Ya conocemos la historia de Kinect y Xbox One, no fue un romance bien parado, sin embargo, desde Microsoft aseguran que los poseedores de Kinect son usuarios que le dan un uso regular. Pese a verse obligados a cambiar los bundles e incluir la consola sin este dispositivo, inicialmente, Xbox One venía equipada con este sensor de detección de movimientos que iba a revolucionar el panorama de los videojuegos, sin embargo, una fuerte campaña en su contra y una falta de oportunidades, lo exiliaron.
Tal como habría descrito Mike Nichols, ejecutivo de Microsoft, en Polygon, el grado de uso de este periférico es satisfatorio para aquellos usuarios que le han dado la oportunidad. Ahora bien, «no dividimos a los usuarios en números, no hablamos de cuantos tienen Kinect y cuantos no», matiza Nichols, «no queremos entrar en ese nivel de definición», a lo que añade que «hay una porción grande de gente con Kinect, y de esta, mucha lo usa con frecuencia».
Eso si, cabe matizar un aspecto importante de su uso, el cual «no es tanto para juegos, sino a nivel de interfaz o de control biométrico», lo que es lógico cuando los desarrolladores fueron los primeros en no abordar su uso de una forma variada y original. Resulta evidente que si no hay juegos para usarlo debidamente, el uso de Kinect se vea lastrado a otras funciones que Microsoft otorgó al dispositivo, si bien, para estas lides, resulta realmente atractivo dada la ausencia de ratón o teclado. Los comandos de voz y gestuales, así como su posible implicación en aplicaciones como Xbox Fitness, resultan muy interesantes y, seguramente, estos usuarios que le dan uso, sabían que se lo iban a dar.