Desde luego que no es la primera, ni será la última vez, que ante un acontecimiento desagradable se busca una respuesta demasiado rápidamente. En esta ocasión, estamos ante un nuevo caso en el que culpan a un videojuego de un caso de violencia doméstica. Más concretamente, del asesinato de un padre a manos de su hijo de 9 años. Los informes policiales describen al menor como un niño que era adicto a “consumir contenidos, ver vídeos y jugar videojuegos”.
Sin que podamos decir lo contrario en este caso en particular, venimos viviendo una tendencia clara a buscar culpables en los hábitos de los usuarios siendo los videojuegos el sospechoso habitual de este tipo de conductas. Una sociedad, como es la norteamericana, gran consumidora y referente, ha encontrado de forma recurrente en los videojuegos, el culpable de casos como este.
Nuevamente culpan a un videojuego de un caso de violencia doméstica ¿Hasta qué punto es culpa del videojuego?
El asesinato habría sucedido en el estado de Utah, donde un niño de 9 años habría sido acusado de asesinar a su padre con un hacha y una pistola. Un asesinato que, obviamente, han catalogado de cruel y que directamente han asociado a la adicción del niño a jugar a Call of Duty: Warzone. Según se informa, el niño “tenía afinidad por los juegos particularmente violentos”. Y del mismo modo que muchos habréis deducido lo mismo que un servidor, la pregunta que debería plantearse es, ¿Por qué un niño de 9 años estaba jugando a ese juego?
La descripción del escenario es dantesca, ya que según el informe, la policía de Utah llegó a la casa en Tooele y encontró a un hombre sangrando por una herida de bala en la cabeza y laceraciones que se consideraron heridas defensivas. Del mismo modo, se informó de que el acusado de 9 años «salió de la habitación y dijo que su padre estaba sangrando por la cabeza y estaba muerto». En la orden de arresto se notificó que el niño era adicto a «consumir contenidos, mirar vídeos y jugar videojuegos», muchos de los cuales «se consideraban no apropiados para su edad».
Como consecuencia de todo esto, los fiscales han recurrido a la versión sencilla de los acontecimientos, y nuevamente culpan a un videojuego de un caso de violencia doméstica. Más concretamente, señalan a Call of Duty: Warzone como responsable de incentivar una actitud violenta por parte del menor. Para justificar esta conducta, razonan que «las mismas armas en el juego que se encontraron y utilizaron en el asalto». Otros especialistas habrían sugerido que también existen otros factores, como podría ser la de un niño que mostraba problemas de conducta que podrían haber contribuido al hecho que se ha descrito.
Sin ánimo de hacer de juez ni dar veredicto, parece demasiado habitual buscar cuanto antes un responsable del mismo modo que se busca de forma rápida una manera de mantener ocupados a los niños. Obviamente, de ser algo que pueda afectar a los responsables de los videojuegos, se podría hacer. No obstante, existe una catalogación por edades que, precisamente, busca evitar que contenidos no aptos lleguen a manos que no deben. Ahora bien, el control parental, incluso ahora con la opción que ofrece Steam Family, se busca que el control de los contenidos que consumen los menores sea mayor. Más herramientas no se pueden poner, pero existen medios a través de los cuales los menores pueden acceder a contenido que, como citan en el caso, «no son aptos» para esas edades.
El mayor problema es ese estereotipo que se genera en torno a la industria, que bastante tiene ya con lo suyo. Y es un nuevo caso que podría alimentar teorías e iniciativas que pudieran afectar a la industria del videojuego. Ya vimos en su momento a Donald Trump vincular directamente violencia y videojuegos hace unos años. No será una cuestión que pueda solucionarse con mayor implicación, esfuerzo y educación. Es mejor alimentar los miedos del pueblo con demonios estereotipados. Un intento en vano, pues la industria del videojuego, del mismo modo que sucede con la industria del entretenimiento en general, ya tiene los filtros que aplicar para que este tipo de contenidos, no llegue a los que no debe.