Nadie se cree tu hate a Xbox Series X y Microsoft. Ya lo siento si eres hater, trol, crítico o experto en nada. Tampoco se cree que Xbox Game Pass vaya a terminar con el mercado físico, ni que Microsoft haya fichado estudios para explotarlos a base de multijugadores genéricos. Ni que Xbox Series X sea mala para el medioambiente. Pero entiendo que estamos en 2020 y haya necesidad de polémica continua en Internet. Pero hay que tener cuidado con lo que se critica, porque si no conoces muy bien el tema del que hablas, puedes provocar un efecto boomerang con lo que digas. Y, sinceramente, viendo las redes, creo que el hate a Xbox Series X y Microsoft está provocando más risa que indignación. Ya lo siento.
“Xbox Game Pass va a acabar con el mercado físico” o cómo querer dar pereza
Xbox Game Pass como asesino del formato físico es uno de los temas de los que más se lleva hablando últimamente. Pero también es uno de los que, creo, más pereza da a los usuarios de Xbox. Los mismos tópicos, las mismas críticas y las mismas incoherencias repetidas una y otra vez. Creo que ha llegado un punto en el que, si vemos a alguien criticando este tema, directamente ni damos «clic» por pura y llana pereza.
Puede que Xbox Game Pass vaya a matar el formato físico, pero en la misma medida que Netflix o Steam. Miento, en la misma no, en una medida mucho menor, porque tiene muchos menos usuarios. Ofrecer una mayor gama de opciones a los usuarios no es matar nada, es adaptarse a sus exigencias. No es que Microsoft haya impuesto una política a aceptar a punta de pistola; han sido los usuarios los que han cambiado de tendencia y Microsoft la que se ha adaptado. Igual que en su momento lo hiciera Steam, igual que recientemente lo ha hecho Epic Store e igual que servicios como Netflix, Amazon o HBO.
Yo personalmente solo compro formato físico. Me gusta ese ritual de quitar el envoltorio, despegar la pegatina del canto, notar los primeros olores. Y seguiré consumiendo formato físico hasta que desaparezca. Pero entiendo que ahora haya más usuarios que antes y que el mercado sea cada vez mayor. Entiendo la comodidad de tener una biblioteca digital que te permita disfrutar de cosas que, de otra manera, uno nunca probaría.

Vamos a no jugar a Xbox Game Pass porque un random dice que no es ético.
El debate de Xbox Game Pass también ha dado origen a una nueva tribu urbana de lo más interesante: los economistas de teclado. Ese submundo de personas expertas en los resultados económicos de Xbox Game Pass. Que Microsoft no dé jamás datos de sus cuentas a nadie es indiferente, porque este grupo de ilustrados conoce todos los entramados de las ganancias, pérdidas, beneficios y balances de Xbox Game Pass. Saben que Microsoft está perdiendo dinero con este servicio porque sí, porque las runas, el Tarot o los astros se lo han dicho. ¿Que Phil Spencer ha repetido por activa y por pasiva que funciona y que las desarrolladoras están encantadas con el impulso de las ventas de sus juegos? Eso es secundario.
Ser intergeneracional resulta que es malo
Año 2020, nueva generación, guerra de consolas. Ya sabemos lo que toca y cuándo. La verdad es que la guerra de consolas, en sentido limpio, no es mala. A todos nos gusta el hype, nos gusta esa competencia sana, nos gusta descubrir qué van a ofrecer las compañías. Y al final que cada uno se compre lo que más le convenza.
Lo que quizá esta vez no esté gustando tanto es el hate a Xbox Series X y Microsoft desmedido y, lo peor de todo, incoherente. Incoherente porque no se puede criticar que Xbox Series X sea intergeneracional de salida y alabar el modelo de PC. Incoherente porque no se puede defender que un consumidor compre una Xbox Series X en octubre y en Navidades de 2020 tenga que cambiar de consola por no ser intergeneracional. Incoherente porque no se puede defender algo y luego, en función de quién lo cumpla, cambiar el discurso. O todo blanco o todo negro; queda raro cambiar según dé el aire.
Que Xbox Series X vaya a ser intergeneracional es un acierto. De eso es consciente todo el mundo, hasta los haters. Microsoft lleva tiempo anunciando que va a romper el modelo tradicional de consolas y que va a apostar por un ecosistema similar al de PC. Que va a proteger a todos los consumidores para no obligarles a cambiar de consola por el salto generacional. Que usuarios, comunidad y servicios son unos de sus principales pilares de cara al futuro.

