Los desarrolladores de videojuegos independientes se enfrentan a una nueva amenaza para su supervivencia: el plan de Unity de cobrar por cada instalación de un juego que use su motor. Esta medida afectaría a muchos títulos esperados, entre ellos podrían retrasar aún más Hollow Knight: Silksong, la secuela del aclamado metroidvania de Team Cherry. ¿Qué es este cambio y cómo podría afectar al lanzamiento del juego?
Hollow Knight: Silksong se está desarrollando con Unity y es uno de los juegos más esperados por los fans del género. El juego sigue las aventuras de Hornet, una princesa guerrera que explora un nuevo reino lleno de secretos, enemigos y desafíos. El juego se anunció en 2019 y desde entonces ha estado envuelto en misterio, sin fecha de lanzamiento confirmada. Se esperaba que el juego saliera en la primera mitad de 2023, pero varios anuncios de Microsoft para ese período no lo incluyeron.
Los recientes cambios de Unity podrían retrasar aún más Hollow Knight: Silksong
Por otra parte, Unity es uno de los motores más populares entre los desarrolladores independientes, ya que ofrece una gran flexibilidad y facilidad de uso. Sin embargo, a partir del 1 de enero de 2024, Unity comenzará a cobrar a los desarrolladores una tarifa por cada instalación de su juego, incluso si tienen un plan Unity Pro, que cuesta $2000 al año. Esto significa que los desarrolladores tendrían que pagar más dinero a Unity cada vez que alguien descargue o juegue su juego, lo que podría suponer un gran impacto en sus ingresos.

Si el plan de Unity se mantiene, Hollow Knight: Silksong podría verse afectado de varias maneras. Por un lado, el juego podría retrasarse aún más si Team Cherry decide cambiar de motor, lo que implicaría volver a empezar gran parte del desarrollo y perder años de trabajo. Por otro lado, el juego podría salir antes del 1 de enero de 2024, pero tendría que pagar una tarifa a Unity por cada instalación posterior a esa fecha, lo que reduciría sus beneficios. Además, el juego podría verse perjudicado si se lanza en Xbox Game Pass, ya que Unity cobraría al distribuidor (Microsoft) por cada instalación a través de ese servicio.
Muchos desarrolladores y jugadores han expresado su descontento con el plan de Unity y han pedido que lo revierta. Algunos han señalado que este cambio podría arruinar a muchos estudios independientes y desincentivar la innovación y la creatividad en el sector. Otros han sugerido que Unity podría perder la confianza y la lealtad de sus clientes, que podrían optar por otros motores más amigables y accesibles. Por el momento, no está claro si Unity reconsiderará su decisión o si mantendrá su postura.