Con el lanzamiento de Xbox One X hemos hablado largo y tendido sobre todos los juegos que serán mejorados en la nueva consola mediante el lanzamiento de un parche gratuito. En concreto a partir de esta semana Xbox One X ya contará con más de 70 juegos parcheados, una lista que irá aumentando progresivamente hasta abarcar todos los que están programados y los que irán llegando con los nuevos lanzamientos. En la mayoría de ocasiones estos parches apostarán por un aumento de resolución en los juegos. Sin embargo, la nueva bestia de Microsoft no es capaz únicamente de trabajar mejor con estos juegos en pantallas 4K, sino que tiene capacidad para mejorar de otras formas aquellos juegos, incluidos los de Xbox 360 y Xbox original, cuyas mejoras no se centran únicamente en ese aspecto.
Una de esas formas, y quizás la más importante, además de la cuestión de los tiempos de carga, viene a través del supersampling, una técnica de la que os hemos hablado en otras ocasiones y de la que Xbox One X hará uso en los títulos mejorados (los que llevan la etiqueta enhanced), pero que a algunos quizás todavía les causa dudas. Así que aprovechamos ahora la ocasión, aunque suponemos que muchos de vosotros estáis bastante ocupados ahora mismo probando por vosotros mismos los juegos mejorados en vuestra nueva y flamante Xbox One X, para explicaros un poco mejor por donde van los tiros con el tema del supersampling, y ayudaros a comprender un poco mejor cómo funciona el nuevo maquinón que tenéis entre manos.
Igual que las imágenes de resoluciones más pequeñas pueden ser reescaladas a 4K, ya sea mediante una técnica de reescalado simple o mediante un algoritmo más elaborado como el del checkerboard rendering, una imagen de mayor tamaño también puede ser escalada a una resolución menor. Esto es, dicho de forma brusca, en lo que consiste el supersampling. Y os preguntaréis por qué razón se iba a querer hacer esto. Pues se trata de una forma de sacar provecho a una imagen de resolución mayor en una pantalla que solo está capacitada para ofrecer una resolución menor, pongamos 1080p, y con la que se logran resultados sorprendentes.
El uso del supersampling para una pantalla Full HD (1080p) con Xbox One X consiste en recoger la información de una señal a mayor resolución producida internamente y procesarla para reducirla a 1080p. Esto quiere decir que en lugar de obtener una imagen nativa a 1080p, estamos viendo una imagen a 1080p producida a partir de la información obtenida de esa misma imagen a una resolución más grande. La consecuencia de producir una imagen a partir de mayor información se aprecia directamente en la calidad con un efecto antialiasing. Esto significa que en la imagen final se consiguen limar impurezas como los dientes de sierra de algunos modelados, y en general lograr una imagen más nítida que si la imagen fuese producida directamente de forma nativa a 1080p. Por lo que supone una gran forma de continuar aprovechando vuestras pantallas Full HD.
Assassin’s Creed Origins es un buen ejemplo de los beneficios del supersampling. A través de la calidad de un vídeo subido a Youtube el efecto no se aprecia igual que teniendo la consola funcionando con el juego ante vosotros, pero algo sí que puede llegar apreciarse, así que os dejamos este vídeo capturado en Xbox One X de ejemplo, y en nuestro análisis de las mejoras de Gears of War 4 para Xbox One X también podéis conocer un poco más.
Para llevar a cabo este proceso como es normal la máquina necesita tirar de mayores recursos, ya que la imagen nativa que se produce es de una resolución mayor, algo para lo que Xbox One X está preparada. El supersampling es una de las características que podéis esperar de los juegos mejorados en vuestra Xbox One X, aunque no vayáis a hacer uso de una pantalla 4K, sino de una Full HD. Y recordad además que Xbox One X no mejora únicamente los juegos parcheados, aquí podéis encontrar una lista con las mejoras que se incorporan directamente a los juegos que no cuentan con parche específico.