Este fin de semana, Phil Spencer celebra sus 10 años como jefe de Xbox (ahora CEO de Xbox Gaming) y hemos querido hacer un repaso a la trayectoria y actualidad del máximo mandatario de la marca.
Corría el año 2013 y Don Mattrick era la cara visible de Xbox. El ejecutivo canadiense fue el encargado de anunciar Xbox One, la consola que daría el salto de la sexta a la séptima generación de videojuegos. Con la sucesora de Xbox 360, Microsoft pretendía plantarle cara a Sony aunando en un solo dispositivo todos los elementos multimedia que había disponibles en ese momento.
Lamentablemente, la estrategia del director de Xbox no fue la más idónea de cara a competir dentro del exigente mercado que se había instalado en aquellos años, como tampoco lo fueron sus políticas. Entre otras ideas absurdas, Microsoft intentó colarnos el «always connected» y el dichoso sensor Kinect, pero para colmo el lanzamiento de Xbox One iba a ir a acompañado de una escasa variedad de títulos en comparación a la consola de Sony. Por todo ello, muchos seguidores de la marca se hartaron y finalmente se decantaron por PlayStation 4 para el cambio de generación.
A Microsoft no le quedó más opción que desdecirse de tanta imposición y el resto, ya es historia.
Phil Spencer, el ejecutivo
Pero esta historia no se comprende sin la mente de Phil Spencer (1968, Ridgefield, Washington, EE UU), quien en aquél momento lideraba la división de Microsoft Game Studios. Así, en 2014 sustituyó a Don Matrick con tres objetivos principales: apagar el fuego mediático, reducir la sensación de fracaso originada tras el lanzamiento de Xbox One y presentar una renovación de la marca y la plataforma.
Con Phil Spencer al mando y su visión ejecutiva llegaron los primeros cambios, empezando por los más urgentes y lógicos, fruto de escuchar el feedback de los jugadores: retirar el sensor Kinect de los packs de Xbox One que Don Mattrick había metido «con calzador», apoyar a las compañías third-party para facilitar la llegada de sus juegos a Xbox One y ampliar el catálogo de lanzamientos exclusivos. Así llegaron títulos como Forza Horizon 2, Sunset Overdrive o Halo: The Master Chief Collection.
Pero la figura de Phil Spencer también sale en los créditos de otros hitos de Microsoft y Xbox. Ejemplos de ello son la compra de Mojang y Minecraft a la que luego le han seguido otros estudios e IPs, la apuesta por la retrocompatibilidad, por programas como Games with Gold y Play Anywhere, y el rotundo éxito de Xbox Game Pass, entre otros aciertos que han impactado positivamente en la industria y, sobre todo, en hacer crecer a la marca Xbox dentro del mercado.
Tanto es así, que ante este giro de la tortilla los tiempos de bonanza para SONY parecen haber terminado y ahora se enfrentan a un verdadero competidor, que puede incluso arrebatarle su dominio en territorios que históricamente han estado más identificados con la marca PlayStation. Esto es gracias a importantes sacudidas de mercado como las adquisiciones de Bethesda y Activision Blizzard King y la feroz apuesta por llevar los juegos de Xbox a cualquier dispositivo mediante la nube.
Phil Spencer, el jugador
Que Phil Spencer es un ídolo para muchos jugadores de Xbox (entre los que me incluyo), es un hecho. Puede que no gusten todas sus intervenciones, o sus decisiones, pero casi se puede afirmar que generalmente es un tipo que cae bastante bien. Ya no es la apabullante seguridad con la que siempre habla, su poderío sobre el escenario, o esa extensa sonrisa a la que siempre le acompaña un brillo especial en los ojos cuando habla de Xbox. Es que es un verdadero jugador, apasionado y con carisma.
Mide 1,65 cm. y viste ropa informal. Llega al trabajo temprano pero no se queda más tarde de la hora de la cena. Cuando el CEO de Xbox Gaming se va a la casa donde vive con su esposa y dos hijas veinteañeras, se convierte en uno de los nuestros. Comparte públicamente su Gamertag de Xbox (P3), interactúa con desarrolladores y jugadores en las redes sociales, e incluso los anima a jugar con él. De Lunes a Viernes suele dedicarle un par de horas a jugar en su Xbox antes de dormir y durante los fines de semana prefiere jugar al ajedrez o tocar el piano. Es un gran apasionado de la música, concretamente del punk de toda la vida donde se encuentra Led Zeppelin, su banda favorita.
La naturalidad y la cercanía hacen de Phil Spencer un directivo atípico que atrae a millones de seguidores en todo el mundo. Cualquier comentario en su cuenta de Twitter lleva ríos de tinta digital hacia los medios escritos. Siempre es una motivación poder verle en entrevistas o eventos porque es un hábil conversador que suele aportar información relevante dentro y fuera de la industria. No suele decir una palabra más alta que otra y no se le caen los anillos por felicitar a sus competidores cuando cree que hacen cosas que son favorables para el sector y los jugadores.
Así es el jefe de Xbox, reputado ejecutivo y estrella de los videojuegos que no solo ha demostrado ser un gran estratega, sino que además sabe de los productos que habla porque los consume con la misma pasión que lo hace cualquier otro jugador. A día de hoy solo tiene como superior a Satya Nadella, actual CEO de Microsoft y con quien mantiene una gran relación, pero la ambición de Phil no es otra que la de seguir cerca del videojuego. Y esperemos que sea durante muchos años más.