrativo de los tres personajes anteriormente mencionados, los Duffer han dado mucha más importancia a Max, que gana en minutos en pantalla mientras que Mike, Will o Lucas los pierden. Por si fuera poco tenemos la incorporación de Robin.
Robin funciona a las mil maravillas y se ha convertido en una de las grandes revelaciones de la temporada de la serie de terror juvenil. A todo ello hay que añadir la incorporación como personaje fijo de Erica, la hermana pequeña de Lucas, y la de Karen (la madre de Nancy y Mike), que también ha conseguido sumar protagonismo en esta tercera entrega de Stranger Things, que goza de un reparto más femenino que nunca.
La relación Once-Max
Precisamente una de las consecuencias de haber podido disfrutar de más personajes femeninos en Stranger Things 3 es la relación que se forja entre Once y Max. Ya en plena adolescencia, ambas mantienen una relación con Mike y Lucas, respectivamente, pero su amistad crece y se hace fuerte un sentimiento de complicidad y de apoyo mutuo. Durante la primera mitad de la temporada, especialmente en el episodio en el que disfrutan comprando y pasándolo bien en el centro comercial Starcourt, podemos ver el gran acierto de los Duffer no solo al hacer que Once y Max se conviertan en mejores amigas, sino en darles muchos momentos alejadas de la pandilla de chicos.
Mantener el binomio Steve-Dustin
Si Once-Max es la pareja femenina más exitosa de esta temporada, Steve-Dustin vuelve a ser la pareja masculina más querida. Y es que tras los grandes momentos protagonizados en la segunda temporada, Dustin vuelve a quedarse algo alejado de la que era su inseparable pandilla. En ese sentido, su alianza con Steve Harrington vuelve a ser maravillosa y deja momentos divertidísimos. Cuando a ellos dos se unen Robin y Erica, el cuarteto sigue ganando fuerza a base de chascarrillos y bromas continuas en un grupo que comienza con tensiones y que acaba con una gran relación entre todos sus miembros, lo que contribuye a que el espectador se acabe sintiendo parte del mismo.
El momento Historia Interminable
Regreso al futuro, Terminator o Phoebe Cates son algunas de las constantes referencias a la década de los 80 que tenemos en Stranger Things 3, pero el mejor momento ochentero que tenemos, de largo, en la temporada es el que protagonizan Dustin y su novia Suzie en el último episodio. Nos referimos, claro está, a la interpretación a dueto del tema La historia interminable, que pertenece a le película homónima y que fue uno de los grandes iconos de la década. Más allá de la belleza sonora con la que nos deleitan ambos intérpretes, el momento no puede ser más Stranger Things en estado puro: Hopper y Joyce esperan impacientes en la base subterránea rusa y el resto de la pandilla está siendo perseguida por el gigantesco azotamentes. Ajenos a todo ello, Dustin y Suzie nos deleitan con un momento de ternura y nostalgia que se ha convertido por méritos propios en, tal vez, lo mejor de toda la temporada.
Apuesta por la diversidad
No solo los personajes femeninos han notado un incremento en su cuota de pantalla, sino que los Duffer, sabiendo cuál es la realidad social, han dado cabida a otras orientaciones sexuales que hasta ahora nunca se habían pronunciado en Stranger Things. Es el caso de Robin, que confiesa que es lesbiana justo después de que Steve Harringston se le declare en el baño. La reacción de su compañero de trabajo no puede ser mejor, pues comienza a bromear con ella sobre la cuestión.
Aunque no se asegura de forma explícita, algunos comentarios acerca de Will Byers a lo largo de esta temporada también indican que el hijo de Joyce podría ser homosexual. El propio actor que le da vida, Noah Schnapp, ha indicado que cada uno puede interpretarlo como quiera, sin desmentir en absoluto esta posibilidad. En una serie en la que, hasta ahora, todos los personajes se habían declarado como heterosexuales es de gran importancia que haya otros que aporten puntos de vista diferentes que corresponden a realidades sociales y que merecen representación, aunque se trate de una ficción televisiva.
No todos los rusos son malos
Aparte del azotamentes y su ejército de esclavos, los rusos son los otros grandes villanos de la temporada. En plena Guerra Fría no es de extrañar que en Stranger Things 3 se les presente como el enemigo y que todos los personajes les teman. Sin embargo, los Duffer aciertan con Alexei, el ruso al que capturan Hopper y Joyce y que se acaba convirtiendo en un breve pero maravilloso desahogo cómico. El momento granizado de fresa y algunas de las conversaciones que mantiene con Murray en su fugaz paso por la serie son uno de los grandes aciertos de la temporada. No hay que desdeñar tampoco que Alexei juegue el papel de humanizar a los rusos, que hasta entonces solo habían sido presentados como villanos capaces de todo con tal de cumplir sus objetivos.
Más emotiva que nunca
La primera temporada nos dejó la supuesta muerte de Once al tratar de vencer al Demogorgon y la segunda nos dejó a Bob devorado por un demoperro, pero Stranger Things 3 también ha ido más allá en materia de emotividad. Y es que algo que muy pocos podían esperar es que el jefe Hopper, pieza central de la historia hasta ahora, muriese de forma trágica en la base rusa, cuando Joyce cierra el portal para derrotar al Azotamentes. Lejos de ser ese el momento en el que nuestros ojos se convierten en cascadas, esa situación se produce cuando Once, íntimamente, comienza a leer el discurso que Hopper había preparado para ella y para Mike y que nunca llegó a pronunciar.
Hopper, que sufrió la muerte de su hija, reconoce en esas líneas que Once ha llegado a su vida para volver a darle un sentido. Todo ello se produce ante una reacción desgarradora de la joven, que protagoniza el momento más emotivo de la serie. En un segundo plano, aunque tampoco hay que olvidarlo, se encuentra el de la redención y muerte de Billy, que ayuda a detener al Azotamente, salva a Once y emociona a su hermana Max, que al fin vuelve a ver a un ser humano en un personaje que ya creíamos completamente volcado hacia el mal.
Todo abierto
Todavía no sabemos a ciencia cierta si la cuarta temporada será la última de Stranger Things. Lo que sí sabemos es que su punto de partida será el más interesante desde que comenzara la serie. Y es que la escena postcréditos da a entender que Hopper podría estar vivo y encerrado en unas instalaciones soviéticas, pero eso no es lo único que se ha quedado abierto. Once ha perdido sus poderes y no sabemos si los volverá a recuperar. Tal vez un encuentro con su “hermana” Kali sea lo que necesita para volver a contar con ellos. Ahora Once vivirá con Joyce, Will y Jonathan, que se marchan definitivamente de Hawkins huyendo de un pueblo que se lo ha arrebatado todo.
Así las cosas, todo queda abierto: la realidad de Hopper, el grupo separado y los marchitos poderes de Once. Aunque en el final de la temporada podemos ver a Robin y Steve consiguiendo un nuevo empleo en un videoclub, la situación de los otros miembros más crecidos de la pandilla no está tan clara. Jonathan se muda con su familia, pero tanto él como Nancy deberían ir a la universidad una vez terminado el verano. En caso de ser así, es posible que ambos personajes pierdan relevancia en una cuarta temporada. O tal vez no, todo acabará dependiendo de los Duffer.