Con la llegada de los nuevos hardwares, la implicación de Microsoft para abarcar una nueva opción de juego como la Realidad Virtual no ha cambiado demasiado. Ya con el lanzamiento de Xbox One X se apuntó a que Microsoft tenía el medio para dar soporte a esta tendencia. Con las especificaciones de Xbox Series X, un hardware que ya sería muy capaz de dar soporte a esta opción de juego, la situación tampoco parece cambiar del todo. Jesse Schell, CEO de Schell Games, ha comentado que Microsoft no tiene obligación de ser referente en la Realidad Virtual.
La conclusión del CEO de este estudio que cuenta con muchos proyectos vinculados a la Realidad Virtual es que Microsoft puede esperar a ver el progreso de esta opción de juego y decidir a posteriori cómo afrontarlo. Uno de los argumentos empleados por Phil Spencer para desestimar la Realidad Virtual como una opción viable, es que no hay demanda. Y es precisamente por esto que Schell argumenta que «empresas como Microsoft, no tienen ninguna razón para apurarse. Pueden esperar y mirar y ver qué está funcionando y luego pueden actuar sobre eso».
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Más concretamente, Schell emplea un término muy curioso, al admitir que «han elegido ser seguidores en lugar de líderes en este aspecto y cuando tienes una ventaja de mercado lo suficientemente grande, puedes permitirte hacer eso, puedes ser un seguidor y aún así tener mucho éxito». Como ejemplo de este tipo de comportamiento, exponen a Apple, una empresa que según el CEO de este estudio, no suelen inventar nada, sino a adaptar cosas que han visto que funcionan bien.
La Realidad Virtual es una de esas opciones de juego que llamaron mucho la atención, y parecía una de esas opciones que podría ser una tendencia mayoritaria. Pero en realidad, su uso parece haberse limitado a sus expectativas, donde hay algunos géneros que sí se benefician de esta tecnología, pero otros no tanto. La apuesta de Microsoft se centró más en la Realidad Aumentada, porque es una tecnología que refuerza otras actividades en las que Microsoft sí lidera, el ámbito empresarial y de producción. Incluso, esta tecnología se ha adaptado en algunos casos para la Realidad Virtual.
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Pero a nivel de sus plataformas de juego, no hay respuesta ni parece haberla a corto plazo. Una relación amorosa entre la experiencia de juego y la Realidad Virtual, que en el caso de Microsoft no llega a cuajar una relación por las circunstancias que sean. La falta de propuestas es suficiente, que no es una tecnología barata, es otra. Al final, la sensación que ofrece esta tecnología es muy similar a la que se pudo obtener de otras alternativas como el Kinect. Una gran propuesta, una gran tecnología pero un fracaso a nivel práctico. Veremos si con la estandarización de hardwares más potentes surgen más propuestas que puedan convencer a Microsoft de que esta opción de juego se hace atractiva y puede considerarse rentable a nivel de usuario.