En el pasado E3 Microsoft presentó la versión Slim de su Xbox One, la Xbox One S, que ofrecerá, además, algunas mejoras dirigidas a la reproducción multimedia. No obstante, una de las circunstancias más criticadas, por algunos usuarios de Xbox One, fue la ausencia del puerto para conectar Kinect. Desde Microsoft, se ha procedido a explicar los motivos por los cuales se ha optado por suprimir dicha conexión, así como garantizar a los usuarios que tengan Xbox One y Kinect, que no se quedarán sin poder usar el dispositivo.
Por un lado, los motivos por los que se decidió prescindir de esta conexión fue el tamaño de la consola, que se ha visto reducido en un 40%, para lo que «decidimos quitar el puerto de Kinect». Y es que el objetivo era «hacer la consola lo más pequeña posible, era algo que los usuarios iban a apreciar», optando por incluir la fuente interna. Pero el hecho de que se haya suprimido este puerto no quiere decir que Kinect sea incompatible, sino que «hará falta un adaptador de Kinect y la experiencia no cambiará en absoluto a pesar de necesitarse ese accesorio».
Pero muchos podrían estar pensando que ahora habrá que adquirir ese adaptador, algo que no será así, pues Microsoft lo remitirá de forma gratuita siempre y cuando el usuario sea poseedor de una Xbox One, una Xbox One S y Kinect. A través de la web de soporte, los «usuarios que tengan una Xbox One con Kinect y hayan adquirido una Xbox One S», deberán remitir los números de serie de los tres productos y recibirán el adaptador de forma totalmente gratuita.
Microsoft no se ha olvidado de Kinect, incluso, habrá que ver como plantean su uso en la consola resultante de Project Scorpio, algo que hoy día no se conoce y dicho representante se ha negado a responder, pues «no hay nada que compartir por el momento». Al menos, de este modo, los usuarios que tengan Kinect y quieran comprar una Xbox One S, pueden estar tranquilos.