A la hoguera con Xbox Series X por no obligar a sus usuarios.
Todo esto ya lo sabéis y no os estoy descubriendo la pólvora. Pero no está demás recordarlo para que los críticos y escépticos entiendan que esta va a ser la línea de Microsoft de cara al futuro: satisfacer a todos los usuarios. A los que quieren potencia técnica, a los que quieren exclusivos, a los que quieren coleccionar mandos y a los que no quieren cambiar de consola hasta que lo vean conveniente.
Microsoft quiere cubrir las necesidades de todos sus usuarios, no las tuyas, que no lo eres. Así que haz el favor de no abanderarte acerca de lo que el mercado quiere, porque siento decirte que somos muchos y muy diferentes. Y cada uno quiere una cosa. Así que lecciones, las justas. Es decir, ninguna.
No hay exclusivos porque los de 2020 no cuentan
No hay exclusivos porque los de 2020 no cuentan. No cuentan o los haters no los conocen, que también puede ser. En el pasado X019 (para los haters: un evento anual de Microsoft donde se anuncian cosas buenas para los usuarios y malas para vosotros), Microsoft anunció todo el arsenal que tenía preparado para 2020 y que luce espectacular.
No vamos a negar ahora que Microsoft ha tenido una generación muy poco competitiva en cuanto a exclusivos. Pero tampoco vamos a negar que, desde hace unos años, está bien. Francamente bien. Espléndida, vaya. La llegada de nuevos estudios a Xbox Game Studios ha sido un soplo de aire fresco que le ha venido fenomenal y que permitirá que Microsoft explore nuevos terrenos.

No te preocupes por Xbox Game Studios, que económicamente está bien. Respira.
Va a ser un verdadero placer disfrutar de Obsidian Entertainment e inXile Entertainment sin problemas de presupuesto, haciendo los AAA que quieran. Igual que disfrutar de Ninja Theory con Hellblade 2 (esa IP que, por lo visto, ya tiene tanto nivel. Curioso) o Project: Mara. Por no hablar de Halo: Infinite, de Tell me Why, de The Initiative. Por ahora vamos a tener un 2020 bastante completito, pero seguro que Microsoft se guarda alguna sorpresa para el E3 2020 (esa feria que ya no interesa. Curioso).
¡Ah, antes de que me olvide! Sé que los críticos están muy preocupados por que los estudios de Xbox Game Studios (por si no lo sabéis, es la división de juegos de Microsoft) estén trabajando en varios proyectos a la vez y que no cumplan las expectativas y blablabla, pereza, blablabla. Calma absoluta: desde que llegaran a Xbox Game Studios, se han reforzado a base de contratar gente de una manera espectacular. Así que no os preocupéis, en serio. Keep calm.
Muchos queremos Xbox Series X. Si no te gusta, revienta
Muchos queremos Xbox Series X de lanzamiento. Muchos estamos muy a gusto con nuestra Xbox One y no queremos cambiarla. Muchos nos hemos comprado Xbox One S All-Digital por 99€ y estamos encantados con ella. Muchos tenemos Xbox Game Pass Ultimate en PC y no nos interesa Xbox. ¿Sabes qué es lo que tenemos todos en común? Que todo nos parece todo bien. Que entendemos que cada uno juegue a lo que le parezca y que nos parece bien que cada uno sea libre de escoger lo que quiera.
No malinterpretes este texto. No digo que la crítica a Microsoft sea mala. De hecho, nosotros llevamos mucho tiempo criticando a la compañía, así que no nos vas a enseñar nada nuevo. Pero es cierto que el hate a Xbox Series X y Microsoft se está volviendo tan absurdo, tan poco coherente y tan desinformado que llega a dar risa.

Lo de jugar a Halo: Infinite en Xbox Series X sin pedirte permiso.
Sintiéndolo mucho, vamos a seguir haciendo lo que nos dé la gana. Nuestra relación es bilateral; entre nosotros y entre nosotros y Microsoft. Y el hate a Xbox Series X y Microsoft tan rancio y pasado de moda está excluido. Lo dicho: lecciones, las justas. Y si no te gusta, revienta.