¿Por qué Control merece el GOTY 2019? El juego de Remedy es uno de los seis juegos nominados a los GOTY 2019 que se decidirán el 12 de diciembre. Entre estos nominados se encuentran Resident Evil 2, The Outer Worlds, Control, Super Smash Bros. Ultimate, Sekiro: Shadows Die Twice y Death Stranding. Los fans de Xbox echamos mucho de menos una nominación a Gears 5 ya que, desde luego merece estar en esa lista, pero ese no es el tema que vamos a tratar hoy. Control es el nuevo proyecto de Remedy y parece que esta vez han dado en el clavo en todo, pero ¿merece Control el GOTY 2019?
Tras Alan Wake, Remedy se consolidó en un pedestal que pocas desarrolladoras podían ocupar. Habían pegado dos pelotazos con las primeras entregas de Max Payne y ahora se habían aventurado con una aventura completamente distinta y que les había dado todavía más fama y reconocimiento. Luego llegó Quantum Break, un juego del que yo -personalmente- solo tengo buenas palabras, pero que la sensación entre el público en general no fue demasiado abrumadora. Un buen juego, sin más.
Un presupuesto ajustado
Tras Quantum Break, Remedy decidió seguir su camino en solitario sin Microsoft (que le había ayudado con Alan Wake y ese juego), algo así como a lo que se enfrenta Quantic Dream tras terminar su relación con Sony, y presentó al mundo Control, un juego que se publicaría en Xbox One, PS4 y PC de la mano de 505. Ese era el primer proyecto independiente de Remedy en un buen puñado de años, así que los riesgos eran todavía mayores.
Recientemente, los chicos de Remedy desvelaron que el presupuesto total de Control era de 30 millones de euros, unas cifras muy, pero que muy justas para cualquier AAA actual. Tanto para el desarrollo como el marketing del juego, invertir 30 millones quería decir que todos y cada uno de los aspectos del juego debían estar mirados al milímetro y no salirse de lo presupuestado. A día de hoy no consigo explicarme cómo lo han conseguido, pero Remedy ha lanzado uno de sus mejores juegos con quizás el presupuesto más ajustado y la mayor presión que jamás podrían haber tenido.
Con 30 millones y su idea más ambiciosa hasta la fecha, Sam Lake y los suyos nos han traído una experiencia que consigue presentar un universo dentro de otro universo, con sus propias reglas que a medida que juegas aprendes a la par que Jesse Faden, su protagonista. Un mundo bruto, cambiante, unos enemigos hostiles y una situación que no entiendes desde el primer minuto de juego. Control es un desafío jugable, pero también mental, ya que no todos están hechos para comprender del todo la propuesta de Sam Lake.
Una experiencia única
No creo que jamás haya un juego como Control. Ni tan siquiera Remedy podría imitar con éxito lo que han conseguido con este juego. Este cóctel de experiencias, dimensiones, sucesos y demás que conseguían casar por muy extraños que fuesen. Control es una especie de juego en sí mismo, algo que también pueden decir otros juegos nominados como Death Stranding o Sekiro: Shadows Die Twice si hablamos de juegos característicos de un estudio.
La mayor baza de Control reside en su originalidad, en un diseño visual único, una propuesta narrativa que mezcla el monólogo interior con la experiencia tradicional, unas situaciones de lo más peculiares que acabas entendiendo si te preocupas de repasar archivos, vídeos y audios que encuentras a lo largo de un edificio que son varios mundos en uno…
En general, la experiencia de Control se puede resumir en que es algo nunca antes visto, en que cuando cojamos el mando y manejemos a Jesse Faden a lo largo de sus diferentes niveles cada vez sentiremos que estamos más ante algo novedoso y original que ante una copia, inspiración o cualquier eufemismo de plagio de cualquier juego, algo que a día de hoy escasea.
Una protagonista peculiar
Jesse Faden es uno de los mejores personajes que nos ha dado esta generación. Si ya la actuación de Courtney Hope en Quantum Break nos había robado el corazón, con su rol como protagonista en Control ha conseguido consagrarse como una gran actriz en el mundo de los videojuegos y ha dado vida a un personaje de lo más complejo y que evoluciona en la trama a la par que el propio jugador, ya que todo lo que descubre lo hace junto a nosotros y es quizás su reacción a las diferentes situaciones extrañas las que consiguen hacer que todavía nos sorprendamos todavía más de todo lo que estamos viendo.
«¿Por qué no se sorprende de todas las locuras que están pasando aquí?» es algo que quizás nos preguntaremos varias veces durante la aventura, pero es que Jesse parece tener un secreto que puede explicar su forma de actuar y sus monólogos interiores. Es difícil acabar de pillarle el punto y entenderla del todo y quizás eso es lo que la convierte en un gran personaje. Un personaje que en los momentos en que de verdad se debe emocionar, reaccionar con rabia o mostrarse humana lo hace, una vez sucede algo importante en la trama, claro está.
Jesse Faden no es una protagonista cualquiera y consigue colarse entre Max Payne y Alan Wake, nombres propios de Remedy que han resonado durante años como los pesos pesados de anteriores generaciones. ¿Habrá más entregas para Faden? De momento toca esperar a los DLC.
Visualmente (casi) imbatible
Solo Gears 5 consigue superar gráfica y técnicamente este año a lo visto en Control. Pese al limitado presupuesto que ya he comentado, Remedy ha conseguido evolucionar el motor Northlight estrenado con Quantum Break, dotándolo de mayor libertad de movimiento y espacios más grandes. Estamos ante uno de los mejores juegos que a nivel técnico nos pueda ofrecer este nivel de partículas, iluminación y efectos especiales.
Lástima que peque de unas texturas algo problemáticas así como de unos rostros extraños en alguna ocasión, culpa de que no se contase siempre con captura facial. En cualquier caso, el hecho de pegar tiros, utilizar nuestros poderes y pasearnos por la Casa Inmemorial nos volará la cabeza en Xbox One X, con un rendimiento bastante consistente y que únicamente vemos que decae en ciertos momentos relacionados con entrar o salir de menú.
Un GOTY que premie la originalidad
Los GOTY deberían premiar -obviamente- a lo mejor del año, pero también a la propuesta más arriesgada y original del año. De nada sirve premiar al enésimo juego de zombies (por mucho que mi compañera Paloma realizase un alegato maravilloso a favor de Resident Evil 2) o a un título que básicamente es un Fallout en el espacio, que sí, que es un juegazo y vale mucho la pena tal y como mi compañero Joel os ha contado, incluso la nueva iteración de la formula Souls que ha defendido con acierto mi compañero Carlos se queda corta a nivel de originalidad respecto a Control. A lo que me refiero es que ya es hora de premiar lo original, lo atrevido y quizás Control no es el juego de esta lista que más ha vendido, que mejores críticas ha conseguido o que ha gozado de mayor promoción, pero sí es desde luego el más original (lo siento, Death Stranding).
El hecho de que Control esté nominado ya es una grata sorpresa -al menos para mí, ya que pensaba que iba a ser uno de esos grandes olvidados-, ya que encima lo está en categorías en las que resulta excelso como en dirección artística, diseño de audio y dirección.
Control merece el GOTY 2019 si de verdad queremos que en la industria del videojuego se siga apostando por productos originales en vez de copias y demás refritos.