Como venimos comentando, hoy ha sido un día convulso en las filas de Xbox. Lejos de haber aclarado nada en la CNBC, Phil Spencer confirma un evento para exponer la visión de futuro de Xbox la semana que viene. Y esto no ha aclarado las dudas, no ha callado los rumores, ni nada de lo que muchos usuarios de Xbox venían temiendo desde hace unas cuantas horas. ¿Qué sucederá con el plan de proyectos y exclusividades de Xbox?
El mensaje llega, quizás algo tarde, de la mano de Phil Spencer, quien ha dejado constancia de esta situación mostrándose comprensivo con la comunidad que ha mostrado preocupación. En su post, se puede denotar una clara intención de escuchar las reclamaciones. Pero también, que existe un plan para cambiar la situación general de Xbox Game Studios.
Phil Spencer confirma un evento para exponer la visión de futuro de Xbox la semana que viene
Con este mensaje, en el que Spencer asegura que «estamos escuchando y te escuchamos», responde a la necesidad de aclarar ciertas cosas, apuntando a que «hemos estado planeando un evento de actualización comercial para la próxima semana, donde esperamos compartir más detalles con ustedes sobre nuestra visión para el futuro de Xbox». Un futuro que, desde que comenzaron los rumores sobre la posible llegada a Playstation 5 o Nintendo Switch de juegos como Sea of Thieves, o de HIFI Rush, ha venido liándose poco a poco hasta el día de hoy.
Un día donde se ha llegado a especular, inicialmente, que juegos como Starfield o Indiana Jones y el Gran Círculo, serían juegos que abarcarían la posibilidad de ser publicados también en Playstation 5. Esto ha sido un mazazo para algunos, pero lejos de quedarse en una anécdota o un simple rumor, ha ido cogiendo más y más entidad, llegándose a especular con otros muchos títulos. Incluso, sagas como Halo o Gears of War han sonado como posibles candidatos.
Pero ya esta mañana hemos sugerido que este cambio de estrategia no tiene por qué ser algo que afecte al conjunto del catálogo de Xbox Game Studios. Existen ciertas líneas que definen cada juego en base a su calidad o su público y, según estas circunstancias, poder lanzarlo en más plataformas es una posibilidad. Cuando se publicó este documento, muchos concebían esto con la opción de PC. Pero eso no es más que parte del ecosistema Xbox, de forma que la lógica señala que se apuntaba a las plataformas rivales.
La guerra de consolas nunca ha aportado nada, y puede ser buena noticia que se finiquite de una vez. Pero en torno a la competencia, que es algo mucho más eficiente y efectivo, este ejercicio puede suponer nuevamente un riesgo. Lo cierto es que, pese a la reacción tremendista de muchos usuarios, todo apunta a que se limitarán los «daños» y habrá ciertas líneas que no se podrán superar. Es decir, que si bien Starfield puede ser una opción para sacarle rendimiento económico, otras licencias no llegarán. De este modo, se mantendrán ciertos exclusivos que mantendrán a Xbox en el mercado igualmente.
Y gran parte de esta decisión puede residir en analizar qué juegos pueden interesar vender en otras plataformas. Por que si hay algo que parece definir a cada una de las comunidades, es que no parecen tener el mismo gusto por los juegos. Cara a evaluar el mercado, que en Playstation se vendan bien los juegos narrativos y en Xbox los juegos multijugador, hace que la puerta esté abierta a ese tipo de productos para cada circunstancia. Sea como fuere, lo que Xbox necesita es que sus juegos no sean deficitarios y parece que lo que se ingresa con Xbox Game Pass no es suficiente. Hace falta que la suma de suscriptores, sea superior. De no ser así, puede que la fórmula de Game Pass deba cambiar a modelos de suscripción que vemos en otras empresas, como Electronic Arts, Ubisoft o, incluso, Playstation.
Veremos cómo termina todo esto, pero hay que esperar a la semana que viene, cuando Phil Spencer confirma un evento para exponer la visión de futuro de Xbox. Una visión que esperemos, satisfaga a todos. Pero parece que va a ser una semana muy larga, si siguen dándose rumores que no se sabe bien de donde salen. Son todo malos augurios para algunos, aunque puede que nos lleguen a sorprender, llegado el momento.